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Rody festeja: su desplante a Alberto Fernández en Mendoza cobró relevancia nacional

El día que Rodolfo Suarez fue Alfredo Cornejo y se le plantó al presidente.

Rodolfo Suarez no cabe en sí mismo. Está agrandado como pocas veces en su vida. Es que, su desplante a Alberto Fernández cobró relevancia nacional.

Los medios se pelean por una nota con el gobernador mendocino, desde todos los lugares del país. Aparece en las páginas de diario Clarín mientras es entrevistado por Cadena 3 de Córdoba, y así sucesivamente. Nadie ha dejado de hablar sobre la decisión de Suarez.

“Uno no puede agachar la cabeza ante todo”, dijo el gobernador en declaraciones a Radio Con Vos hoy mismo, más temprano.

En ese marco, el mandatarrio remarcó que el accionar de Fernández fue para “congraciarse con La Pampa” y que no fue invitado para las actividades oficiales que realizó el jefe de Estado. “Tengo mucha bronca”, lanzó.

¿Está genuinamente enojado Suarez o sobreactúa la furia en un año electoral? ¿De pronto se convirtió en una copia de su “hacedor”, Alfredo Cornejo, o es parte de su personalidad y estaba oculta hasta ahora?

Es imposible saberlo, pero al gobernador le sirve, y mucho. No solo porque, como se dijo, es un año electoral, sino también porque lo pone en un lugar de elocuente poder en el contexto de las decisiones dentro de su propio espacio.

Ya no es el sumiso continuador de las políticas de Cornejo, sino que ha demostrado que tiene decisión propia. Y puede opinar incluso sobre quién podría ser su propio sucesor a la gobernación.

Lo mismo cabe para la oposición: ¿Lo mirará como siempre el peronismo mendocino o ahora se cuidará antes de plantearle alguna cuestión?

Lo que ocurrió este miércoles es un tópico interesante para analizar, más allá de la valoración de si estuvo bien o mal la actitud de Suarez. Algo cambió. Y parece que es definitivo.

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