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La revelación de Graciana Peñafort, el escudo legal de CFK: “Tercos, roncadores, perezosos”

La historia que cuenta la abogada de Cristina Kirchner en la red social emocionó a muchos de sus seguidores, quienes se vieron reflejados en la historia según le fueron respondiendo en los tuits.

La abogada  Graciana Peñafort publicó un extenso y emotivo hilo en la red social X, en la que detalla situaciones de su vida vinculadas con su perra bulldog y otras cuestiones personales.

La historia que cuenta la abogada de Cristina Kirchner en la red social emocionó a muchos de sus seguidores, quienes se vieron reflejados en la historia según le fueron respondiendo en los tuits.

La confesión viral de Graciana Peñafort

Los siguientes son los ocho tuits publicados por la abogada:

Hace muchos años, cuando Gastón puso en mis brazos la primera bulldog yo no sabía que estaba a punto de enamorarme una raza que no conocía y que tal vez nunca hubiese elegido. Tercos, roncadores, juguetones, perezosos, glotones y muy pero muy cariñosos.

Morgana me acompaño con sus ronquiditos 13 años, una separación devastadora y se quedó conmigo hasta el fin de la pandemia. Mi fiel morganita…cuando se murió yo no sabía cómo seguir sin mi bulldoguita. De hecho ponía en loop una grabación de ronquidos de bulldog para dormir.

Porque no sabía dormir sin mi bulldoga roncando, mi enorme y tierno “ruido blanco” para poder dormir. Un mes después de la muerte de morgana, tuve un infarto y yo siempre pensé que mi cuerpo decía en síntomas lo que yo sentía…que se me había roto el corazón para siempre.

Pero no había a llegado mi hora y sobreviví al infarto y empecé a darme cuenta de lo congelada que tenía mi vida desde mi separación, de hecho aún vivía en la misma casa donde buena parte de los espacios eran de Fede en mi cabeza.

Y no saben todo el espacio y el desorden que pueden ocupar la soledad y un corazón roto. Miraba mi casa y en mi mente resonaba el indio cantando “Vos fuiste la derrota que mi alma no soportó” y no sabía bien si era por mi ex o por Morganita. Y yo creo que era por ambos.

Hasta que un día de diciembre vino el Mono con Ramonita, tan pequeña, tan ruiditos de cachorra y que encontró de inmediato el hueco perfecto para meterse en mis brazos y dormir. Y lo que estaba muerto y roto, volvió a florecer. Seis meses después nos estábamos mudando de casa.

Con Ramona, Lobito y los libros. Y la cantidad de cosas que se masticaron esos dos mientras trataba de acomodarme en la casa nueva mejor ni contarlas. Como sea, de pronto estaba viva de nuevo y sé que fue gracias a los ronquidos de ramonita.

Hoy me toco despedir a mi Ramonita, su corazón de cachorrita no aguantó más, Cardiopatía congénita dijeron en la veterinaria, pero yo sé que ese corazoncito no aguantaba más el andar por la casa a los saltitos, como la perrita feliz que siempre fue

Y voy a estar eternamente agradecida por haber hecho que volviese a disfrutar de la vida y a tener esperanza. Y como dijo el mono, hiciste que volviese a sonreir. Y las dos sabemos que nunca se olvidan a quienes amamos y a quienes nos hacen sonreir. Y vos sos ambas Ramonita.

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