Christian SanzPortada

La política “marmota” de Mendoza, más revelaciones sobre la reina guaymallina, y nuevo escándalo en Las Heras

Además: Cristina copó la mesa del Frente de Todos, Macri no se decide, y los sobreprecios de la protegida de Larreta.

La política mendocina parece destinada a aburrir, siempre. Nada ha variado en las últimas semanas, ni un ápice. Omar De Marchi insiste con sus amagues de que romperá y competirá por fuera de Cambia Mendoza, y el radicalismo persiste en “rigorearlo” a través de ultimatums poco creíbles. Parece el “día de la marmota”, que se repite una y otra vez.

Entretanto, Patricia Bullrich asegura que le va a hacer “chas chas” a De Marchi y amenaza incluso con intervenir el PRO en Mendoza. Habrá definiciones la semana que comienza. Dicen.

En ese terruño, Alfredo Cornejo persiste en la confianza de que será el próximo gobernador de Mendoza. Mira el horizonte y no observa a nadie que pueda hacerle sombra. Pero es un gran error, el mismo que cometió César Biffi en 2007 y terminó siendo derrotado por Celso Jaque, a fuerza de agotadoras caminatas.

La diferencia entre aquellos días y estos es que el peronismo no tiene aún un candidato firme e indiscutido. Es lo que envalentona a la UCR. Pero es algo que puede variar de un momento a otro. Y el mapa electoral puede cambiar rápidamente.

Jamás hay que olvidar lo que sucedió en marzo de 2009, cuando Francisco De Narváez decidió competir contra Néstor Kirchner en su propio terruño: la provincia de Buenos Aires. Las mediciones lo daban seguro perdedor. No obstante, tres meses más tarde terminó venciendo.

Fuera de la aburrida cuestión electoral, los escándalos de corrupción empiezan a asomar fuerte en la provincia y prometen condimentar la campaña política. Guaymallén es el mejor ejemplo de ello: el peronismo ha impulsado una ostentosa denuncia contra funcionarios de ese departamento por el robo de materiales para la construcción. Siempre pensando en la campaña electoral.

Marcelino Iglesias traga saliva entretanto, porque lo que salió a la luz es solo la punta del iceberg. Como viene revelando Diario Mendoza Today, los escándalos en la comuna a su cargo son múltiples y variados. Y lo que es peor: están documentados.

Fuera de los hechos de corrupción, hay un tópico que complicará al inquieto Marcelino, referido a la Vendimia de ese departamento. Como reveló este medio, la municipalidad de Guaymallén había contratado a Natalia Mercery para cantar en un evento dos meses antes de coronarla como soberana. Y también lo hizo muchas otras veces, como puede verse en este posteo del año 2017. 

Pero hay más: la mujer ni siquiera vive en ese departamento, sino en Las Heras. Para comprobarlo basta saber que las asignaciones que le abona la ANSES las cobra en el Banco Nación de calle Dr. Moreno.

Hablando del terruño lasherino, pocos saben que pelea cabeza a cabeza con Guaymallén en lo que a desaguisados respecta. Allí, a diferencia del municipio guaymallino, hay una encarnizada guerra de poder entre diversas facciones, que no logran ponerse de acuerdo. Ninguno zafa. Son malos contra malos.

Encabeza en ranking de malvados Janina Ortíz, la obcecada novia del intendente Daniel Orozco y, a la sazón, secretaria de gobierno. Su figura infunde temor por doquier. Por la manera que ostenta de manejar el poder, con mano de hierro.

Como reveló este diario, se ha munido de un nutrido grupo de “soldados” que le responden sin vacilar. Una suerte de secta, que le responde a una lideresa impiadosa. Son cerca de 400 personas, muchas de las cuales ingresaron tras la llegada de Orozco al poder.

En realidad, la cuestión es más escandalosa aún: unos 1.500 empleados se han sumado a la comuna, entre contratados y planta permanente. Y otros tantos han sido ascendidos. Justamente los que responden a la inefable Janina.

Muchos de ellos manejan una suerte de “troll center”, abocado a atacar en redes sociales a los potenciales enemigos de su jefa. Este periodista ha sufrido parte de aquel rigor, dicho sea de paso. 

También el candidato Andrés “Peti” Lombari, a quien “carpetearon” con su patrimonio en redes sociales. Escracharon sus casas en La Bastilla, su camioneta 4×4 y hasta el auto de su señora, entre otras polémicas cuestiones.

Todo ello a efectos de tapar los escándalos que complican la gestión de Orozco, como los negocios de su hijo Alfredo “Fredy” Vila y Diego Dumit. Entre otros, licitaciones de cámaras y la “gran obra de agua” que nunca llegará.

No es lo más grave: Orozco y Janina desembolsan la friolera de un millón setecientos mil pesos por mes para que la empresa Floyd Producciones, perteneciente a Martín Sosa, haga campaña de su gestión. 

Ese monto, que sale de los impuestos de los vecinos de Las Heras, se suma a la millonada que les llega a los medios mensualmente para lo mismo: mostrar los actos de gobierno. En realidad, esa pauta es dinero que sirve para que los medios mendocinos no hablen sobre la corrupción en esa comuna. ¡Menos mal que existe Mendoza Today!

Cristina coquetea con volver

Esta semana, se reunió finalmente la mesa del Frente de Todos, que busca consensuar el armado de listas de cara a las elecciones de este año. Abrevan allí referentes del albertismo, el cristinismo, los sindicatos y los movimientos sociales. También algún que otro peronista de pura cepa.

