Mario García

Una noche trágica en Mendoza: por qué la culpa no sólo es del conductor borracho, sino también de la política

Desde la redacción de Diario Mendoza Today.

Mario García
Mario García

La RAE define tragedia como situación o suceso luctuoso y lamentable que afecta a las personas o sociedades humanas. Ojalá que lo acontecido en la noche del viernes nos afecte e interpele como sociedad para realizar un cambio y podamos por fin entender la peligrosidad de manejar bajo la influencia del alcohol.

Entretanto hay algunos idiotas que festejan al vino con un chauvinismo infundado, mientras ignoran que el alcohol es una de las drogas más abusadas en el mundo.

Lamentablemente, la solución está (por ahora) en manos de los políticos, por lo cual es un panorama desolador, permítanme explicar:

El conductor responsable de arrebatarles la vida a un inspector de tránsito y a un oficial merece el repudio total de una sociedad cansada de ver como gente se sube a un vehículo y en un instante destruye una familia y una comunidad. Es totalmente esperable la indignación de la sociedad y la esperanza de que la justicia le caiga con todo el peso encima al responsable.

Ahora bien, ¿por qué el Acceso Sur no tenía la iluminación que correspondía? ¿Se podría haber evitado esta tragedia? La Ley de tránsito habilita en su artículo 108, inc. l, lo siguiente:

Si por las características, gravedad o complejidad del accidente o siniestro, no fuera posible o conveniente levantar el Acta en el lugar, se confeccionará inmediatamente, sin excepción, en la dependencia vial, que por jurisdicción corresponda, conteniendo los datos que se hubieran reunido en el lugar del hecho.

Es angustiante tener que escribir el párrafo anterior, pero solamente se trata de visibilizar que las fatalidades viales son muchas veces un cóctel de malos elementos conjuntos y, por más doloroso que sea, no quedarnos únicamente con el linchamiento del conductor.

Resulta indignante ver a algunos políticos llegar tarde a las cosas, con declaraciones sobre prevención, la cual nunca hicieron y no se preocuparon en hacer, cosa que no sorprende, su dirección de tránsito es un espanto.

Tienen que ocurrir estos lamentables hechos para que ahora empiece una campaña, la cual debe resultarnos irritante, dolorosa y ofensiva para las familias de las víctimas de accidentes de tránsito. Lo que estos políticos jamás entendieron es que, si la gente los vota por estar en contra del otro equipo, eso no necesariamente significa que seamos hinchas de ellos, no nos une el amor sino el espanto. Legitimidad por descarte, digamos.

El espanto también va de la mano con las declaraciones y el proyecto de ley de la ministra Mercedes Rus. Leyendo la noticia publicada hace un par de días, dentro de las modificaciones que quieren hacer a la ley de tránsito se contempla la incorporación de reincidencia agravada para quien conduce con alcoholemia por fuera de los límites permitidos. Ministra, por favor, entienda que de nada sirve agravar las penas -salvo para seguir recaudando- si no existen los controles.

Ya la gente sabe dónde están los controles y los esquiva. Es cierto que no tienen suficiente personal y equipos, pero quizá haga falta reorganizar y optimizar los recursos que se tienen, y no promover o prometer luchas que no llegan.

Agravar las penas no habría solucionado lo que ocurrió en la noche de viernes, quizás parece un contra fáctico, pero si tomamos como elemento solamente una pena más grave, me inclino a sostener que estaríamos lamentando el mismo hecho. Con su formación precaria y su altanería, combinación peligrosa si las hay, realmente creen que el miedo -ustedes lo llaman concientización- que genera una pena elevada va a disminuir la cantidad de accidentes, pero está demostrado empíricamente que eso no funciona. Es más, como ciudadanía ni tenemos diagnóstico de esto que nos afecta, a ver si la unidad ejecutiva de seguridad vial (UESV) aparece de una vez por todas.

Es hora de que nos tomemos la seguridad vial en serio, que la justicia haga lo que tenga que hacer, pero que los políticos empiecen a revisar y limpiar en sus cotos de caza -municipalidades y UESV-. Lamentablemente por lo acontecido ya es tarde, ahora va a resultar desagradable ver dar discursos a los que ignoraban o trataban con liviandad la temática, es momento de acciones y no de discursos.

Condolencias a las familias de los afectados. Esperamos acciones por la acción de los responsables y por la omisión de los que supuestamente toman acciones por la seguridad vial.

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