Christian SanzPortada

💣 Por qué De Marchi amaga con romper, escandalosos chats policiales y, ¿a qué viene Alberto a Mendoza?

Además: pilotos de carrera y funcionarios K, parte de un inesperado negociado con dólares con EEUU y Europa de fondo.

Por suerte para el periodismo mendocino un día apareció Omar De Marchi con sus amagues de ruptura y sus ínfulas de ser candidato a gobernador. Es lo único que destrozó la modorra local, que sabe exacerbarse en enero.

El otrora intendente de Luján de Cuyo disfruta coqueteando con el misterio, pero son solo fuegos de artificio. Por ahora no romperá con el frente Cambia Mendoza. En su cabeza, la idea de ruptura se hará carne recién en marzo de este año.

Los amagues de estos días son solo para inquietar a su principal rival, Alfredo Cornejo y, por carácter transitivo, a su alter ego, Rodolfo Suarez. 

Entretanto, el PRO vive su propia interna en Mendoza, que se puede seguir a pleno en las redes sociales. Quien la insufla sin descanso es Hebe Casado, referente del espacio PROpuesta Participativa Liberal.

“Siempre creímos que el camino es la unidad del @FrenteCambiaMza, dejando de lado ambiciones personales, que la salida es todos juntos. Que nuestros adversarios son los populistas que tanto daño nos hacen”, sostuvo esa agrupación desde sus redes sociales esta semana.

Y agudizó la estocada: “Junto a los afiliados del PRO Mendoza que integran este espacio, queremos expresar que las decisiones unilaterales del sector que lidera Omar de Marchi, quien usurpó el Pro mediante el escritorio del Juez Bento, no nos representan y solo colaboran con el kirchnerismo”. Más claro, echarle agua.

Sea como fuere, la campaña del radicalismo seguirá en veremos hasta tanto se defina si Cornejo competirá o no para volver a gobernar la provincia. Aún es un misterio. Incluso para él.

Del lado del peronismo, la cosa no está mucho más clara. Hay amagues y gestos de buena voluntad, pero todavía no ha aparecido el candidato de la unidad. Martín Hinojosa ya se lanzó y jura que es la gran esperanza blanca, pero hay quienes se resisten su candidatura. Solo lo dicen en la intimidad, por las dudas.

Habrá que ver quién más se decide a cruzar el charco y meterse en la feroz interna peronista. Un conocido referente lo hará antes de que culmine enero, y sorprenderá a propios y ajenos.

Entretanto, se supo que Alberto Fernández llegará este miércoles a Mendoza acompañado del ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, a efectos de “presentar” dos obras: la ampliación de la cárcel federal y la mejora del Establecimiento Depurador El Paramillo.

Habrá que ver quién aparece en las fotos del evento para entender cómo se va acomodando la interna del peronismo local. Será el primer acto de envergadura política de un año que se presume fuertemente político.

En otro orden de cosas, empiezan a multiplicarse en WhatsApp grupos de policías disconformes por diversas situaciones que ocurren en esa fuerza, muchas de las cuales fueron descriptas y desnudadas por Diario Mendoza Today. 

Refieren, no solo a cuestiones salariales y de ausencia de equipamiento, sino también a hechos de corrupción que fueron denunciados ante la Inspección General de Seguridad (IGS) y permanecen cajoneados por cuestiones políticas.

Allí aparecen detalles de puntuales “arreglos” entre diversos jefes de investigaciones: José Vega, Rubén Giménez, Osvaldo Araujo y Jesús Darío Cepeda, entre otros.

Como se dijo, todos los detalles aparecen en escandalosos grupos de WhatsApp, una de cuyas capturas puede verse más abajo. Todo es parte de un expediente que cajoneó con eficacia el fiscal Juan Ticheli.

Allí se dejan ver hechos de enorme gravedad con pelos y señales, la mayoría son fácilmente comprobables. Incluso hay escuchas donde puntuales uniformados hablan con narcotraficantes y les avisan sobre allanamientos en ciernes. Un escándalo que promete escalar como bola de nieve.

