Investigación

😠 Acerca de ESCO, y Mendoza, y las estafas en los planes de ahorro… y la lógica de la idiotez

A veces es mejor aclarar lo menos posible. Pero a uno lo agotan ciertas acusaciones y señalamientos. Cartas documento, amenazas, amagues y verdades ocultas.

Christian Sanz
Christian Sanz

Hace un par de semanas, decidí publicar el resultado de una investigación sobre planes de ahorro que “enchastró” a la empresa ESCO, más que reconocida en el mercado automotor.

Antes de escribir el artículo de marras, consulté a gran cantidad de fuentes de información y contrasté documentos de todo tipo, no solo contratos de la empresa que jamás se cumplieron, sino también mensajes privados entre presuntos estafados y puntuales representantes de la firma.

La nota en cuestión tuvo una repercusión inesperada, descomunal, que no pasó desapercibida para la propia empresa, que decidió enviarme una serie de cartas documento exigiéndome que rectificara la información so pretexto de hacerme una querella por calumnias e injurias (ver al pie).

La amenaza no me preocupó en absoluto, ya que tengo más de 40 juicios civiles y penales ganados en diversos tribunales del país, todos iniciados por personas que aseguraron haber sido damnificadas por mi trabajo profesional.

Dicho sea de paso, amerita una felicitación aparte a mi abogado Alejandro Sánchez Kalbermatten, quien me defiende en esas colosales peleas tribunalicias.

Allende la amenaza de ESCO, que aún no se materializa en ninguna querella concreta, me molestó sobremanera que, en lugar de explicar por qué acumulan tantas denuncias a lo largo y ancho del país, decidieran ensuciarme asegurando que mi nota había sido pagada por “la competencia”. Sin dar mayores detalles sobre quién me habría pagado.

Sin ir más lejos, una tal Nancy Ocampo, team leader de un grupúsculo de ESCO, dijo a sus subordinados que mi nota fue pagada “por alguna concesionaria celosa de scorin de ESCO”. Textual.

¿Facilagro acaso? ¿O Firmat Plan Autos? ¿O Autocrédito SA? ¿Hace falta aclarar que todas ellas están en igual o peor situación que ESCO? ¿Qué todas han sido denunciadas en infinidad de ocasiones por no cumplir con sus promesas?

Lo cierto es que nadie me pagó nada: hay denuncias y señalamientos de personas de carne y hueso que aseguran haber sido estafadas por ESCO. Simple y claro.

En Mendoza, por caso, se cansaron de hacer estragos. Y no solo en la zona céntrica de la provincia: en el local que supo tener ESCO en Godoy Cruz y Perú de San Rafael dejaron un tendal de engañados. El célebre apellido Garavaglia dejó su huella allí.

Y a pesar de ello, de lo obvio y evidente, los tipos insisten en que todo es una “operación” de este diario, que ellos son un grupo de maestras jardineras.

Como revelé oportunamente, detrás de ESCO, hay una gran banda que pertenece a 8 médicos. El jefe es un hombre llamado Sergio Lifschitz, de raigambre marroquí, a la sazón dueño de un conocido frigorífico de María Grande, Entre Ríos, Merco Meat SA.

Al frente del directorio de esa empresa, sospechada de actividades ilícitas, figura un testaferro llamado Gustavo Lobo.

Lifchitz, a quien consideran un “segundo Yabrán” en Entre Ríos. cobró relevancia en 2002 cuando apareció en una nómina con un permiso a su favor para sacar del corralito algo más de 3 millones de dólares del Banco Nación de Paraná.

Como sabe decir Coti Sorokín, “nada de esto fue un error”.

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