A 4 años de la muerte de Florencia Magalí Morales, la mendocina que apareció ahorcada en una comisaría puntana en la pandemia
Un comisario, un subcomisario y dos agentes están procesados como coautores, pero permanecen en libertad. La hermana de la víctima, Celeste, dice que el exgobernador Alberto Rodríguez Saá nunca recibió a la familia.
Florencia Magalí Morales salió de su casa el 5 de abril de 2020, en plena pandemia, y no volvió. Apareció muerta en la comisaría del Distrito 25° de Santa Rosa del Conlara, provincia de San Luis. A cuatro años de lo que su familia califica como un asesinato policial, organizaciones feministas y vecinos se movilizaron para exigir “una condena ejemplar para los cuatro policías imputados y castigo a todos los responsables políticos”.
En este caso, revelado y cubierto por diario Página/12, la carátula cambió de “suicidio” a “averiguación de muerte” y, en 2023, a “torturas agravadas por el resultado muerte”. Un comisario, un subcomisario y dos agentes están procesados como coautores, pero permanecen en libertad. Son Reynaldo Clavero, Marcos Ontiveros, Eugenia Argüello y Victoria Torres, respectivamente. Sus defensores apelaron el fallo de la Cámara de Apelaciones de Villa Mercedes que cambió la calificación de los hechos. Actualmente, el expediente se encuentra en el Superior Tribunal de Justicia.
Para Celeste Morales “fueron todos partícipes necesarios: policía, fiscalía, el defensor, el juez y el forense también”. La mujer que enfrentó toda esta lucha en soledad se quedó sin trabajo y lamenta la ausencia de funcionarios tanto mendocinos como puntanos. “El gobernador jamás nos recibió”, cuestionó.
Florencia había nacido en Las Heras, Mendoza, y vivía en Santa Rosa de Conlara con sus hijos de 11 y siete años, y con su nieta de dos. Era empleada de un hotel. El 5 de abril de 2020 había salido en el momento más estricto del ASPO. Terminó encerrada en una celda, presuntamente por haber violado la cuarentena. Esa tarde la encontraron ahorcada con el cordón de una prenda, luego de haber pasado horas pidiendo auxilio.
La versión policial indicó que la mujer se había quitado la vida en la celda, pero la segunda autopsia derribó esa hipótesis. Ese segundo análisis del cadáver de Morales realizado por la médica forense Virginia Creimer reveló la “existencia de lesiones premortem” y que “llamativamente” desaparecieron algunos órganos del cadáver. En las primeras versiones los policías mencionaron que había violado el ASPO pero está probado que ingresó por su voluntad a la comisaría porque fue a ver a un conocido.