Hay quienes confían en que la parálisis de la IGS respecto de estas y otras denuncias cambiará con la conformación del nuevo equipo de investigación de la IGS, a cargo de la comisaria Analía Miriam Maurino Carvelli, hoy jefa del Departamento de Asuntos Internos.

Sin embargo, pocos saben que la mujer, que proviene de Robos y Hurtos, llegó con pésimos antecedentes. Por caso, sabía tener como chofer a una policía de apellido Villalón que “truchó” el carnet de conducir y ello le costó el pase a la UIG, donde le cajonearon el respectivo sumario. La trama refiere a un accidente donde la mujer lesionó a un menor de edad. Allí se descubrió que su licencia era falsa.

No es el único escándalo que la aqueja: circula también un video donde se la puede ver fumando marihuana en un vehículo oficial. Pero esa es otra historia.

Finalmente, una cuestión casi al pasar que refiere a uno de los secretarios privados de Marcelino Iglesias, Matías Fernández, quien ya “clavó” 5 familiares dentro de la Municipalidad de Guaymallén.

El escándalo que viene es mayúsculo. En su momento, la comuna “metió a rolete” a gente de Maipú y ahora hacen lo propio con personas de Bahía Blanca. Una ex nuera de Marcelino ronda por allí con negocio propio y todo. Ampliaremos.

Alberto no corre, vuela

Esta semana se conocieron sendas noticias deportivas que ostentan una implicancia política que nadie jamás podría imaginar. Por un lado, se anunció que Agustín Canapino correrá en Indycar en Estados Unidos.

A su vez, se supo que Franco Colapinto, la promesa argentina para la Fórmula 1, firmó con Williams, una de las escuderías más poderosas, para afrontar el 2023 en Fórmula 3 y luego dar el salto a Fórmula 2 en 2024. Europa será su terruño.

En apariencia, nada del otro mundo. Sin embargo, detrás se esconde una trama de valijas con dólares, y retornos, y el pertinente enjuague de la política local. 

De hecho, no es nada casual que los principales sponsors de ambos pilotos sean YPF, Santiago del Estero, provincia comandada por el siempre cuestionado Gerardo Zamora; y “Visit Argentina”, a cargo del voraz ministro Matías Lammens.

El nexo y promotor de la movida es el contador Hector Martínez Sosa, presunto testaferro de Alberto Fernández y otrora quebrado productor de seguros de Tierra del Fuego, cuya suerte mejoró tras arribar a Buenos Aires y ponerse en pareja con la secretaría del hoy presidente de la Nación, María Cantero.

El hombre, que es accionista de las empresas Flyers Concierge Latam SA y Safety Consultora de Higiene y Seguridad SA, supo hacer fortuna a través de una humilde productora de seguros cuando Alberto era vicepresidente del Grupo Bapro.

Hoy en día recibe a propios y ajenos en su domicilio de Primera Junta 2671, San Fernando. Allí posee dos ostentosas casas, una de las cuales está justo en el cruce con la esquina de Guido Spano, donde fueron anexados dos lotes vecinos de 600 M2 cada uno en los últimos 5 años.

En uno de estos últimos construyó una casa que es usada como gimnasio; a su vez, en la casa original, Martínez Sosa tiene una impresionante bodega subterránea, donde colecciona vinos carísimos.

Su ascenso es parte de una historia escabrosa, de corrupción de alto nivel, donde aparecen todo tipo de negocios non sanctos, que perduran hasta el día de hoy. Siempre a la vera del poder de turno.

El curro que aquí se relata es solo uno de ellos. Refiere al presunto sponsoreo de los pilotos mencionados, que esconde una trama de “retornos” en dólares que terminarán en bolsillos de puntuales funcionarios argentos. Desde Europa y EEUU.

“En el caso de Colapinto, el padre se debe estar gastando un palo verde por año en el nene. Para llegar lo más cerca de la F1 tiene que buscar a quien le ayude a ponerla y el salvoconducto es el Estado, a través de YPF. Pero todo el sponsoreo estatal tiene un retorno que se maneja desde afuera”, explicó una fuente que participó de las “tratativas” y terminó quedando afuera del jugoso negociado.

