Christian Sanz

Acerca de Ricardo Montacuto, Mendoza Post y el intolerable periodismo operador

Por Christian Sanz, director periodístico de Diario Mendoza Today.

Antes de empezar a escribir esta crónica en incorrectísima primera persona, debo hacer una aclaración importante. No tengo nada personal contra Ricardo Montacuto, así como carezco de animosidad alguna contra alguien en particular.

Lo que suelo escribir es parte de mi trabajo periodístico. Son señalamientos que siempre se sostienen en las respectivas fuentes y pruebas ad hoc. Como suelo recordar cada tanto, soy el periodista más querellado del país, y jamás he perdido un solo juicio, ni civil ni penal. Ello por la responsabilidad de mi tarea profesional.

Dicho esto, quiero hablar sobre el susodicho Montacuto, quien decidió dedicarme un hilo de Twitter en las últimas horas acusándome de “mitómano” y “farsante”. Lo cual denota, de por sí, que no hay hechos de corrupción que pueda endilgarme, solo injurias que reposan en su mente.

De hecho, es curioso que habiendo trabajado con él durante seis años en Mendoza Post jamás me haya reprochado nada. Al contrario. Dos veces me fui de aquella redacción. Por decisión propia. Justamente porque empecé a observar cómo se operaba a favor de tal o cual político y se censuraban notas que cuestionaban los excesos del cornejismo. Muchas de ellas abundantes en documentación.

Se trata de una ecuación insoportable, al menos para mí: cuanto más crecía la censura, más aumentaba el enriquecimiento de Montacuto y sus socios. Millones y más millones.

Ello me llevó a fundar este diario, Mendoza Today, que carece de restricciones a la hora de informar. Pueden dar fe de ello cualquiera de los periodistas que aquí se desempeñan. A ninguno jamás se le ha censurado nota alguna. Ni una sola vez. Más aún, es el único diario mendocino que tiene Manual de Estilo y Defensor del Lector.

Volviendo a Montacuto, mucho yo podría contar sobre sus “agachadas”, porque las vi en primera persona. Pero no lo haré, porque no quiero hacerle daño a un hombre que se encuentra ya muy desprestigiado a nivel social.

Nótese que ningún colega ha salido a respaldarlo frente a mis acusaciones. Y la mayoría de los comentarios que tiene su posteo de Twitter, terminaron operando cual búmeran contra su propia persona.

Tal su credibilidad. En declive, igual que la de Mendoza Post, que opera de manera desenfrenada y evidente, por pauta básicamente. Miles de millones de pesos. Un escándalo total, del cual hablaré en unos días, con los documentos pertinentes. 

Un robo a gran escala, que derivará, más temprano que tarde, en causas judiciales que complicarán a Montacuto, sus socios y otros operadores de otros grandes medios de Mendoza.

Insisto: no tengo animosidad contra él, solo me enfurece cuando algún “colega” opera por dinero, para tal o cual persona. No importa quién. Es lo que hace este hombre, quien se ha ganado el mote de “Montacurro”.

Si yo estoy equivocado, lo invito a un debate público, para ver quién tiene razón y quién está equivocado. De paso, será interesante que explique algunos documentos que conservo, donde queda expuesta su manera de operar.

Dicho sea de paso, destaco una de las tantas respuestas al tuit de Montacuto: “Te duele la verdad Montacuto, viniste a romper las pelotas a Mendoza. Le seguís cagando la existencia a los empleados públicos. 8 años llevan de maltrato y vos festejas 4 años más, todo por una monedita. Sos despreciable”. Es solo uno de los tantos tuits, y todos los demás van por la misma senda. La adhesión a sus palabras ha sido casi nula.

Con una frutilla de postre: uno de los pocos “me gusta” que recibió proviene de Lautaro Cornejo, hijo de Alfredo ídem. Nada que agregar.

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