Walter Bento, el suspendido juez federal electoral mendocino acusado de liderar una banda que cobraba coimas a cambio de beneficiar a presos, se complica con el correr de los días. Por eso, mientras se desarrolla el proceso penal en su contra en la provincia, que concluiría recién a fines de 2024, en Buenos Aires ya entró en la recta final el Tribunal de Enjuiciamiento, que dará su veredicto el miércoles próximo.
En caso de que el cuerpo determine la destitución, el juez perderá sus fueros y quedará detenido, ya que pesan sobre él órdenes de prisión preventiva. Frente a este complejo escenario, Bento, de la mano de sus abogados, se encuentra en un raid mediático para aclarar su situación judicial, y este lunes le tocó a LN+ con Eduardo Feinmann.
“Usted está acusado por su riqueza, de viajar por el mundo ostentándola y encima de estar vinculado al narcotráfico”, le preguntó Feinmann.
“No soy rico, todo ha sido declarado. Viajo a mucho a Estados Unidos porque puedo hacerlo gracias a mi sueldo de juez, uno de mis hijos tiene capacidades diferentes y hemos hecho muchas veces allí porque es en Disney donde mi hijo se siente feliz”, dijo Bento, y argumentó que en ese país su hijo puede desenvolverse mejor con su silla de ruedas.
“Soy una persona honesta y trabajadora”
También dijo que tanto él como su familia se han quedado sin los derechos humanos básicos, ya que todos se han quedado sin la obra social judicial por la situación procesal de Bento.
Bento también aseguró que tiene muchas acusaciones pero ningún procesamiento, que nunca apeló, y que “hay 30 testigos que declararon a mi favor”.
“Todo lo que se ve en el debate por YouTube es contrario a lo que está saliendo en los medios”, se quejó Bento, y aclaró que por eso decidió ir a contar su situación al medio porteño.
Bento también dijo que ni el grupo Vila-Manzano ni la jueza Servini son padrinos suyos, ya que si fuera así, no estaría en esa situación.
