Christian SanzMendoza en foco

Acerca de Orly Terranova, y su enojo, y la corrupción en Mendoza, y las cosas que deben decirse

Una respuesta en primera persona, si cabe… O no. ¿A quién le importa?

Christian Sanz
Christian Sanz

Orly Terranova se enojo conmigo, y no es ninguna noticia. A nadie le importa, ni a nadie le cambia el mundo. Pero a mí sí. Porque lo que subyace detrás de esa furia refiere al republicanismo mendocino.

Anteayer nomás, conté la fortuna que cobró en 2023 por parte del Estado provincial cada mes, más de dos millones por día. Sólo para matar aquello que fundó su padre, MDZ, un medio que había llegado para hacer buen periodismo.

Publicar todo aquello provocó la furia del malogrado Orly, quien salió en redes sociales a cuestionarme. Me trató de mitómano y aseguró que debí escaparme de Buenos Aires. Lo curioso es que no refutó lo publicado. Apenas sí intentó asegurar que MDZ “hace periodismo serio”.

Con sólo leer las entrevistas que ese medio le hace a Alfredo Cornejo y sus funcionarios se podrá comprobar que ello es falso. Jamás hay una pregunta incorrecta, jamás un cuestionamiento. Vergonzoso.

Respecto de mi persona, ya aclaré un millón de veces que debí irme de Buenos Aires en 2009  por la feroz persecución que me endilgó Aníbal Fernández, luego de revelar sus vínculos con el narcotráfico y el triple crimen de General Rodríguez. Así y todo, viajo asiduamente a la CABA, porque allí reside mi familia. Y no tengo problema alguno.

Lo de mitómano no merece siquiera aclaración: soy el periodista más querellado del país, con casi 50 denuncias penales y civiles, la mayoría iniciadas por funcionarios públicos —ahora mismo enfrento una demanda que me hizo la esposa de Sergio Massa— y jamás perdí un solo juicio.

Es curioso que Orly diga lo que dice de mi persona siendo que trabajé en MDZ durante casi 5 años sin cuestionamiento alguno. Jamás. Al contrario, sólo recibí elogios por parte de su padre y su tío, otrora dueños del medio.

Dicho sea de paso, en todo el tiempo que trabajé allí jamás tuve una ausencia, tampoco llegadas tarde. Y sólo me tomé vacaciones un año. Mi trabajo siempre fue impecable.

Como ya conté oportunamente, fui yo el que decidí renunciar luego de ver que el periodismo se había vuelto extorsión. Nadie puede refutarlo, porque es el método que volvió multimillonario a Orly.

Sería oportuno que el también piloto de Dakar explicara cómo hizo para comprar —y ahora para mantener— sus aviones privados, yates y autos de lujo. Una realidad que todos conocen en Mendoza, pero de la cual nadie habla. Básicamente porque le temen a Orly.

Mendoza está hecha mierda por tipos como él, que utilizan los recursos públicos para sus propios placeres personales, como si fueran propios. Cagándose en todo el mundo.

Y también la culpa es de los que ceden a su extorsión. Y los que se niegan a investigar su patrimonio. Jueces, fiscales, AFIP, etc… todos cómplices. Incluso la política. Toda.

En ese contexto, uno parece un loco, porque dice lo que dice en completa soledad, aún cuando lo que se cuenta es público y está documentado.

Alguien tiene que decirlo, duela o no. Moleste o no moleste. Porque, como se dijo, afecta al republicanismo de la provincia. Me gustaría que me lo explicara el propio Orly cara a cara, pero no ocurrirá porque las veces que le pedí que me conceda una entrevista decidió “arrugar”.

Eso sí, seguramente saldrá a responderme, nuevamente en redes sociales, con sus forzados argumentos. No se lo aconsejo: ya le fue muy mal cuando dijo lo que dijo este martes.

Sólo basta leer las duras respuestas que se ganó tras su tuit de anteayer. No hay que ir muy lejos, acá abajito lo pueden ver:

Artículos Relacionados