Néstor Bethencourt

Principio del fin del mandato de Marcos Calvente: causas y efectos del que “no la vio” en Guaymallén

Torpe como pocos, el mandamás entra en una espiral superior a la de Luis Lobos.

Néstor Bethencourt
Néstor Bethencourt

Guaymallén vuelve a sufrir una vez más la impericia de sus intendentes, condenando así al municipio a una posible nueva etapa por venir.

En la semana que culmina, Christian Sanz, director de Diario Mendoza Today recibió un llamado de gobernación. Si bien suele tener comunicaciones regulares por lo que significa llevar adelante un medio independiente, la mayoría son en pos de “bajar línea”, o al menos intentarlo.

En ese tira y afloje constante, que ya es parte del juego, las relaciones se mantienen mejor en algunos casos que en otros, pero el hilo nunca se corta, la independencia tampoco.

En este llamado en particular, el mensaje sonó tan contundente como en cierta forma doloroso ya que refería a la visita en principios de semana de Marcos Calvente a Gobernación con el fin de obtener alguna complicidad, ayuda o lo que fuera suficiente para acallar las voces aquí publicadas en contra de su gestión.

La respuesta recibida por el alcalde comunal fue un NO rotundo y directo, agregando que ya no querían tapar las anomalías que en dicho municipio suceden, por lo cual a partir de entonces Calvente no tiene apoyo ni respaldo político de ninguna índole.

Alguna muestra de los porqués del presente de Calvente

El casi veterano, narcisista, que solo se preocupa por su imagen y seducir a mas no poder, tal como adolescente de antaño en pleno baile, siempre dispuesto, juntando adoratrices en oficinas donde suelen festejar cumpleaños en horarios de oficina, permitidos por el “bomboncito”, como lo suelen llamar y disfruta. Una cáscara vacía ante tanta necedad, perdón, necesidad de gestión.

Si bien suelo pegar con documentos y razón al déspota de Marcelino Iglesias (hoy un simple decorado caro en el Senado provincial), al menos a diferencia de Calvente, tenía cintura política, este solo cuida la cinturita. Nunca recibí refutación alguna por mis notas.

Nunca tuvo manejo político, ni le interesó tenerlo, siendo un ladero de Marcelino Iglesias, se recostó en él, y aun gozando, en todo aspecto, de su cargo, apeló más al narcicismo que al aprendizaje de la administración de la cosa pública haciendo política.

Jamás atendió los reales problemas de la gente, solo posó cancheramente para los actos de elite, ni siquiera responde el teléfono a los propios, menos a los ajenos.

Si mediante intermediarios ofreció pauta para acallarme nunca aceptada, claro, pero jamás una charla o entrevista cara a cara, y eso que durante 2 años (2015-2017) trabajamos juntos en los inicios de la gestión de Iglesias (El secretario de Obras, yo subdirector de Comercio, por lo que conozco el paño, y el ganado respeto del empleado municipal).

Con solo recordar el enorme yerro al permitir como secretario de Obras en la era Iglesias arruinar la vida de dos señoras mayores permitiendo dejarles la“Casa pileta” he inhabilitarles el negocio que era su ingreso dinerario principal por culpa de Iglesias (dicho por él a este cronista) y no resolviendo cuando ahora es intendente lo pinta de cuerpo entero.

La imposibilidad de desarrollar emprendimientos inmobiliarios por desarrolladores, ante la incapacidad de gestión de la dirección de planificación Cintia Brucki, sin soluciones a la vista, pero si desarrollar desde el municipio con constructores “amigos”, que provocan graves conflictos en zona de km. 8, entre otros.

Los millonarios gastos en compra de bolsones de mercadería, los cuales en gran cantidad se reparten entre punteros e incluso son vendidos en negocios de estos no llegando a la gente, no solo le dan un aire populista sino también de fraude de casta.

Su entorno más cercano en su mayoría, no todos son los más cuestionados por sus turbios manejos, sea por nepotismo, manejo de compras y licitaciones poco transparentes y dudosas, privilegios de toda índole a quienes rendían pleitesía u ofrecieran favores obteniendo a cambio jugosos ítems remunerativos a cambio, y dejando una brecha feroz con el trabajador municipal, viniendo ellos del mismo cargo, o incluso ascendidos que en la gestión Iglesias.

El inmediato corte de manga al asumir que le realizara a los popes del Cambia Mendoza, (Cobos, Iglesias, etc.) cuya consecuencia es el principio del fin, ya que no es que se los sacó de encima para mostrar una gestión superadora, sino todo lo contrario, logrando empezar peor de lo que dejó Iglesias, algo que parecía imposible de lograr, pero que Marcos Calvente logró con solvencia, de la mala, obvio.

En su afán de tomar poder sin conocer el mismo, metió ciertos personajes del peronismo en lugares sensibles, quienes entraron solo para aprovecharse a full de la cosa pública, como el emblemático caso del subdirector de parque automotor Rubén Darío Suarez, quien no solo abusa de las movilidades en provecho propio, sino que las mal utiliza para búsqueda y traslado de personal, llevar chicos a la escuela por funcionarios afines y cercanos a Calvente, y hasta el enorme curro de tener talleres “amigos y/o propios” que maneja cifras siderales imposibles de justificar.

Sumado a un director de gestión y control, Pablo Raddi, que compite con su nueva subdirectora Lorena Cañete a ver quién se queda con el botín más grande a su favor.

Los ya eternos problemas con playa de secuestros, licencias, la familia Fernández (que sueñan impunidad) cuyas maniobras ya son tan notorias que esperemos la justicia pueda actuar.

Agregando perversión el sistema democrático que logra ese desequilibrio llamado mayoría en el concejo deliberante que, para que la oposición pueda hacer algo, necesita dos elecciones al menos para empatar poder.

En estas últimas tres semanas, se multiplicaron los mensajes de todo tenor recibidos en mi casilla de mail y WhatsApp, generando notas casi a diario, muy pocas en relación con notas pendientes, ya que las aberraciones denunciadas con pruebas y testimonios merecerían un diario exclusivo.

Si queda claro que la plena ineptitud para el cargo de Calvente también es producto de los manejos de Marcelino Iglesias y Alfredo Cornejo, que, si bien hoy le sueltan la mano, no queda claro si es porque también se están hundiendo juntos, o lo descartaron para seguir únicamente con los socios.

Las mías no son palabras caprichosas, es haber escuchado al empleado municipal y al ciudadano, tal cual se podría haber hecho desde la comuna, y lo triste es que lo relatado es una ínfima parte de lo que sucede, (no sea cuestión de avivar giles).

Parafraseando al cantautor Joan Manuel Serrat, con una leve modificación de mi parte digo: “Entre estos corruptos y yo hay algo personal”.

Definitivamente Calvente no la vio.

Y ya es tarde.

Pueden contactarse conmigo al WhatsApp 2612327760, o al mail: nesbeth@gmail.com

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