Christian SanzPortada

Suarez, entre la buena imagen, la presión de los gremios y el escándalo de la vacunación irregular

Política, escándalos, y refranes populares.

Rodolfo Suarez vive estos días entre la elocuente alegría y la extrema preocupación.

Por un lado, saborea las mieles de la buena imagen que le regalan las encuestas de las últimas semanas, principalmente aquella que hace CB Consultores de Córdoba, que sabe publicar diario Clarín.

Por el otro, padece las broncas de los gremios que le exigen que reabra las paritarias y mejore sus condiciones laborales. Que ahora mismo hacen un multitudinaria protesta en la Casa de Gobierno de Mendoza, que culminará este viernes.

Por si fuera poco, se encuentra severamente complicado por la revelación de diario La Nación sobre la tardía anotación de los fallecido por coronavirus en la provincia, por lo cual el peronismo le pide explicaciones a su ministra de Salud, Ana María Nadal.

Como puede verse, son más los dolores de cabeza para Suarez que las buenas noticias. Con un agregado inquietante: la Justicia podría truncar sus deseos de ser candidato testimonial en las Legislativas de este año.

No obstante todo lo dicho, el gobernador mendocino no pierde el sueño: en sus breves conversaciones con Alfredo Cornejo, este último le jura que el agua no llegará al río. Que finalmente todo pasa. Una frase que volvió célebre el malogrado Julio Grondona allá lejos y hace tiempo.

Pero no es tan sencillo, porque a pesar del paso del tiempo las broncas de los gremios no cesan. De hecho, cada manifestación es más numerosa que la anterior.

Y la única manera de desactivar esos enojos se traduce en la liberación de más fondos para engrosar sus salarios, lo cual no parece estar dispuesto a refrendar Suarez. No porque no quiera, sino porque no puede. O al menos eso es lo que dice.

Pero los trabajadores mendocinos no le creen. Básicamente porque ven que sí hay dinero para otras cuestiones, algunas triviales, como el “salvataje” de IMPSA.

Entonces se plantean, no sin tino: “¿Cómo es que hay plata para ciertos caprichos y no para nosotros que somos trabajadores esenciales?”.

En medio de todo lo dicho, Suarez juega su mejor juego: el silencio total. Jamás da explicaciones y habla lo menos posible. Como si fuera cierto aquel refrán que jura que “el tiempo cura todas las heridas”.

Cuenta con una carta en la manga: la acérrima complicidad de los medios mendocinos, que a cambio de pauta oficial callan todos los escándalos. Una costumbre que inició el benefactor Cornejo.

Sin embargo, a pesar de todo no le será tan sencillo esta vez, porque se le han acumulado demasiados frentes. Y todos permanecen abiertos.

Por eso, antes de persistir con su mutismo, el gobernador de Mendoza debería recordar otro refrán del saber popular: el que calla otorga.

Prohibido criticar a Portezuelo: Suarez, la pauta oficial y la complicidad de los medios mendocinos

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