Con ausencia todal de la típica épica peronista, el presidente Alberto Fernández dijo en Mendoza que está “peleando día a día por recuperar la Argentina en un presente muy complejo”.
Perdido por momentos, y con algunas lagunas mentales, destacó que “en cualquier rincón de la patria está el Estado presente”.
El jefe de Estado estuvo acompañado por el ministro de Economía, Sergio Massa, al encabezar la denominada Marcha Blanca por el regreso del tren que une Palmira, en la provincia de Mendoza, con la ciudad de Buenos Aires, después de 30 años sin ese servicio.
Allí se dejó ver a casi todos los intendentes peronistas: Flor Destéfanis, de Santa Rosa; Fernando Ubieta, de La Paz; Roberto Rigui, de Lavalle; Emir Félix, de San Rafael; y Martín Aveiro, de Tunuyán. El único ausente fue Matías Stevanato, de Maipú.
Sorprendió el forzado abrazo que se dieron Rodolfo Suarez y Alberto Fernández al arribar a la estación de Palmira. El mismo asombro mostraron los presentes al culminar la alocución del jefe de Estado, ya que se retiró hablando en privado con el mandatario mendocino.
Otro dato de color, literal, lo aportaron Destéfanis y Anabel Fernández Sagasti, quienes se dejaron ver con la misma vestimenta. Un ambo azul con remera blanca. “Es casualidad”, se atajó la presidenta del PJ local.
Ello fue opacado por el hecho de que el presidente de la Nación casi no recibió aplausos cuando fue presentado. Más aún: los trabajadores ferroviarios hablaban entre sí mientras el mandatario daba su pequeño discurso.
A su vez, generó curiosidad que los presentes le dieron más bolilla a la figura de Sergio Massa que a Alberto. “Parecía que el ministro de Economía era en realidad el presidente de la Nación”, dijo un curioso al promediar la cosa.
Finalmente, un señalamiento de la colega: “Todo muy lindo pero vuelve a ser un acto para los políticos, que se acomodaron, sacaron fotitos y videos. La gente (y prensa ) gritaba que se sentaran, que no veían”.