Fue una trampa brillantemente pergeñada por Cristina Kirchner, quien se mostró dialoguista para con Alberto Fernández y le propuso elegir juntos a los candidatos del kirchnerismo. Lo hizo a través del asesor estrella del presidente, el ascendente Juan Manuel Olmos.

La idea, como se dijo, era la de avanzar en una especie de joint venture para armar las listas del Frente de Todos. Sin embargo, la vicepresidenta terminó copando el meeting e impuso sus propias condiciones. 

Lo primero que hizo fue abarrotar de afiches la periferia de la sede nacional del Partido Justicialista, en calle Matheu, donde se motorizó el encuentro de marras. Aparecieron carteles por doquier con la leyenda “¡Proscripción un carajo! Cristina 2023”.

Es parte del operativo clamor del cual se viene hablando Diario Mendoza Today. Similar al que organizó Alfredo Cornejo en Mendoza, con cientos de militantes que reclamaron su regreso al redil mendocino y lo terminaron “convenciendo”.

Con la vicepresidenta ocurrirá algo similar: por caso, CFK ha empezado a admitir tibiamente que podría aparecer en alguna lista del FdT, aún cuando juró que no lo haría más.

Lo que aún se desconoce es el cargo por el cual se postulara: ¿Presidenta de nuevo? ¿Vicepresidenta? ¿Senadora? Imposible saberlo.

Sea cual fuere el lugar que decida ocupar Cristina, si es que finalmente acepta competir, lo que quedará claro es que no está proscripta ni mucho menos. Solo fue otra mentira utilizada para manipular a su propio electorado, que cada vez le cree menos, dicho sea de paso.

El mismísimo Aníbal Fernández lo admitió este sábado desde Francia: “Cristina no está proscripta, puede ser candidata si quiere”. Se recuerda que el ministro de Seguridad gravita en el mismo espacio político que la vicepresidenta. Por las dudas.

Como se dijo, la mesa del Frente de Todos terminó siendo copada por lo más granado del cristinismo, con Máximo Kirchner a la cabeza. Ello explica por qué todo lo que allí se decidió es de conveniencia de Cristina, no de Alberto. Menos aún del peronismo tradicional.

El ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro lo dijo con todas las letras: en la mesa del Frente de Todos “estuvimos de acuerdo en desarrollar acciones contra la proscripción de Cristina”. Es lo que buscaba instalar el sector que lidera la vicepresidenta. Lo demás es cartón pintado. Solo declaraciones de buena voluntad que carecen de peso político.

Ante ese panorama, Alberto empezó a desinflar en su cabeza la idea de su propia reelección. Sabe que será pelear contra molinos de viento. Y que no llegará a nada finalmente. 

No es lo que más le preocupa al jefe de Estado, sino el hecho de que nadie le ha ofrecido aún conchabo alguno para cuando se termine su mandato. Siquiera algún cargo menor que le permita retirarse con dignidad. Nada de nada.

Eso sí, a lo largo de su presidencia ha obrado un milagro pocas veces visto: lo detestan todos. Propios y ajenos. Los kirchneristas, por tibio; los peronistas, por haberse “vendido” a los K; los sindicatos, por lo mismo; los gobernadores, por no haberse animado a romper antes con Cristina; Juntos por el Cambio, por lógica oposición. Y así sucesivamente.

El destino de Alberto parece ser el de arrebatarle el podio a Fernando De La Rúa como peor presidente de la historia argentina. La diferencia entre uno y otro es que este último jamás reivindicó su gobierno como si hubiera sido ejemplar.

Es lo que suele hacer Alberto: asegura que la Argentina creció más que China y que el país es, poco más, la envidia de Suiza. Ya no se trata de la discusión sobre su gestión, sino sobre su cualidad mental. ¿Está en sus cabales el mandatario? ¿Podría pasar con eficacia un simple Test de Rorschach? La respuesta podría inquietar a más de uno.

Hablando de política de cabotaje, Mauricio Macri parece destinado a seguir los mismos designios que Cristina. No se decide a ser candidato a presidente. Lo desea con todo su ser, pero sabe que será un camino complejo, que provocará fuertes enojos dentro de su propio espacio. 

No es lo único: el otrora mandatario sabe que no puede fallar en su nuevo gobierno, como le sucedió en su anterior presidencia. Asegura que aprendió, que ya sabe lo que hay que hacer. Pero, ¿es así realmente? ¿Tiene claro cuáles son los desafíos de la Argentina que viene? Más aún: ¿Tendrá en cuenta que el país es totalmente diferente al que era en 2015?

En otro orden de cosas, se viene un debate interesante en la Ciudad de Buenos Aires tras el asesinato de la oficial Maribel Zalazar, quien fue baleada por un hombre desequilibrado en la estación C del subte de Retiro.

¿Cuán capacitados están los policías de la Ciudad? ¿Qué preparación tienen? ¿Y el equipamiento, es el adecuado? 

No son las únicas preguntas, ni las más inquietantes: ¿Quién es el encargado de las millonarias compras que hace esa fuerza? ¿Quién controla aquellas adquisiciones?

Al hurgar en aquellos asuntos aparece la sombra de una mujer llamada Genoveva Ferrero, consejera de la Magistratura y “mano derecha” del oscuro Edgardo Cenzon, actual armador electoral de Horacio Rodríguez Larreta.

La mujer, más que “cercana” al juez Ariel Lijo, es la persona señalada por los presuntos sobreprecios en la compra de elementos para la policía de la CABA y la adquisición de material “no apto” según normativas internacionales.

A pesar de ello, nadie jamás hablará de Ferrero, por varios motivos, principalmente uno: es amiga íntima de Milagros Maylin, la novia del alcalde porteño. No hay remate.

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