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Cornejo le pegó un “palito” a De Marchi, habló de la relación con Milei y dijo que Mendoza es una provincia próspera

El gobernador de Mendoza habló de todo un poco con diario Clarín.

Este domingo, diario Clarín sorprende con una extensa entrevista realizada a Alfredo Cornejo. Allí, el gobernador de Mendoza habló de todo un poco: el juicio que la provincia tiene con la Nación, su valoración sobre Omar De Marchi, y la situación económico-financiera local, entre otras cuestiones.

-Usted dice que el diálogo es bueno con el Gobierno, pero Mendoza tiene un frente judicial abierto contra el Ejecutivo. ¿Cómo lo explica?

-Nosotros fuimos a la Corte Suprema por Ganancias, junto a Corrientes, pero recurrimos la decisión que tomó el Ejecutivo anterior, no éste. También estamos reclamando la quita de los subdisios al transporte, que sí decidió este gobierno. Estamos siguiendo esos temas, por supuesto.

-¿Qué análisis hace de la relación institucional entre el Gobierno y la Corte Suprema de Justicia?

-Es confusa la posición del Gobierno nacional con respecto a al Corte Suprema. Yo creo que esta Corte es independiente, que le ha puesto freno al kirchnerismo, que ha tenido un buen papel en todo ese proceso. Hay que cuidarla. Todas estas modificaciones de integrantes que se proponen está bien que se cubran, pero sería muy importante que no cambie la orientación que ha tenido el tribunal, que fue independiente del poder político.

-¿Cuál es su opinión respecto a la candidatura de un juez federal como Ariel Lijo, que genera polémica?

-Siempre en la elección de un juez de la Corte se ponderan más algunas características por encima de otras. Algunos imaginan que es mejor elegirlo dentro de la academia y otros en la propia carrera judicial. Pero creo que hay que buscar equilibrio entre esas dos. Por un lado, que el juez que se elija tenga prestigio académico, que sea solvente y que tenga un conocimiento de la ejecución de las funciones judiciales. En el caso particular de Lijo, solo conozco lo que trasciende periodísticamente, pero no tengo una posición fijada. Lo vamos a comentar dentro de Juntos por el Cambio en algún momento, porque es un tema en el que vamos a tener que fijar una postura.

-¿Qué es hoy Juntos por el Cambio? ¿Sigue existiendo como la coalición que fue oficialismo y oposición en los útimos ocho años?

-Es una buena pregunta, difícil de explicarla por sí o por no. Yo diría que Juntos por el Cambio es el radicalismo junto al PRO, más algunos partidos menores que también la integran. Una coalición que convivió durante ocho años, con tensiones, es cierto, pero que aguantó junta, cuatro siendo Gobierno y cuatro siendo oposición. No se desarma una coalición tan fácil. Yo creo que estaba más enclenque en 2016 que como estuvo en 2021 o 2022, en la pandemia. Tuvimos equipos técnicos trabajando juntos, bajo una comunión de ideas bastante profunda entre los dos partidos. Ahora el PRO ha optado comprometerse con algunas funciones ejecutivas, pero pasa lo mismo con Luis Petri, que es radical mendocino y es parte del Gobierno. Eso no compromete ni al PRO ni al radicalismo, no hay una coalición de gobierno. Sólo ideas en común, de apoyo hacia esta gestión. Tengamos en cuenta que las ideas de Sturzenegger las estaba preparando para Bullrich y que las de Toto Caputo eran parte de la campaña de Larreta. Yo veo bastante razonable que Juntos por el Cambio apoye una línea de este Gobierno, escaparle a ese debate es hipócrita. Si bien ya no hay reuniones de mesa, sí las hay de interbloque, donde hemos trabajado con otro socio de la coalición como es Miguel Pichetto. Juntos por el Cambio no existe en la formalidad, pero sí existe un programa común que se vino aplicando en estos últimos ocho o nueve años y que va a ser la vertiente electoral para lo que viene.

-Pero se habla de un posible acuerdo electoral hacia 2025 entre La Libertad Avanza y el PRO. Ese escenario obligaría a la UCR a jugar por afuera. ¿O no?

-Me parece que el hecho de que Mauricio Macri presida el PRO lo hace un partido todavía más firme, porque él es uno de los líderes naturales de ese espacio. Aventurar cómo vamos a encarar las elecciones del ’25 y del ’27 en este momento de transición de un régimen económico centrado en el Estado a un régimen centrado en los mercados es adelantarse demasiado.

-En 2023 los dos candidatos a presidente en las PASO de Juntos por el Cambio fueron del PRO. ¿Eso le quita responsabilidad al radicalismo de esa derrota electoral?

-Si bien yo creo que tenemos una menor responsabilidad respecto a las derrotas electorales, también pienso que al radicalismo le iría bastante mal por fuera de esa coalición. En las dos fórmulas hubo candidatos a vicepresidente radicales (Luis Petri y Gerardo Morales). El radicalismo se compenetró, no es que se desvinculó y no tuvo ninguna responsabilidad en la construcción del espacio.

-¿Hoy cómo está la interna radical?

-Creo que hay dos posiciones. Una que mira hacia adentro del partido queriendo afirmar una identidad, pero sin importarle mucho qué demanda y qué votó la sociedad. Y hay otra facción, mayoritaria, que comulga con el simpatizante radical, que tuvo en el balotaje una posición unívoca, no ambigua, que fue votar en contra de (Sergio) Massa. El simpatizante radical quiere que a este gobierno, y al país, le vaya bien porque cree en los grandes lineamientos que propone. Estamos quienes queremos que no se pierdan otros cuatro años más y por eso queremos darle herramientas al gobierno nacional.

