Luis RossiPortada

🤪 Acerca del bono de fin de año, la desesperación de las pymes y el Estado bobo

Te dicen qué tenés que hacer, cómo y cuándo. Pero ellos hacen todo lo contrario. Un país que es joda.

Como si al país le faltaba algo más para crear otro conflicto —además de los números inflacionarios dudosos, del festejo por los logros de gestión más imaginarios que reales, de los miles y miles de planes truchos y de una clase política más preocupada en competir por los cargos que en aportar ideas que sumen bienestar a la sociedad— ahora se conoce la implementación de un bono de fin de año de 24 mil pesos para los privados.

En ningún momento decimos que los empleados privados no lo merezcan, ya que es por demás sabido que con los magros salarios actuales muchos no alcanzan ni siquiera a llegar a mitad de mes y eso es algo indiscutible.

Pero aquí se trata de plantearnos seriamente quiénes están en condiciones de afrontar el pago de ese bono y quiénes no, se trata de ver la otra cara de la moneda. Porque convengamos que no a todos los empresarios (pequeños y medianos sobre todo) les va tan bien como al “selecto grupo de científicos exitosos” que nos gobiernan y que desde hace años vienen saltando de cargo en cargo tal cual en una rayuela.

Quizás de ahí, de esa buena vida y con excelentes sueldos —pero siempre alejada de la realidad— surjan estas ingeniosas medidas compulsivas sin tener la mínima consideración sobre las posibilidades reales de cientos de Pymes.

Seguramente muchos dirán “y bueno, si no les conviene tener una Pyme que cierren y se dediquen a otra cosa”, y en verdad que a más de emprendedor le gusta esa idea, pero la siguen remando en dulce de leche para no dejar a sus empleados en banda, para no abandonarlos a la buena de dios, porque saben que ellos tienen una responsabilidad social basada en la cultura del trabajo.

En un país donde casi no hay importación (lo que limita la capacidad de producción de muchas empresas), donde las economías regionales se encuentran destruidas, en donde exportar al valor del dólar oficial es como mantener un socio ineficiente y falto de motivación pero que se lleva la mejor tajada (y hablamos indudablemente del Estado) es muy difícil mantener el rumbo y a flote cualquier iniciativa empresarial pequeña.

La cuestión es que para muchas Pymes no es viable a partir de su rentabilidad poder pagar bonos extras, más allá de los aumentos que se logran mediante las paritarias y que tratan de respetar con mucho esfuerzo.

Es imposible pensar en atraer inversiones o mejorar la economía cuando se tiene un Estado bobo y tan voraz, que dice cerrar la puerta principal al ingreso de nuevo personal para achicar el déficit pero mantiene abierta la puerta de servicio para seguir acomodando militantes por atrás. Es muy difícil cuando se tiene un Estado que reparte y reparte donde no debería repartir o que no controla con eficiencia donde debería controlar, y que para mal de males, inculca la ley del menor esfuerzo en la gente.

El Estado te obliga a hacer bien los deberes pero él es el que menos cumple con los suyos.

Es así como corrientemente toma medidas incongruentes e inconsultas… como siempre.

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