Christian Sanz
Tendencias

😡 Gabriel Fader, el “sicario” de Our Ranch que Estefanía Terán mandó a apretarme

Esto se pone cada vez más pesado. Literalmente. Habló de la estafa piramidal Our Ranch, sobre la cual decidí poner el foco desde hace algunos días, desnudando a sus líderes.

Dos de ellos, Estefanía Terán y Jorge Emilio Corriols, no lo han tomado a la ligera y decidieron hostigarme por diferentes vías.

Primero por Whatsapp, luego por redes sociales, y finalmente decidieron mandarme un “sicario” a buscarme. Con tan mal tino, que lo mandaron al lugar equivocado. Las oficinas de Radio News, donde no trabajo hace tiempo.

Me lo comentaron los colegas de ese medio: que había aparecido este personaje, encapuchado, para que no lo reconocieran. Visiblemente alterado y exigiendo verme. Lamenté no estar en el lugar en ese momento, dicho sea de paso. A continuación el relato de una colega:

A pesar de la capucha y el intento de anonimato, pude saber que el “sicario” se llama Gabriel Fader y gusta decir que su nombre es Emanuel Montero. Ostenta varias denuncias por acoso y amenazas. Al pie una de ellas, de las tantas que logré acopiar. (Ciertamente, esta gente no tuvo en cuenta que uno es periodista de investigación).

Lo que ha ocurrido es grave, muy grave. Por eso, se están haciendo las denuncias pertinentes a través de mis abogados, por amenazas y delitos concomitantes.

A su vez, he decidido dar a conocer el prontuario de todos estos impresentables. Los he investigado en profundidad y tengo varios expedientes que iré revelando al paso de los días. También conseguí varios testimonios de personas a las cuales han estafado.

Porque son eso: estafadores. Ello explica el hecho de que impulsen el fraude de Our Ranch. Buscando aprovecharse de los incautos.

Pero se les va acabando la joda, poco a poco. Por lo pronto, el lunes que viene serán desalojados de su vivienda. El expediente de marras lo lleva adelante el abogado Carlos Vázquez.

Hay mucho más: juicios laborales, por daños e incluso la estafa a un chofer de Uber. Como se ve, no tienen límites.

O sí: yo trataré de ser ese límite que detenga sus trapisondas.

Artículos Relacionados