Christian SanzPortada

🏦 Por qué Mendoza sí necesita tener un banco propio

Hay voces a favor y en contra, pero los motivos son ineludibles. La provincia tiene que tener un banco. Lo dijo hasta Scioli. Las razones.

“Por la estructura de Mendoza en particular, necesitan tener un banco público. No puede ser que Mendoza no tenga un banco público y lo administre bien”. La frase fue pronunciada en junio de 2015 por Santiago Montoya, extitular de la agencia de recaudación de la provincia de Buenos Aires y uno de los principales asesores en aquellos días de Daniel Scioli.

No fue casual la referencia: el ex gobernador bonaerense prometió entonces que, si llegaba a ser presidente, impulsaría un banco provincial. Teniendo en cuenta que Scioli sueña con volver a competir por la presidencia, aparece la inevitable pregunta: ¿Necesita Mendoza una entidad de esas características? Si es así, ¿por qué y para qué?

La respuesta la aportó el propio Montoya con el ejemplo bonaerense: “En Buenos Aires, el banco Provincia es una locomotora: aplasta a cualquier competencia que se le mete en el medio. Los productores confían en el banco y eso es lo más importante. Tiene que estar dirigido a las pymes y con un modelo de gestión eficiente”.

Mendoza, como casi todas las provincias argentinas, supo tener un banco local. Fue creado en el año 1888 y su destino fue el de potenciar la actividad productiva de la provincia. Eso hizo mientras duró, pero sus puertas cerraron el 9 de abril de 1999, luego de haber ostentado malos manejos e irregularidades.

Tal vez ese sea el principal motivo de resistencia a la creación de una entidad similar, debate que inició el otrora ministro de Hacienda de la provincia Marcelo Costa y que quedó trunco por completo.

Luego, la discusión recobró relevancia cuando el Banco Nación, que actúa como agente financiero de Mendoza, decidió congelar los sobregiros que serían destinados para pagar salarios al sector público.

Patricia Fadel, exdirectora del Nación por la provincia, admitió que hubo entonces “un freno de mano” y advirtió sobre la complicada situación local: “Hay muchas provincias asistidas por otros bancos. Sólo dos provincias tienen como entidad financiera al Nación: Mendoza y Catamarca”.

¿Qué hacer frente a la coyuntura referida? ¿Existe alguna otra herramienta que no obligue a impulsar la creación de un banco?

Según el ya mencionado Costa, no hay otra: “El sector privado necesita del sector público. En Mendoza tenemos el fondo de la transformación pero solo tenemos el límite de un millón de pesos, es poco”, aseguró entrevistado por este periodista en 2015.

De igual manera opinó Martín Kerchner: “Lo que hace falta es un banco de desarrollo productivo, un fondo de transformación con impacto en la economía. El problema que tiene el actual Fondo de Transformación es que tiene buen fin pero no impacta en el PBI como para generar algo en la economía”, dijo.

En el mismo sentido, Costa aseguró que en la situación actual “no se pueden hacer obras ni mucho menos; necesitamos una herramienta financiera”.

Lo mismo opina Kerchner: “Necesitamos un sistema de crédito productivo, ponele el nombre que quieras, banco o lo que sea. Debemos inyectar dinero al sistema industrial, productivo, agroindustria, etc. Unos 3.000 millones de pesos para que impacte, es apenas un punto del PBG”.

“¿Qué ocurriría si tuviéramos una entidad propia?”, pregunto este periodista al ya mencionado Marcelo Costa: “Si tuviéramos un banco propio se prestaría el 100%”, respondió.

-Hay quienes sostienen que la idea del banco es un capricho.

-Lo que yo planteé tiene que ver con el crecimiento de Mendoza, qué necesita la provincia. En su momento, lo expuso Raúl Mercau: necesitamos que haya una inversión importante para que se genere empleo y actividad económica.

-¿De dónde provendrían los fondos que nutrirían a un eventual banco?

-De la generación de depósitos, los fondos vendrían de los depósitos.

-Da la sensación de que parte de la resistencia a avanzar en este tema es por la historia reciente, por lo ocurrido con el viejo Banco de Mendoza.

-Sí, es posible. Y también está el tema político. Nos han chicaneado con cuestiones que son falaces.

-¿Por ejemplo?

-Nos han dicho que queríamos hacer un banco para que le preste al gobierno, pero no es así. El propio estatuto dice que no se le puede prestar al sector público. Solo debe ser para impulsar al sector privado. Al mismo tiempo, hay que recordar que el convenio de agente financiero vence a fin de año, por lo cual la creación del banco beneficiaría a la gestión que viene.

-Podría tal vez ser un semillero de la política, como fue en su momento.

-La ley dice que todos los gerentes del banco tienen que ser seleccionados por una consultora internacional con antecedentes en el área. Yo, por ejemplo, no podría ser director de ese banco porque no tengo antecedentes en esa área.

A los dichos de Costa, Kerchner agrega un tópico interesante: “Lo mejor que puede hacer el Estado es subvencionar tasas y dar apoyo a las sociedades de garantías reciprocas”.

-¿Qué significa?

-Hay que hacer el crédito barato y darles garantías. El tipo que hoy no puede ingresar al sistema privado porque es muy caro o porque no tiene avales, sería beneficiado con la medida.

-Entonces coincide con la necesidad de crear un banco.

-No importa que se llame banco o de otra manera. No hace falta crear un banco, sino destinar los fondos a algo productivo.