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Suarez admite la necesidad de una “policía equipada”, pero avanza en la compra de chalecos antibalas flojos de papeles

Este miércoles, Rodolfo Suarez y el ministro de Seguridad, Raúl Levrino, entregaron vehículos y drones para la Policía de Mendoza.

El acto se realizó en el edifico del Ministerio de Seguridad, ubicado en calle Salta 672, Godoy Cruz. Estuvieron acompañados por Roberto Munives, el director general de la Policía de Mendoza; Néstor Majul, subsecretario de Relaciones Institucionales del Ministerio de Seguridad y Hugo Sánchez, coordinador de Gabinete de la cartera.

Luego de la entrega de equipamiento, el gobernador de Mendoza tomó la palabra y dijo: “Estamos incorporando 45 autos y 10 camionetas, más dos drones que se suman a los que ya teníamos para que cada uno de los oasis de la provincia cuente con elementos para combatir el delito. Estamos incorporando chalecos, armamento y equipamiento para la policía y a fin de año incorporamos 120 vehículos más”.

“La forma de combatir el delito es esta, que la policía este equipada, que tenga todos los electos necesarios para trabajar y esto va de la mano con el nuevo edificio del Polo Judicial que inauguramos ayer”, agregó el mandatario.

Sin embargo, a pesar de su aparente preocupación, Suarez avanza en la adquisición de 3.000 chalecos antibalas —él mismo lo admitió hoy— que no cumplen con los cánones de seguridad mínimos que garanticen la integridad de los policías que los utilizarán.

Sin mencionar que el vendedor de los mismos es Gustavo Dorf, un empresario mega cuestionado, vinculado en su momento a Daniel Muñoz, exsecretario de los Kirchner, y vinculado a expedientes judiciales por lavado de dinero.

Parte de la trama fue contada por Diario Mendoza Today el 23 de junio pasado. Luego, el escándalo escaló a diario La Nación, con la pluma de Hugo Alconada Mon.

A pesar de ello, y los nuevos detalles que fueron apareciendo —que suman escándalo al escándalo— el gobierno mendocino insiste en la compra de los chalecos.

Como diría Shakespeare, “algo huele mal en Dinamarca”. Mejor dicho, en Mendoza.

Un empresario cuestionado y chalecos dudosos: el contrato que complica a Suarez

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