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Guaymallén: el infierno de los vecinos del Barrio Avenida Norte y Sur por 3 boliches bailables “flojos de papeles”

Por Néstor Bethencourt, especial para Diario Mendoza Today.

Los vecinos del Barrio Avenida Norte y Sur de Guaymallén no la pasan nada bien. Sufren las arbitrariedades de puntuales boliches bailables flojos de papeles.

No saben qué hacer al respecto para poder vivir dignamente y poder descansar como corresponde, amén de la inseguridad acuciante.

En la lateral Sur del Acceso Este se han erigido en los últimos tiempos 3 boliches bailables, Babilonia, Aquelarre y, por último, “Isla Verde”, este último con temática preferentemente gay.

La zona que abarcan los 3 establecimientos no serían compatibles por el código de Urbanización vigente, por lo que su permanencia evidencia cierto “aval municipal dudoso” para que puedan seguir actuando.

Si bien Babilonia y Aquelarre son lugares que tendrían cierto resguardo edilicio respecto a sonoridad, no sucede lo mismo con “Isla Verde”, donde los vecinos sufren en demasía las consecuencias de la ruidosa actividad.

Ya un vecino que vive en el Barrio Santa Ana (a 500 metros lineales de distancia), presentó un reclamo en el municipio logrando apenas un poco de disminución del volumen que emite tal emprendimiento, nada más hasta el momento.

Pero poco alcanza para los Barrios Avenida Norte y Sur el cual siguen sufriendo las consecuencias.

Realizando las investigaciones de rigor, y según expedientes A-EE-18613-2022, y A-EE-777-2024, los mismos dejan ver que la actividad es irregular dese todo punto de vista, llegando al extremo de que con fundación técnica y de criterio la mismísima directora de Planificación Cintia Brucki, (de la gestión de Marcelino Iglesias, y ahora Marcos Calvente) demostrara que no corresponde el permiso bajo ningún concepto del emprendimiento en cuestión.

Cintia Brucki es reconocida en el departamento por ser quien tras cambiar las reglas de juego en forma permanente no permite desarrollar emprendimientos habitacionales, los cuales los desarrolladores son en demasía perjudicados por no solo no poder construir, sino tampoco finalizar sus obras y, con criterios encontrados reparte multas importantes por doquier sin solucionar los problemas de fondo.

Sobre los expedientes del emprendimiento en “Isla Verde”, las maniobras dilatorias se dejan ver por doquier, entre las distintas reparticiones que intervienen se pasan la pelota unas a otras, y aun dando motivos reglamentarios claros para que esa actividad sea suspendida, siguen agregando medidas a tomar que aumentan las causales de cierre.

¿Tendrá que ver que los titulares del terreno tienen cercanía directa con un político?

Como ejemplos puntuales la Dirección de Comercio, que tubo múltiples ingreso de personal, incluido su director Aaron Pelegrina, algunos dicen en sintonía con la temática del boliche, realizó mediciones de ruido en un domicilio en calle Miguel Cané, dando resultados negativos a la actividad.

Aun así, se insiste con una encuesta vecinal que diera que todos los vecinos excepto uno, rechazaran el avance del comercio, y como frutilla del postre están en tratativas desde el ineficaz ejecutivo llevar el caso para que lo defina el Honorable Concejo Delirante, escribanía de Calvente donde el debate no existe por tener mayoría absoluta.

Mientras tanto la joda continúa, los vecinos no descansan, y los directivos junto a empleados se divierten en un lugar que produce molestias sonoras que incluyen fuegos artificiales, aquellos que en forma rimbombante fueran prohibidos hace no mucho tiempo como medida de moda, ya que nadie controla.

Es risueño ver como los propios inspectores dejan fotos en el expediente sobre los fuegos artificiales sin multar por ello.

Al que le quepa el sayo, que se lo ponga…

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