Christian SanzPortada

Una oculta toma de rehenes, el regreso de Daniel Orozco y ¿quién está detrás de las amenazas contra Cornejo?

Además, el comisario de Rivadavia que el poder no quiere investigar y el expediente que inquieta a Francisco Lo Presti.

El dato pasó casi inadvertido y sólo fue publicado por Diario Mendoza Today, pero ostenta una relevancia superlativa: este viernes apareció un cartel con una fuerte amenaza contra Alfredo Cornejo.

Ocurrió en Corredor y San Lorenzo, frente al corralón municipal de Godoy Cruz: allí sorprendió un cartón marrón pintado con letras blancas advirtiendo al gobernador mendocino. “Cornejo estás muerto HDP ladrón cuidate, ya vamos por vos”.

Lo ocurrido provocó severa desorientación y preocupación en el seno del Ejecutivo provincial. También un oportuno mutismo. Nadie quiere hablar del tema en el Gobierno.

Las sospechas son unidireccionales: apuntan a la policía de Mendoza, en un contexto de queja y enojo que parece no querer culminar. Siempre vinculado con la cuestión salarial.

La investigación del hecho recae en el ayudante fiscal Sergio Mortarotti, quien no desconoce que posee sobre su cabeza la mirada del cornejismo a pleno, que espera una respuesta urgente.

En ese contexto, no hay mucho que pueda hacer el funcionario judicial. Apenas sí analizar la caligrafía del cartel y otear en las cámaras de seguridad de la zona a efectos de conseguir alguna pista, por mínima que sea. Lo demás será pura suerte.

No es lo único que debería observar Cornejo respecto de la policía mendocina. En Rivadavia, hay elocuente inquietud con relación al jefe de la Departamental, comisario Inspector Marcos Uvilla.

Es un personaje que carga con varios escándalos, principalmente en Malargüe y Santa Rosa. Ahora también en Rivadavia. Se lo acusa de abuso de poder, maltrato y utilización de recursos del Estado en beneficio propio… y de sus allegados.

Una digresión respecto del mismo departamento: conmociona en Mundo Nuevo el caso de una nena de 13 años que se ahorcó dejando una carta a una vecina, asegurando que su padrastro la abusaba y que su madre la golpeaba, acusándola de mentirosa.

Volviendo a Uvilla: en la Inspección General de Seguridad (IGS) hay un detallado expediente que lo investiga por peculado y falta a los deberes de funcionario público. La causa debería ser derivada a la fiscalía de turno, pero ello aún no ha ocurrido. Inexplicable.

Aunque no parezca, este tipo de situaciones también erosionan la vocación de los policías. No todo se resume a lo salarial.

Los uniformados perciben que los jefes policiales se enriquecen a través de públicos hechos de corrupción y jamás son castigados. El caso de Uvilla es solo un botón de muestra. Como viene denunciando este diario, los casos se cuentan de a docenas. A la hora de analizar el malestar policial, Cornejo debería evaluar este tópico. 

Ojo, no es algo que sólo atañe a la policía: hace una semana, en el módulo 2, ala 1 del complejo Almafuerte, un interno llamado Ferreyra Ervidia, alias el “Grandote”, tomó de rehenes a dos efectivos penitenciarios. Acto seguido, logró salir del ala y agredió a otro interno que estaba al resguardo.

Lo curioso del hecho, que no fue publicado por ningún medio, es que los directivos del complejo no tomaron ninguna medida contra Ferreyra. Más aún: a los efectivos afectados, de apellido Primavera y Gil, les ordenaron decir que “sólo fue un susto”. Ello en caso de que trascendiera lo sucedido.

Se insiste: cuando ocurren este tipo de situaciones, que terminan siendo ocultadas por el poder, se desinfla cualquier vocación. No solo en la policía, sino en cualquier ámbito.

La solución es bien sencilla: hay que potenciar la transparencia, argamasa de la cual la política carece. Gobierne el partido que gobierne.

Ahora mismo, por caso, hay toda una polémica con los gastos del Senado local: aseguran que no hay forma de ver las resoluciones de presidencia. Y hay personal que no quiere hacerse cargo de ciertos movimientos contables. Habrá novedades al respecto.

También se vienen escandalosas revelaciones en torno al municipio de Las Heras. Como adelantó esta semana Mendoza Today, hay una arrepentida que se presentó en la Justicia y reveló una serie de entramados de corrupción en aquella comuna, que complican a reputados referentes de la política y ostentosos empresarios provinciales. Siempre en detrimento de las finanzas públicas.

La presentación aparece dividida en tres escritos diferentes y empieza a inquietar al intendente Francisco Lo Presti, actualmente rehén de unos y otros intereses.

Ciertamente, no es lo único que debería incomodar al mandatario comunal: desde el entorno de Daniel Orozco aseguran que se está preparando su regreso. No solo busca volver a ser intendente en 2027… va detrás del poder real de Las Heras.

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