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Las incógnitas que aún no se han dilucidado en el caso del israelí que mató a su madre y a su tía en Mendoza

El israelí Gil Pereg no confesó el móvil de los homicidios de su madre y su tía, a las que mató en el predio en el que vivía, en Mendoza; nadie explicó la forma en que llegó a ser legítimo usuario de 46 armas

El 26 de octubre del año pasado, un imputado maulló frente a los jueces. O, al menos, intentó imitar el sonido típico de los felinos. No fue en una bizarra señal de protesta. Lo hizo de forma permanente y los magistrados decidieron desalojarlo de sala.

Desaliñado, con abundante cabellera y barba, y con gestos de arañar el aire, Gilad Pereg se veía entonces muy diferente de ese atribulado, pero prolijo ciudadano israelí de cabeza afeitada que ocho meses antes hablaba con la prensa mendocina mientras la policía buscaba a su madre y a su tía, que habían desaparecido a poco de llegar a Mendoza.

Todo cambió cuando los cuerpos de Pyrhia Saroussy y Lily Pereg fueron encontrados enterrados en la misma propiedad en la que aquel hombre atendía a los periodistas. Empezó en ese momento el extraño caso del hombre-gato, el asesino que puede comunicarse perfectamente en hebreo, castellano e inglés cuando lleva “la máscara del animal de dos patas” que limita su espíritu animal…

Esa situación expuso ante psiquiatras del Ministerio Público Fiscal y peritos de la defensa oficial, interesados en uno de los casos más raros que llegaron a juicio. Hubo otros acusados en la historia criminal reciente que apelaron al mensaje de voces en sus cabezas para justificar atrocidades.

Sin embargo, en esas entrevistas Pereg no dijo nada del motivo de los homicidios; incluso negó las muertes, a pesar de la contundente evidencia de los cadáveres ultrajados. Repitió la versión de cómo se había “convertido en gato”, del esfuerzo que hacía para sostener un “20 por ciento” del tiempo la actitud humana con el fin de encajar en un mundo que le era ajeno. Habló con los psiquiatras sobre un felino “de 500 años” que le daba consejos y lo protegía.

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