El mismo informante añadió: “En el caso de Canapino es diferente, porque Martinez Sosa lo mantiene desde chiquito. En su caso, el negocio empezó con un argentino que tiene un equipo Indy en USA. Los Legnani lo contactaron con (Gerardo) Zamora para que traiga esa carrera a la Argentina, y para traer esa carrera tenía que haber un piloto argentino y surgió lo de Canapino”.

Las palabras del hombre fueron confirmadas por otras fuentes de alta relevancia, una de las cuales agregó un dato no menor: “Canapino fue patrocinado toda la vida por la Superintendencia de Seguros de la Nación”.

Pocos saben que en ese organismo fue justamente donde, a mediados de los 90, comenzaron los primeros curros del hoy presidente Alberto Fernández, que aparecen detallados en un irrefutable libro titulado “Saqueo Asegurado”. Su autor es Roberto Guzman, quien documenta una trama de corrupción que complica, no solo al actual jefe de Estado sino también a algunos de sus adláteres, como el ex ministro Claudio Moroni.

Nada es casual: Aníbal Colapinto, padre del piloto Franco ídem, supo ser el dueño de Federal Seguros, firma que fue vaciada y le dejó toda la deuda a la Superintendencia de Seguros de la Nación, como se dijo entonces a cargo de Alberto Fernández.

Todo lo antedicho echa por tierra las pretensiones del primer mandatario, quien suele gritar a los cuatro vientos que carece de hechos de corrupción en su trayectoria pública. De hecho, aquel es su principal “slogan” de campaña en el camino a su pueril intento de ser reelecto como presidente de la Nación.

Ese deseo de mantenerse en el poder explica la embestida que libra en estas horas contra la Corte Suprema y la inquietante “validación” que ha dado a la información sustraída de manera ilegal al teléfono celular del ministro de Seguridad “en suspenso” Marcelo D’Alessandro.

Todo ello lo hace en pos de agradar a Cristina Kirchner, de quien espera una suerte de espaldarazo en el marco de la “sucesión” del Frente de Todos, tras la negativa de la vicepresidenta a participar en las próximas elecciones. 

Por su parte, la ex presidenta persiste en su mutismo a la hora de apoyar a tal o cual candidato, básicamente porque ninguno la convence. Quien mejor “rankea” en su valoración personal es el camporista Eduardo “Wado” De Pedro, pero carece de chances de poder traccionar el voto peronista.

El mejor parado en las encuestas es el incombustible Sergio Massa, quien, aunque insiste en decir sotto voce que no le interesa competir, a sus íntimos les jura lo contrario. Cristina desconfía de él, desde que puntuales cables de Wikileaks revelaron que criticaba a Néstor Kirchner en plena sede de la embajada de EEUU, mientras despuntaba como jefe de Gabinete de la Nación. En los idus de 2009.

Ahora mismo, el hoy ministro de Economía obra de manera similar: aporta sus diputados para avanzar contra la Corte en el Congreso Nacional, pero en privado le dice a la oposición que no está de acuerdo con la avanzada K. 

Como puede verse, se trata del Massa de siempre. El que sostuvo hace apenas unos años que barrería con los ñoquis de La Cámpora y terminó siendo servil del líder de esa agrupación, Máximo Kirchner. 

No obstante, no deja de ser un hombre de suerte, que está salpicado por mil escándalos pero siempre termina zafando de todos ellos. Desde sus probados vínculos con el mundo narco, hasta los “regalos” ofrendados a sus amigos -principalmente Vila y Manzano-, pasando por su propio enriquecimiento ilícito. Del cual, dicho sea de paso, está a un paso de zafar.

Ciertamente, la Argentina no tiene destino con este tipo de personajes, aunque tampoco hay nadie en la vereda de enfrente que carezca de las respectivas máculas. Todos, en menor o mayor medida, están enchastrados. 

La diferencia entre unos y otros es bien simple: unos roban con más “carpa”, los otros lo hacen sin disimulo.

Ya lo dijo Ricardo Darín en la célebre película 9 Reinas, con una analogía que no careció de polémica: “Todos somos putos, lo que faltan son financistas”. 

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