Mendoza en focoNicolás Sanz

✌️ Alfredo Cornejo saca ventaja del reordenamiento de la oposición mendocina, que no se define

La Unión Mendocina se debilita, el PRO quiere conformar un partido nuevo y el peronismo busca un cambio de autoridades. Los radicales celebran.

En los últimos días sorprendió la decisión del Partido Libertario de abrirse de las filas de La Unión Mendocina, ello respondiendo al pedido de los afiliados que nada quieren tener que ver con el peronismo mendocino con el que se alió Omar De Marchi ni con figuras polémicas como Daniel Orozco Y Janina Ortiz.

Ese rompimiento alienta la salida de otros partidos: “los va a seguir el Partido Demócrata y también la semana pasada se rumoreaba que el Partido de los Jubilados también se iba”, sostuvo una fuente de ese espació en diálogo con Diario Mendoza Today sin dejar de lado el hecho evidente: “La Unión Mendocina se debilita cada vez más”.

Cabe resaltar que ese frente nació a la luz de los descontentos con las políticas del radicalismo provincial, con figuras que en un principio decidieron romper con Cambia Mendoza y terminaron aliándose con referentes de otros partidos opositores.

Ello, per se, dio lugar a un reordenamiento político en la provincia, dando lugar a un espacio que se quedó con el nada desdeñable 30% de los votos en las elecciones a gobernador conformándose como la oposición más fuerte al Gobierno de Alfredo Cornejo.

Ello le dio el pie al peronismo provincial a la hora de hacer un mea culpa y revisar cuáles fueron los errores que llevó a un partido histórico a quedar relegado en los últimos comicios, por lo que desde el justicialismo mendocino rápidamente se organizaron reuniones y acuerdos que se vieron disueltos con el paso del tiempo.

No es casual que un espacio de la militancia peronista reclamara que las elecciones internas se adelanten y se celebren en abril del próximo año. Se trata del espacio Militancia en Acción, que dirige Rubén Arbayi y que dejó la petición documentada en un escrito al que tuvo acceso Diario Mendoza Today.

Según el paper, existe una “inmovilización” que produjo “un vaciamiento de contenido y un quiebre profundo entre la dirigencia mayor y la militancia”. A ello se suma, según el paper, la desaparición de la presidencia que “no alienta a la formación de nuevos cuadros ni a la apertura al diálogo entre dirigentes de base, legisladores, intendentes y funcionarios de Estado”.

A ello hay que agregarle la posibilidad de que sectores más ligados al PRO mendocino terminen fundando un nuevo frente por fuera de los conocidos, lo que generaría, en un primer lugar, una división aún más profunda entre la oposición al oficialismo radical.

Todo esto sucede mientras el flamante gobernador Alfredo Cornejo toma sus primeras medidas de Gobierno, con una oposición que parece estar dormida, o esperando en la trinchera para tomar acciones, aunque esto último no parece estar sucediendo entendiendo que las autoridades partidarias dirigen la lupa adentro de las estructuras.

Se analiza la situación, se plantean planes de acción y se debaten los futuros partidarios, pero poco y nada se habla de la actuación que tendrán durante los próximos cuatros años. Ello se verá un poco desorganizado cuando la oposición necesite actuar en medio de la reestructuración de sus organizaciones partidarias.

Ello va a llevar, además, a que en las próximas semanas  –y meses- se expongan las diferencias internas y los cambios dentro de las estructuras opositoras, que buscarán ya no solo conformarse y reorganizarse de cara a las elecciones del 2025, sino generar una suerte de consenso para tratar de que en caso de oponerse ante medidas políticas, poder hacerlo de forma sólida.

En fin, la situación de la oposición en Mendoza por estos días es frágil, dándole al Gobierno de Cornejo un poder superior al menos temporalmente y, claramente, el gobernador no va desaprovechar la situación de debilitamiento del resto de los partidos en un momento en el que el frente Cambia Mendoza parece haber superado las turbulencias que atravesó durante este 2023.

El golpe fuerte lo sufrió cuando Omar De Marchi decidió partir para armar un nuevo frente en medio de sus aspiraciones para llegar a la gobernación de Mendoza, algo que se truncó en las últimas elecciones.

Con él se fueron innumerables figuras que durante años estuvieron ligadas al cornejismo y comenzó la brutal guerra entre La Unión Mendocina y el frente Cambia Mendoza en el medio de la campaña electoral, algo que parece haber quedado lejano en el tiempo.

Esa feroz “campaña del miedo” fue contraproducente al peronismo, que quedó desdibujado por las acciones propias y las de un frente nuevo que aparecía para acaparar a las figuras de todos los espacios que estuvieran dispuestas a converger en un ambiente con una gran heterogeneidad de ideologías.

Pero también le jugó en contra a La Unión Mendocina, porque ideas totalmente opuestas difícilmente puedan convivir cordialmente, más aún en el áspero mundo de la política, donde absolutamente todo es válido.

Y el gran ganador en toda esta trastienda política fue Alfredo Cornejo, que supo utilizar la división de la oposición para consagrarse, por segunda vez, como el mandatario provincial junto con el apoyo de la ex candidata a presidenta Patricia Bullrich, que a pesar de ser la titular del PRO decidió apoyar al radicalismo provincial, papel fundamental que jugó Luis Petri como su compañero de fórmula.

Ahora solo resta esperar para conocer las decisiones que vayan tomando internamente los partidos para poder finalmente comprender la conformación del panorama opositor en la provincia de Mendoza.

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