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“Hoy sigue cayendo la demanda del vino en el mercado interno, dado que el poder adquisitivo se ha resentido”, dice un productor mendocino

Marcelo Federici, productor vitivinícola de Mendoza, perteneciente a la Cooperativa El Poniente, consejero de la Federación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas (Fecovita) y vicepresidente de Coninagro, habló sobre las dificultades de ese sector con el portal Infobae.

“Llegamos a consensuar que en la Ley Ómnibus la industria vitivinícola iba a tener retención cero y hoy estamos en una posición latente de que, al haberse caído, al momento que se trate pueda haber algún tipo de planteo de incremento, como hubo en el DNU, de los aranceles de exportación”, dijo.

Recordó que en los vinos que más se exportan, retenciones del 15 por ciento hubieran llegado a representar el 60 al 70 por ciento del valor del producto que está dentro de la botella. Algo similar hubiera sucedido con los mostos, que hubieran representando el 40 por ciento de su valor. “Esta retención la sufría fundamentalmente el productor primario”, enfatizó Federici.

En cuanto a la realidad de la actual vendimia, pasada la sequía y las heladas que afectaron la de 2023, señaló que “tenemos prácticamente entre un 25 y un 30 por ciento más de cosecha, por eso era fundamental en este momento no aplicar un arancel a las exportaciones de mostos y de vinos, ya que hoy sigue cayendo la demanda del vino en el mercado interno, dado que el poder adquisitivo se ha resentido”. En este punto agregó que por ese motivo “vamos a necesitar de las exportaciones, para poder vender todos los volúmenes que tenemos. Va a ser una herramienta fundamental para que el precio siga sostenido y siga fortalecido al productor primario”.

Del vino que se produce en la Argentina, alrededor del 80 por ciento se consume en el mercado interno y el 20 por ciento se exporta. Por cada kilo de uva que se produce en la Argentina, entre el 50 y el 60 por ciento se destina a consumo como vino, en el mercado interno, y el otro 40 por ciento, a exportación, como mosto o como vino fraccionado. “Prácticamente entre el 40 y el 45 por ciento de la producción de la Argentina tenemos que exportarla, para no generar una sobreoferta y así un deterioro de los precios”, precisó Federici.

En cuanto al futuro de la actividad vitivinícola, el dirigente señaló la preocupación por el recambio generacional entre los viñateros. También mencionó que trabajan en un plan estratégico en conjunto con las autoridades provinciales y nacionales y con la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar) para “ir mostrándoles un norte a los productores, ya que muchas de las parcelas no están integradas en cadenas de comercialización, a fin de promover el conocimiento del mercado y que los productores estemos produciendo lo que el consumo está necesitando”, explicó Federici.

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