Un misterio llamado Francisco “Paco” Pérez: ¿Qué es de su vida? ¿Por qué abandonó la exposición pública?

Francisco “Paco” Pérez es todo un misterio. Acaso es el único ex gobernador de Mendoza del cual no se tienen noticias. También es uno de los pocos que decidió no persistir en la función pública.

Diario Mendoza Today viene tanteándolo hace un par de años, en la pretensión de que conceda una entrevista. Pero él no quiere. Y es insistente en su negativa.

“Estoy como todos, tirando del carro, en una situación muy compleja y difícil de divisar a corto plazo”, dijo a este medio hace unos días, tan amable como cortante.

No quiso aportar mayores detalles al respecto. Y con él, hay que decirlo, jamás funciona la repregunta. Ofreció compartir un café con este periodista en algún impreciso momento, pero con la exigencia de que lo que allí se hable jamás trascienda.

“¿Entrevista? Te agradezco mucho que me tengas en cuenta, pero prefiero seguir con perfil bajo y que protagonicen los que tienen responsabilidades públicas”, puntualizó.

Paco cree que a nadie le importa lo que él hace en la actualidad, pero se equivoca. Como se dijo, es uno de los personajes más interesantes de la política de los últimos 25 años.

Su gobierno tuvo enormes falencias, desde ya, pero también ostensibles logros: durante su mandato se inauguró el Espacio Cultural Julio Le Parc, se crearon 217 salitas de Nivel Inicial y Jardín de Infantes; se construyó el Hospital Regional de Malargüe y se avanzó en la segunda etapa del Ramón Carrillo en Las Heras.

También ostenta la construcción del Hospital de Luján de Cuyo, la remodelación de los hospitales de Tunuyán y San Martín y la inauguración de los consultorios externos del Hospital Central. Y mucho más.

Ni hablar del tópico Seguridad: durante su mandato se trabajaba con fuerzas federales, la justicia Federal y provincial, la Aduana, AFIP y principalmente con la DEA. Se creó incluso el departamento de Narcocriminalidad con Edificio en Base Cóndor. Equipamiento de última generación.

“Hoy todo eso desapareció y fue absorbido por Robos y Hurtos”, recuerda Paco. Y vuelve a su clásico mutismo, el que lo caracteriza desde que dejó el poder.

Hay varias leyendas urbanas que lo circundan, a las cuales jamás otorga crédito. Se habla de problemas de salud, de una incipiente depresión e incluso de amenazas contra su vida. Por meterse con gente complicada.

Criminales y narcos que asolaban la provincia. Y que ostentaban —y ostentan— contactos estrechos con la política. Pero dicen que Paco desconocía estos vínculos.

Él lo niega, con énfasis. Pero los que cuentan aquella trama son personas que trabajaron codo a codo junto a él, en su gobierno. Referentes que vieron cosas que pocos se animan a imaginar.

Ninguno de ellos volvió a la función pública, al igual que Paco. La mayoría lo explica sin pelos en la lengua: dicen que los han amenazado de muerte, y ellos quieren algo de paz y tranquilidad en sus vidas, para estar con sus familias.

Uno lo entiende, y por eso no pregunta demasiado. “Vos mismo denunciaste a algunos de esos narcos”, dice a quien escribe estas líneas uno de los informantes, otrora secretario de segunda línea de Paco.

Ante mi insistencia, solo agrega: “Buscá por el lado de los boliches de Guaymallén que vos publicaste, y los hermanos constructores. Y también la ruta Bolivia y Perú hacia Chile, por Mendoza”.

Aporta varios nombres, pero pide que no se publiquen, porque aquellos narcos mantienen la protección del poder. De radicales y peronistas. Peronistas y radicales. El orden de los factores no altera el producto.

Son referentes que están en lo más alto del poder mendocino. Imposible no imaginar quiénes son. Algunos son célebres por las leyendas urbanas que han acumulado al paso de los años.

Manejan el contrabando y la droga a través de ostentosos punteros políticos. También merced a los barrabravas de los principales clubes de fútbol de la provincia. Sobre todo en Las Heras y Godoy Cruz.

Pero no es hora de irse por las ramas, la cuestión ahora mismo es Paco y su misterioso devenir. Respecto del cual este esquiva toda pregunta posible.

“Te sigo diariamente y rescato tu coraje y objetividad para abordar algunos temas”, se despide cortésmente el otrora gobernador de este cronista. Uno agradece, sin más. No hay mucho más para decir.