Christian Sanz

El mamerto mendocino: se queja de la falta de agua, pero jamás la cuida… ni un poquito

Hay que decir las cosas como son. Por Christian Sanz, desde la redacción de Diario Mendoza Today.

Se viven quejando, arengando, puteando contra el gobierno de turno. Culpan a los sucesivos mandatarios por la falta de un recurso esencial en la provincia: el agua.

Y hacen bien, porque los diferentes gobiernos subestimaron, uno tras otro, la problemática que aqueja ahora mismo a Mendoza.

Pero también es culpa de ellos, de esos tipos que dicen una cosa y hacen todo lo contrario. Que despotrican porque falta agua pero jamás la cuidan. “Que la cuide yo solo no hace la diferencia”, se dicen a sí mismos, acaso para aliviar sus propias conciencias.

Pero es como el voto, que tiene el poder multiplicador de cambiar las cosas. Lo saben, pero es mejor no pensarlo. Porque no es bueno sentirse culpable por pecar.

No son todos, por suerte, apenas sí un puñado de mamertos. A los que puede verse lavando sus ostentosos automóviles y camionetas en las puertas de sus casas, abusando de mangueras e hidrolavadoras, que están prohibidas por ley en Mendoza. Y cuando uno les dice algo, se ponen agresivos.

Le pasó a uno miles de veces, la última con unos imbéciles que viven en calle Santa Fe 441, en plena ciudad de Mendoza. “Metete en lo tuyo”, dijeron de manera agresiva.

Lo mismo ocurrió ahí nomás, a la vuelta, en calle Ituzaingó entre Tucumán y Ayacucho, donde funciona un lavadero clandestino. No es el único: a dos cuadras, en Montecasero 2486 hay otro más. Y así sucesivamente.

Y uno lo ha denunciado ante los capitostes de Aguas Mendocinas, que se dedican, entre otras cosas, a multar ese tipo de emprendimientos “truchos”. Y nada de nada. Porque los tipos no sirven para nada. De hecho, también son parte de la causa de que no haya agua en Mendoza.

Y para coronar la tragedia, el Departamento General de Irrigación advierte esta semana que los caudales de los ríos de Mendoza estarán entre el 40 y el 52% “abajo” en el futuro. Directo al caos total. ¿Qué más se puede agregar?

Se espera que estas líneas sirvan para volver responsables a los irresponsables. Para cachetear imbecilidades latentes. Para alejar imbecilidades expuestas.

En fin, acaso se espere demasiado con muy poco. Casi un milagro.

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