Christian SanzPortada

💣 El día que Nicolás Becerra le otorgó la ciudadanía irregular al narcoterrorista Monzer Al Kassar

El ex procurador General de la Nación quedó envuelto en una trama complicada por facilitar la ciudadanía a varios terroristas sirios.

Este domingo, sorprendió a propios y ajenos la muerte del mendocino Nicolás Becerra, otrora procurador General de la Nación durante el siempre denostado menemismo.

A pesar de que los principales referentes políticos recordaron su figura como si se hubiera tratado de un virtual prócer, se trató de un hombre vinculado con los principales escándalos de corrupción de los años 90.

Uno de ellos refiere al otorgamiento irregular de la ciudadanía argentina al narcoterrorista Monzer Al Kassar y otros delincuentes foráneos, principalmente de raigambre siria.

Es una trama que me tocó vivir de cerca, porque en aquellos yo días trabajaba codo a codo con el entonces diputado Franco Caviglia, quien me ayudó a investigar a Al Kassar para mi libro “La larga sombra de Yabrán” (Editorial Sudamericana, 1998).

Al tiempo que mi obra empezaba a verse en las librerías, Caviglia, en su condición de abogado, se presentó ante el juzgado Federal 2 para solicitar medidas puntuales contra Becerra y otros funcionarios por es escándalo.

Es que, según se comprobó en esos días, Al Kassar, su esposa Raghda Habbal, Kamel Abdel Abboudi (yerno de quien antecediera a Al Kassar en la cúspide del imperio del tráfico de armas, Adnam Kassoghi), Bashir Salaiman Akasha y Judath Elazar Binstock obtuvieron radicaciones y ciudadanías gracias al “empeño” del entonces juez federal mendocino Walter Rodríguez.

En ese contexto, Caviglia pidió que se cite a prestar declaración indagatoria e imputación de cohecho activo a Becerra como uno de los “gestores” del probado viaje del juez Rodríguez y del fiscal Ernesto Peñaloza con sus respectivas esposas y todos los gastos pagos a la casa madrileña donde Roberto Sastre, cuñado del entonces Procurador de Tesoro, se había refugiado por su incómoda situación legal. Sastre, valga la aclaración, fue otro de los implicados en el escándalo de marras.

Becerra también quedó complicado por ser titular del estudio donde fijó domicilio Kamel Abboudi, uno de los implicados por las declaraciones del mencionado Sastre. Por entonces, Becerra desmintió a Sastre y negó tener con él lazos de amistad, Lo conocía, dijo, “como cualquiera en Mendoza”.

Sin embargo, diario Los Andes publicó en aquellos días un aviso fúnebre donde el entonces Procurador participaba del dolor por la muerte del padre de su “entrañable amigo” Roberto Sastre.

Becerra argumentó que la publicación había sido hecha usando su nombre por una persona no identificada y que iniciaría acciones penales, lo cual jamás hizo.

Finalmente, el único complicado por el trámite de la falsa ciudadanía fue el propio Al Kassar. Los demás, zafaron, principalmente por la acción de la prescripción por el paso del tiempo.

Ello a pesar del cúmulo de pruebas que acumuló el expediente judicial a lo largo de los años. Una postal de la Argentina de siempre, siempre decadente.

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