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Trasladaron por un dolor de muela al “hombre gato”, condenado por asesinar a su madre y a su tía en Mendoza

El israelí Gil Pereg fue custodiado por ocho guardias y esposado.

En las últimas horas, en medio de un importante operativo cerrojo y custodiado por ocho agentes penitenciarios, el israelí Nicolás Gil Pereg, el hombre condenado a prisión perpetua por el doble crimen de su madre y su tía en enero de 2019 en Mendoza, fue llevado con un odontólogo por un fuerte dolor de muelas.

El objetivo de semejante despliegue policial para garantizar la visita al dentista del asesino condenado, también conocido como el “Hombre gato”, era evitar un posible cruce con cualquier otra persona en el trayecto ya que se desconoce cuál podría ser su reacción.

No obstante, lo llamativo fue que todo este movimiento, usual cuando se traslada a un preso hasta un centro asistencial o a una audiencia en el Polo Judicial, se llevó a cabo dentro del Hospital El Sauce donde Gil Pereg permanece internado y sólo tenía que recorrer algunos metros en el interior del mismo predio, indicó Diario Uno de Mendoza.

A pesar de estar medicado, estabilizado y hasta dado de alta de la parte psiquiátrica, quienes deben estar en contacto con el doble homicida que se autopercibe gato no escatiman las precauciones, a fin de evitar cualquier tipo de problema.

En esta línea, el odontólogo que en las últimas horas lo atendió como paciente le pidió a los guardias que lo escoltaron a su consultorio que no le quitaran las esposas, como sí se hace con el resto de los detenidos.

Además, solicitó a los efectivos que entraran junto con Gil Pereg y se quedaran con él durante los 30 minutos que duró la consulta, por si surgía algún imprevisto mientras lo atendía.

Según publicó el mismo medio, el israelí había pedido que le hicieran un tratamiento de conducto porque le dolía mucho la muela, pero cuando el odontólogo lo revisó le dijo que eso era imposible. Al parecer, la muela que le molestaba está destruida debido a una enorme caries que tiene por la ausencia total de higiene bucal.

Frente a este panorama, el especialista recomendó someterlo a una cirugía para sacarle las raíces que quedan, ya que es la única opción viable de quitarle el dolor. Pese a la explicación que recibió, Gil Pereg rechazó la intervención y sólo se fue de allí con antibióticos para aliviar la infección.