Néstor Bethencourt

Con la mirada nacional, la UCR mendocina está en plena ebullición… ¿Renovación y cambio? ¿O más de lo mismo?

Por Néstor Bethencourt, desde la redacción de Diario Mendoza Today.

La Unión Cívica Radical está en llamas: en el partido centenario hay diferencias, tal cual contábamos hace unas pocas semanas en esta nota. Al respecto, fuentes de primera línea nos informaron que ante discordancias entre los manejos políticos provinciales y nacionales había un abismo que casi produjo una posible intervención a pocos días de las elecciones provinciales.

En aquel momento, tal fue el alboroto y el tenor de los llamados recibidos, y mal atendidos, primero por Marcos Calvente de Guaymallén, quién demostró no estar a la altura de las circunstancias ni con su propio partido, que derivara en otro llamado desde la sede central del partido al presidente de la sede radical en Mendoza, Tadeo García Salazar, que supo lavarse las manos, y finalmente el mismísimo senador, hoy electo gobernador Alfredo Cornejo, quien debió comunicarse y, en un encendido cuestionamiento hasta tuvo que viajar a Buenos Aires con el fin de atemperar las aguas.

 

El presente sigue siendo complejo

Dispuestos a sanear las inconductas locales, los llamados de los popes radicales nacionales se vienen intensificando, ya no solo por las condiciones en Mendoza, sino por la situación rebelde de algunos de sus miembros a nivel nacional.

Diferencias con la postura rebelde de apoyar a Massa de Gerardo Morales, Martín Losteau y hasta Horacio Rodríguez Larreta, generaron que, ayer mismo a partir de la tarde noche hubiera reunión nada más ni nada menos que en el departamento de Raúl Alfonsín, sobre calle Santa Fe al 1600 de la Ciudad de Buenos Aires, simbólico lugar si los hay.

La reunión, como la que hubo la semana pasada, fue dura y directa, tal el grado de “bajada de línea” que no se permitió que en la misma hubiera siquiera celulares.

Recordemos que, en la sucedida en los últimos días de la semana pasada, participaron los díscolos, donde enfrentamientos no faltaron, de hecho, Gerardo Morales “cabeceó” un celular arrojado por una autoridad de peso, y Lousteau casi se va de manos con Luis Juez.

En el último cónclave de ayer, la reunión se redujo a unos pocos, ya sin los radicales massistas, pero si incluyendo a Cornejo que, en cierta manera comprendió que “cortarse solo” por fuera del partido no sería la mejor opción, si debe mantener el equilibrio entre lo que elige a nivel nacional y ser “políticamente correcto” con su contrincante, ya que como próximo gobernador no se las verá fácil.

Sobre Mendoza hay muchos cuestionamientos a corregir, ya que entre varias cuestiones consideran tras los resultados de las últimas elecciones provinciales y nacionales pudo notarse que la militancia actuó de distinta manera, perjudicando notablemente los resultados nacionales en provincia. Ello fue severamente cuestionado por la dirigencia nacional, evidentemente los números obtenidos demostraron que en Mendoza “hicieron la plancha” con militar los votos.

Tampoco hubo conformidad con lo actuado por Luis Petri, el excandidato a vicepresidente, quien fuera acusado de tibio no solo por Bullrich, sino por Caty Nosiglia, integrante de la mesa directiva partidaria que lo fustigó duramente por no defender el despido sin causa de un candidato a diputado en el que Luis le respondió que nada podía hacer, siendo reprochado severamente por Caty Nosiglia con el argumento que, si no podía defender uno de sus propios hombres, como podría defender al pueblo.

Este caso es grave, y quién lo sufrió promete llegar a las últimas consecuencias contra Marcelino Iglesias, causante del despido a todas luces de origen político, entre otros.

Petri seguiría teniendo más crédito debido a su rápido crecimiento, que podría haberle jugado en contra a la hora de tomar decisiones puntuales, pero que confían podrá superar prontamente.

También Petri, deberá tamizar su propio equipo, ya que los enfrentamientos para guardar el espacio son constantes, más con ánimo de seguir siendo obsecuentes que realmente “cuidar” al líder y sumarle en su crecimiento.

Uno de los reproches más relevantes desde la cúpula radical fue que nunca se realizó la asamblea que por estatuto es obligatoria, esto sucedió en cinco provincias, entre ellas Mendoza. Dichas asambleas deberían ser municipales y provinciales, cosa que nunca ocurrió.

La situación mendocina es difícil, las desprolijidades son de carácter importante, de hecho, como ejemplos podemos mencionar las siguientes:

El presidente del comité en Guaymallén sigue siendo Nicolás González Perejamo, hoy un cadáver político, quien fuera secretario de Gobierno de Guaymallén, y, que tras una pésima decisión personal quisiera irse solo por fuera para enfrentar a Marcos Calvente en las internas por la intendencia. González Perejamo, llegó a contar con entrar al espacio de Luis Petri, pero este último al conocer el “prontuario” administrativo, sus desprolijidades y manejos poco claros que incluyen licitaciones a dedo y con sobreprecios generó que Petri no le abriera la puerta.

Finalmente, la ambición desmedida de González Perejamo lo hundió, aun no siendo investigado por la considerable cantidad de intervenciones non santas, sino que se reciclo como “Encuestador” y analista político” de algunos medios enamorados de la pauta. Increíble, el fracasado político analiza política y vende encuestas, solo en Mendoza.

El notorio movimiento para oponer la asunción de la concejal electa Cristina Vargas, (Simbiótica y cuestionable mujer por sus actos camaleónicos) tanto por los propios como por los ajenos. Tiene que ver la forma como obtuvo ese lugar en la lista, lo cual no justifica en nada el aparatoso y notorio rosqueo que hay en contra de su asunción, en beneficio de quien sería su reemplazo, Silvia Donati, quien ya no hay calificativo para agregar por sus manejos en la Dirección de Desarrollo Social que dirige.

También en Guaymallén se alberga una serie de acusaciones por despidos injustificados, lo cual podrían derivar en causas prominentes por el tenor de dichos actos.

La corrupción en ese departamento no tiene límites, y sigue blindado, obvio, con la anuencia de los poderes de Suarez y su alma mater Cornejo.

La casa radical está que arde, voces del círculo rojo prometen una depuración total, a muchos ya les sacaron la tarjeta amarilla, y a varios de ellos le mostrarán la roja, y no habrá tutía.

Tal vez ese intento de renovación ponga blanco sobre negro y logre reflotar el partido, o hundirlo definitivamente.

Por último, los próximos días serán convulsionados por denuncias de muy grave tenor que hasta podrían poner en juego la asunción de funcionarios electos, y no estamos hablando de Janina Ortiz, a quien entre propios y ajenos se la quieren deglutir, no está en quien escribe justificar o no si es merecida esta medida, pero si recalcar que las desprolijidades no solo están en Las Heras, la hipocresía política al palo.

Atención a las próximas horas, el aire para algunos dirigentes está muy denso, y lo saben, la mecha está encendida, la depuración comenzó.

Juntos por la traición interna.

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