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Confesó haber matado a golpes a su beba de dos meses y lo condenaron a solo 3 años y 4 meses de prisión

Leonel Agustín Peralta, en juicio abreviado, admitió haberle pegado a su hija Emma, aunque lo culparon de homicidio culposo porque en realidad había querido pegarle a su pareja.||||||||||||||||||

La confusión se apoderó de los mendocinos este miércoles al enterarse de que Leonel Agustín Peralta, a pesar de haber confesado en un juicio abreviado que mató a golpes a Emma, su beba de dos meses, recibió una pena de solo 3 años y 4 meses de prisión.

Peralta logró salvarse de la prisión perpetua que le hubiera correspondido en caso de ser juzgado por homicidio agravado por el vínculo porque en su confesión adujo que en realidad había querido golpear a su pareja, que tenía a la pequeña Emma en brazos. Para la Justicia, eso bastó para dictar una sentencia por homicidio culposo, que prevé penas máximas de cinco años para quien por “imprudencia, negligencia o impericia causare la muerte a otro”.

Participaron del juicio abreviado el fiscal de homicidios Carlos Torres y el abogado defensor Armando Chalabe, mientras que la sentencia lleva la firma de Nancy Lecek.

El viernes 1 de abril de 2022, Peralta y su pareja, Solange Díaz, llevaron a Emma, ya muerta, al Hospital Héctor Elias Gailhac, ubicado sobre la calle Aristóbulo del Valle al 1359, en Las Heras. La causa del fallecimiento, según ellos, era una supuesta broncoaspiración. Al día siguiente, la autopsia de la menor reveló que en realidad tenía un golpe en la cabeza y signos de ahorcamiento.

Ambos progenitores fueron detenidos inmediatamente y quedaron imputados por homicidio agravado por el vínculo.

Unos meses después, con la incorporación de pruebas y declaraciones a la causa, Díaz recuperó su libertad. Se logró determinar que la pareja vivía en un contexto de violencia de género y que tres días antes de la muerte de Emma, Peralta había intentado agredir físicamente a su novia, pero la joven esquivó el golpe y quien lo recibió fue la beba, quien sufrió el hematoma subdural que le terminó quitando la vida.

La primera versión que le había dado Díaz a los médicos, cuando llevó a la beba al hospital, fue que era madre primeriza y que su hija estaba enferma, ya que desde hacía días tenía flemas, y que se descompuso al ahogarse mientras tomaba la mamadera.

La indignación ya había trepado en la sociedad mendocina apenas se inició la causa, cuando, según informó Diario Uno, entre las declaraciones de testigos, surgió una aberrante frase que se le asigna a Peralta: “Se me murió la guacha, pero bueno, ya está, qué le vamos a hacer”.

En aquel momento también salió a la luz la relación violenta que tenía la pareja: “Una doctora me dijo que mi hija había sido violada y la obligué a hacer la denuncia porque no quería, aunque quedó en una exposición. Leonel ya le había pegado y por eso perdió el primer embarazo. Ella me contó que le trajo pastillas para que termine de abortar”, había revelado la madre de Díaz.

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