Economía

Cómo la brecha cambiaria y el valor del combustible funcionan como subsidio para países fronterizos

Según Malena Dolcet, economista de la Universidad Nacional de La Plata, “aquellos habitantes del otro lado de la frontera argentina gozan de un diferencial de precios expandido por la brecha entre el tipo de cambio oficial y el tipo de cambio en el mercado informal”.

La brecha entre las diferentes cotizaciones del dólar y la fijación del precio de los combustibles líquidos en función del valor oficial de la divisa actúan como un “subsidio implícito a las compras transfronterizas”, en favor de automovilistas y transportistas del Paraguay, Brasil y Uruguay, que se abastecen de nafta y gasoil en las estaciones de servicio de Formosa, Misiones, Corrientes, Salta y Jujuy.

Según Malena Dolcet, economista de la Universidad Nacional de La Plata, “aquellos habitantes del otro lado de la frontera argentina gozan de un diferencial de precios expandido por la brecha entre el tipo de cambio oficial y el tipo de cambio en el mercado informal”.

“En pocas palabras, resulta beneficioso cruzar la frontera argentina, cambiar la divisa norteamericana al tipo de cambio informal, y comprar combustible que tiene un precio atado al tipo de cambio oficial fijado por el gobierno”, planteó en una investigación del Centro de Estudios de Finanzas Públicas (CEFIP), en el que deja en evidencia la distorsión en el mercado de combustibles generada tanto por la brecha cambiaria como por el precio atado a un dólar a una paridad menor a la mitad del informal.

Con un control de por lo menos el 55% del mercado a través de YPF, Dolcet remarcó que “el Estado desempeña entonces, un papel importante en el mercado minorista regulando los precios y otorgando licencias para importar, refinar, y distribuir combustibles a las diferentes empresas que participan del mercado”, ya que “el precio en surtidor tiene un acoplamiento a la evolución del tipo de cambio oficial y no al tipo de cambio informal, indicando que los precios del sector son fuertemente dependientes de la evolución del tipo de cambio oficial, esencialmente porque el país depende de importaciones para abastecer el mercado doméstico”.

En ese sentido, la investigadora puntualizó que “una economía que convive con un sistema de tipos de cambio múltiples no sólo está expuesta a obtener frágiles resultados en términos de una política de estabilización, sino también a enfrentar los efectos adversos de la distorsión de precios relativos a nivel microeconómico”.

“En el caso particular de los combustibles, este fenómeno se vuelve relevante en las zonas fronterizas, donde se enlazan dos mercados sujetos a distintas reglas de juego en un territorio contiguo, y la situación de la brecha incentiva comportamientos del tipo cross-border shopping en búsqueda de combustible más barato desde países vecinos”, replicó Nuevas Palabras.

Dolcet concluyó que “como resultado de la distorsión, la brecha en el tipo de cambio podría funcionar como un subsidio implícito a las compras transfronterizas, al inducir a las personas que viven en los países limítrofes a comprar combustible en las estaciones de servicio argentinas”.

Para comprobarlo, utilizó información sobre las cantidades vendidas y los precios en surtidor de nafta común, nafta premium y gasoil para aproximadamente 798 estaciones de servicio ubicadas cerca de la frontera con Bolivia, Brasil y Paraguay, entre agosto de 2017 y agosto de 2022.

Como resultado, constató que “las ventas de nafta común en estaciones de servicio ubicadas cerca de la frontera son 25 puntos porcentuales mayores en relación con el período sin brecha cambiaria, y esta diferencia es estadísticamente significativa”.

En los cinco años transcurridos, se pasó por un período sin brecha cambiaria o con una diferencia marginal, en el que “no se encuentra diferencia en los niveles de venta”, algo que se modificó en los primeros meses de 2020, cuando con una brecha cercana al 20% “el efecto positivo sobre las ventas de las estaciones de servicio cercanas a la frontera comienza a notarse”.

El cierre de fronteras entre marzo de 2020 y noviembre de 2021, a raíz de la pandemia de coronavirus, generó una caída en las cantidades de combustible para ambos grupos, pero tras la apertura de las fronteras se evidenció el “fuerte incremento” de la comercialización en los puestos cercanos a las fronteras respecto de los ubicados lejos de los limites internacionales.

“La reflexión a partir de estos resultados, indica que, aunque deben tomarse con precaución, se pueden interpretar como evidencia preliminar de la distorsión en los incentivos que genera una brecha entre el tipo de cambio oficial y el informal, cuando se encuentra en niveles altos entre el 60% y el 120%, impulsando así el turismo transfronterizo de combustible desde los países vecinos”, finalizó.

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