Christian SanzPortada

Los millones de Orly, la “extorsión” de los grandes medios y el oculto robo al marido de la ministra de Seguridad

Además, denunciaron al ex intendente de Tupungato por falta de dinero y la UCR tunuyanina pide "bancar" a un bribón de aquellos.

Christian Sanz
Christian Sanz

La mera publicación de Diario Mendoza Today de los millones que recibió Orly Terranova por parte del Estado provincial durante 2023, generó una onda expansiva inesperada, que movilizó a la política, el sector empresario y el mundillo de los medios de comunicación.

La mayoría hizo silencio de radio, al menos públicamente, pero a ninguno le pasó desapercibido. Los mensajes en cadena recibidos por quien escribe estas líneas lo pueden atestiguar. Se trató mayormente de felicitaciones, por la valentía de meterse con el hoy dueño de MDZ.

Pero esos cumplidos carecen de valor, porque muchos de esos referentes —la mayoría— jamás dice nada abiertamente, sólo se queja entre cuatro paredes o, en el mejor de los casos, detrás de una identidad falsa en redes sociales.

No obstante aquella cobardía, amerita detenerse en lo ocurrido con Orly, porque denota un fenómeno del cual viene dando cuenta este medio, en completa soledad.

Refiere al perverso sistema con que se maneja la pauta oficial en Mendoza, desde hace varias décadas. De manera extorsiva.

Se supone que el gobernante de turno debe ofrecer un monto dinerario proporcional al alcance y relevancia del medio al cual le otorgará el beneficio.

Pero ello no ocurre en Mendoza. Hay medios que reciben menos de lo que merecen y otros que perciben muchísimo más. Millonadas. MDZ aparece al tope de la lista, como se publicó esta misma semana. Más de dos millones de pesos por día. Un monto que no pagaría jamás un anunciante privado, ni en ese medio ni en ninguno.

Ahí es donde aparece la referida extorsión, con aprietes de los “porongas” de los medios a los funcionarios mendocinos, a los cuales les exigen pagos millonarios a cambio de no revelar tal o cual cosa. A veces de manera brutal. No sólo lo hace MDZ, sino también El Sol, UNO, Sitio Andino, Mendoza Post y otros. Poquísimos son los que escapan a aquella perversa práctica.

Como sea, la culpa también es de los gobernantes de turno, porque ceden a aquella extorsión. Una y otra vez. Y se meten en camisa de once varas. Básicamente porque cada año los dueños de los medios se vuelven más voraces, y piden más y más. Y llegará un momento que el sistema no se podrá sostener e implosionará por completo. Es cuestión de meses.

Como se dijo, no es algo nuevo ni novedoso. En el año 2010, el otrora secretario de Gobierno de Celso Jaque, Alejandro Cazabán —hoy gestor de los negocios sucios de MDZ— denunció públicamente que el grupo UNO extorsionaba al entonces gobernador de Mendoza.

Entretanto, en los mismos días, MDZ erosionaba la figura del mismo mandatario a través del “quincho” que escribía el siempre mercenario Ricardo Montacuto, director en esos días de aquel medio.

En aquella columna se aseguraba que Jaque era homosexual, de manera directa y sin vueltas, a efectos de conseguir pauta oficial. Ello se logró rápidamente, porque el ex gobernador cedió a la presión.

Los que siguieron bailaron el mismo vals, uno tras otro, incluso Francisco “Paco” Pérez. Todos cedieron a los aprietes de los dueños de los medios. Sin darse cuenta de que, en ese mismo acto, estaban alimentando la bestia, que ahora se ha transformado en una argamasa incontrolable y voraz.

Acaso lo único positivo en estas horas es que esa prensa ha perdido credibilidad y, de manera consecuente, acompañamiento de la ciudadanía. Ergo, también ha perdido “poder de fuego”.

Nótese la ostensible caída de MDZ, medio que aparece ridiculizado en redes sociales una y otra vez. Otrora influyente e interesante, ha sucumbido a los caprichos del malogrado Orly, quien lo ha convertido en la moneda de cambio para mantener sus caprichos de millonario, que incluyen, no uno, sino varios aviones privados y otros ostentosos bienes.

¿Cómo mantiene el también piloto de Dakar el piso entero que compró en el edificio Regalía de Miami, donde también sabe recalar Lionel Messi? ¿Habrá pagado 40 millones dólares también el dueño de MDZ? ¿De dónde salió esa plata? ¿Y su Ferrari edición limitada? ¿Y todo lo demás?

En los círculos de poder se asegura que Orly vive en Miami justamente por eso, por temor a ser investigado por los organismos de control argentinos. Habladurías, como diría Carlos Pagni.

Como aquel rumor que asegura que en Tunuyán el radicalismo busca comprar una casona en 40 millones de pesos para instalar un comité, algo innecesario y anacrónico.

La trama la reveló Mendoza Today hace unos días y fue la comidilla de la política en tierras de Emir Andraos. Casi que no se habló de otra cosa. O sí: el caso de Cristian Gottardini, a quien por orden explícita del presidente del Comité departamental tunuyanino, Paulo González, el oficialismo tunuyanino debió salir a bancar. De mala gana.

En abril de 2022, Mendoza Today contó las desventuras de Gottardini, entonces concejal, quien buscaba “colocar” a la esposa de su hermano para cubrir “un cargo que no existe”. Ello derivó en una carta documento enviada al periodista que ofició la revelación.

Se trata de un personaje polémico, acusado de diversos desaguisados. Entre ellos, estar “auspiciado” por una empresa de viviendas que “cobra pero no entrega”.

Así y todo, se persiste en sostenerlo. ¿A efectos de qué? ¿Cuál es el poder que tiene este personaje para que lo banquen desde lo más alto del poder? Preguntas sin respuestas, desde el corazón dilecto del Valle de Uco.

A poca distancia de allí, en Tupungato, se cocina otro escándalo: la contadora de aquel municipio hizo una presentación en el Tribunal de Cuentas por un importante faltante de dinero en la gestión anterior, la del ahora senador Gustavo Soto.

Habrá que ver qué hacer al respecto Néstor Parés, titular de ese cuerpo. ¿Le dará curso a la denuncia o la va a cajonear, como suele hacer aquel organismo cada vez que hay un señalamiento contra “los propios”? En Mendoza todo es impunidad y ocultamiento, jamás hay que olvidarlo.

De hecho, el pasado jueves por la noche el marido de Mercedes Rus sufrió un robo a su camioneta. Pero se mantuvo en total secreto. Por obvias razones: en medio de la ola de inseguridad local, ¿cómo explicar que la pandemia también afecte a la ministra de Seguridad?

El hecho ocurrió en Carola Lorenzini y San Martín, de Godoy Cruz. En aquella intersección le rompieron el vidrio de la Toyota Hilux al esposo de la funcionaria, pero finalmente no le robaron nada. Básicamente porque no tenía nada en el vehículo.

Habrá que ver si lo sucedido impulsa a Rus a potenciar la lucha contra el delito en la provincia. Hay que reconocer que “algo se ha hecho”. Pero resta mucho aún. Muchísimo.

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