Es creer o reventar: muy a nuestro pesar, no bien entramos al populoso departamento del norte aparecen las sorpresas desagradables.
Nos referimos al ya conocido y antiguo trazado de calles con orientaciones de circulación obsoleta, la que quizás fue efectiva en los lejanos años setenta.
A la doble mano a la que se agregan las bicisendas, debemos agregar la desprolijidad de sus habitantes.
Cuando este cronista a eso de las 21 circulaba en sentido norte hacia el sur por 25 de Mayo, al pasar Ortiz apareció el camión que ilustra está nota en toda su dimensión era reparado en plena calzada, cuya chapa patente le mostramos al pie.
Al ver semejante mole mecánica con semirremolque y todo, que a varios automovilistas nos interrumpía el paso en ambos sentidos (reitero: en tierra de Lo Presti todo es doble mano) debimos hacer un rodeo y retomar por la mencionada Ortiz hasta Corrientes y finalmente otra vez 25 de Mayo.
Para completar datos: los periodistas de raza anotamos y documentamos. Pudimos averiguar que dicho transporte muy pesado salió del taller Mateo. Y que a sus mecánicos les resultó cómodo arreglarlo en la calle sin importar que esa operación llevó más de 40 minutos.
Al sacar las fotos, como era de esperar, un hombre joven se me acercó y me insultó con su acostumbrado “que haces viejo culiado”, coro que repetía una mujer joven que en un rato de inspiración agregó: “Andate pué… viejo chupa pija”.
Disculpe amigo lector por la agudeza de los detalles, pero así nomás resultó el incómodo episodio. Las Heras es así. Y por lo visto a nadie le interesa progresar.