-¿Y su relación con Gerardo Morales cómo es? Representan dos miradas diferentes dentro de la UCR.

-Gerardo ha tomado distancia de la actividad partidaria propiamente dicha. No estoy en contacto con él, pero le tengo mucho respeto, y lo mantengo inalterable, tanto como dirigente como por su rol de gobernador de jujuy durante ocho años. Creo que fue muy buena su gestión, en un contexto que era muy malo para Jujuy.

-El kirchnerismo es la segunda fuerza del país, de acuerdo al balotaje. ¿Hay lugar para el resto?

-El kirchnerismo está liderando el peronismo, no está escondido, tiene mucha más influencia. No se percibe que nadie de ellos esté buscando otra opcion salvo los que ya estaban afuera del partido, como los peronistas cordobeses. Pero del resto, nadie está sacando los pies del plato. Lidera Cristina, si la Ley Bases no sale en el Senado va a ser porque la frena Cristina. En Diputados también pasa lo mismo. Por eso no comprendo a los radicales que quieren que a Milei le vaya mal y creen que la alternativa podemos ser nosotros. Ese lugar hoy lo ocupa el kirchnerismo, con Cristina como líder. Si hubiese una variante del peronismo más de centro, sería diferente, pero así ese escenario se restringe.

-Entonces la polarización sigue, pero entre Milei y Cristina, con Juntos por el Cambio afuera.

-Yo lo veo así. En la medida en que el peronismo no kirchnerista no fuerce una discusion ideológica y en la medida en la que Juntos por el Cambio no se reestructure como una coalición de centro, se va a polarizar entre ellos dos. Y eso no es bueno para nuestra coalición.

Como se sabe, Cornejo inició en diciembre su segundo mandato como gobernador de Mendoza, después del que completó entre 2015 y 2019. En una provincia donde sólo se permite un período al frente del Ejecutivo, celebra la alternancia que ha tenido desde el regreso de la democracia. “Hemos tenido cinco gobernadores radicales y cinco gobernadores peronistas”, comenta, y se jacta de haber sido el único que repitió en el cargo.

La reflexión respecto a que los dos partidos más tradicionales del país se hayan repartido el poder en los últimos 41 años apunta a que no siempre Mendoza fue administrada por la UCR, que ha logrado una hegemonía en la última década, reflejada en las urnas a nivel provincial. Pero también a que el kirchnerismo ha erosionado toda candidatura del PJ en los últimos años, con performances electorales subterráneas en términos de votos.

“El kirchnerismo plantea que toda Mendoza es gorila y que por eso pierde en la provincia. Con esa lógica defiende las derrotas que tiene en Buenos Aires”, afirma el ex senador nacional, que en el último comicio mendocino sorteó primero una interna con Luis Petri y en las generales terminó imponiéndose sobre Omar de Marchi, el ex diputado del PRO, hoy funcionario del mileísmo, que compitió por afuera y representó a la segunda fuerza local en esa elección.

Entre Cornejo y De Marchi sacaron el 69% de los votos en las generales para la gobernación, casi el mismo porcentaje que el 71% que logró Javier Milei en el balotaje. Cinco meses después del inicio del mandato de ambos, el mendocino asegura que el nivel de aprobación de su gobernación, como el de la presidencia de Milei, mantienen números muy elevados. Y no se desentiende de lo que puede pasar en futuros comicios, consultado sobre si el peso propio de Milei puede derivar en 2027 en un inédito triunfo libertario.

“Nadie tiene la elección ganada. ni el radicalismo mendocino ni nadie”, dice, pero le suelta un palo indirecta mediante a De Marchi. “Hay candidatos que se han presentado cinco veces y han perdido las cinco. No hay actores nuevos en el sistema político mendocino a partir de la irrupción de Milei”, sostiene. Para Cornejo, no obstante, “si los partidos tradicionales no leen correctamente a la sociedad en este momento de giro del rumbo económico, pueden tener tendencia a desaparecer o quedar como minorías testimoniales”.

En la entrevista con Clarín, Cornejo describe a Mendoza como una provincia próspera pero que está atada a los vaivenes de la macroeconomía argentina. “La morfología económica de Mendoza es de una provincia sin empresas grandes, con Pymes, muy diversa. No tiene minería metalífera, pero tiene casi todas las actividades que tiene la Argentina: empresas productoras de alimentos, de bebidas, agrícolas-ganaderas, de energía. Esa pluralidad la tienen pocas provincias argentinas. Pero Mendoza no tiene comodities, lo que la hace depender de la macro”, reflexiona.

Y agrega, haciendo un repaso histórico reciente: “Cuando el tipo de cambio ha estado alto, bien, Mendoza crece respecto al resto de la Nación; cuando está retrasado, Mendoza decrece. He visto muy malos gobernadores a los que les han tocado épocas de crecimiento y la pasaron bomba, y he visto buenos gobernadores a los que les ha tocado administrar la provincia en tiempos de recesión económica”.

Sobre la coyuntura actual, cuenta: “No estamos ajenos al ajuste de la macroeconomía. Por el lado fiscal se ha caído la recaudación, como a la Nación, pero más a las provincias. Los grandes impuestos que han crecido se los quedó la Nación, y los coparticipables tienen una dificultad enorme. Hay una caída fuerte, pero desde lo económico se ve incipientemente que hay actividades transables que se han visto beneficiadas. Van cuatro meses, pero creo que la orientación del país es la correcta en general”.

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