Christian Sanz

📍 Definiciones y claves para entender (y combatir) la creciente inseguridad en Mendoza

La inseguridad preocupa al gobierno de Cornejo, pero ¿qué está haciendo al respecto para terminar con ese flagelo?

Christian Sanz
Christian Sanz

La inseguridad avanza fuerte en Mendoza. Como pocas veces se ha visto en el pasado. Y es complicado hablar sobre ello, por muchos motivos. Principalmente porque al Gobierno provincial le da urticaria el tratamiento de tal problemática.

Es un tópico complejo, que debe abordarse desde diferentes aristas, cada una con su propia lógica. No se trata solo de represión del delito, sino también de su prevención y anticiparción de lo que vendrá.

La preocupación del Ejecutivo mendocino es genuina, también sus acciones en pos de asfixiar a los criminales. Pero no alcanza.

Básicamente porque el problema es de raíz, y conlleva a otros tantos problemas. Básicamente la policía no está preparada para la complejidad que va adquiriendo el delito. A su vez, los uniformados ganan salarios muy bajos. Y a esto se suma que cada vez hay menos interesados en ingresar a la fuerza. Ello, sin solución de continuidad: en una suerte de círculo vicioso que parece no tener fin.

La frutilla del postre es la situación económica del país, que impulsa la desigualdad y, en carácter transitivo, dispara aún más el delito.

Ello es terreno fértil para los malvivientes, que poseen mejores armas que los policías y han encontrado en la droga la fuente perfecta para financiar sus desventuras… y su novedoso armamento. Imposible competir contra ellos.

Como se dijo, los uniformados no están aggiornados en la complejización del delito, que adquiere nuevos rostros y mecanismos de operación.

Los policías mendocinos siguen formándose con programas vetustos, de cuando no existía el ciberdelito. Apenas sí les han agregado materias vinculadas a la perspectiva de género, que no les sirve para nada.

A su vez, el trabajo de las fuerzas de seguridad se centra siempre en los mismos lugares, como si los cacos no se hubieran avivado y cambiado sus centros de operaciones.

Está bien poner la lupa en el Campo Pappa y otros suburbios de Godoy Cruz, Las Heras Y Guaymallén, pero ¿qué onda con las bandas que operan en el microcentro y la Aristides Villanueva?

“En esos lugares no trabaja nadie contra la merca. Allí se vende y se consume secretamente a los gritos. El foco es el pobrerío, donde van los polis para tener prensa. Pero los “nenes bian” lo hacen públicamente”, explicó a Diario Mendoza Today un experimentado ex comisario mendocino bajo reserva de fuente.

Y añadió: “Si usted camina después de la una de la mañana, verá las ‘manitos’, una tras otra con su perrito y hay esquinas donde la línea blanca la consumen sin ningún drama. También están los ahora ‘bares escondidos’, que abren en las noches y donde la merca es como un trago más a pedir”.

Finalmente, el uniformado se sinceró: “Siempre fue así y los capitalistas de la droga muchas veces son los influyentes políticos del día a día… difícil de que a ellos se llegue”.

Tras lo aquí detallado, queda claro que el paso más importante para combatir el delito es el conocimiento sobre cómo debe ser encarado. Más aún cuando se trata de problema de la venta de drogas.

El trabajo es relativamente sencillo: hay mucho de análisis, estadísticas sobre los lugares donde más hechos ocurren y, lo más importante, la inteligencia criminal.

Hace sólo algunas semanas, este diario publicó un video donde puede verse a un grupo de narcos fraccionado droga para venderla. Aparte de las imágenes, Mendoza Today dio los datos de su ubicación, en el Campo Pappa.

Ergo, ¿cómo es posible que un grupo de periodistas logre desnudar aquello que parecen desconocer cientos de policías?

Hay que decirlo con todas las letras: es bien sencillo conocer los búnkeres de la droga. Los vecinos suelen señalarlos con lujo de detalle porque están hartos de los tiroteos, y de todo lo demás.

Solo basta algo de valentía y buena voluntad. Lo demás llegará por añadidura.

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