Advierten por la falta de presupuesto para hospitales y universidades nacionales
“El presupuesto del hospital alcanza hasta mayo para poder seguir brindando asistencia y docencia”, explicó el director del Hospital de Clínicas.
El director del Hospital de Clínicas –dependiente de la Universidad de Buenos Aires- Marcelo Melo aseguró que, ante la situación de emergencia que sufren las universidades nacionales, ese establecimiento solo cuenta con presupuesto asegurado hasta el mes de mayo, y advirtió que durante el primer trimestre del año “ya se modificó la calidad de atención considerablemente”.
“El presupuesto del hospital alcanza hasta mayo para poder seguir brindando asistencia y docencia”, explicó el Melo a Somos Télam.
El director médico indicó que por la situación de virtual recorte al presupuesto universitario -producto de la prórroga del presupuesto 2023 que estableció el gobierno nacional- “también quedarían paralizados los diferentes proyectos de investigación” que esa institución lleva adelante. “El presupuesto del hospital alcanza hasta mayo para poder seguir brindando asistencia y docencia”.
El Hospital de Clínicas “José de San Martín” -que funciona en la avenida Córdoba 2351 en la ciudad de Buenos Aires- atiende un promedio de 365.000 consultas externas al año y realiza más de 9.000 cirugías en el mismo período.
Pasan por la institución en promedio 10.000 personas al día entre pacientes, familiares de pacientes, médicos, enfermeros, estudiantes y personal administrativo.
Actualmente, cuenta con la misma partida presupuestaria que en el año 2023 pero “debería contar con un presupuesto que se ajuste a las necesidades y que, como mínimo, acompañe a la inflación porque el congelamiento ya modificó la calidad de atención considerablemente”, apuntó Melo, quien agregó que la institución recibe pacientes de todo el país de los cuales “el 50% no tiene cobertura social”.
“Tenemos el mismo presupuesto de 2023 con un reajuste que no llega al 70%, cuando la inflación fue del 270%”, estimó el director de la institución médica y explicó que con esa partida virtualmente congelada tienen que hacer frente a “la compra de medicamentos, que aumentaron de 800 a 1000%, o de los seguros de algunos aparatos para que sigan funcionando, por ejemplo el de hemodinamia, que pasó de costar 1 millón de pesos por mes a 13 millones de pesos mensuales desde enero de este año”.
“Debería contar con un presupuesto que se ajuste a las necesidades y que, como mínimo, acompañe a la inflación porque el congelamiento ya modificó la calidad de atención considerablemente”.
En lo que respecta a los insumos hospitalarios, Melo aseguró que hasta diciembre de 2023 el hospital podía abastecerse a través de licitaciones cuatrimestrales, pero “ahora para enfrentar las nuevas licitaciones no solo no tenemos el presupuesto sino que la inflación hace imposible enfrentar un periodo cuatrimestral. Así que compramos cada dos meses y prácticamente todo se fue en medicamentos”.
“La necesidad hoy por hoy para poner en marcha el hospital son los diferentes gastos de insumos: medicamentos normales, de alto costo (que tienen un precio disparado prácticamente inviable) y materiales descartables”, explicó Melo en lo que adelantó podría implicar una posible paralización del funcionamiento del hospital.
Además de la atención a pacientes el hospital -que depende de la UBA- cumple una gran función docente en la formación de profesionales médicos y recibe al año aproximadamente 1.500 alumnos de la facultad de Ciencias Médicas que realizan las prácticas y residencias para formarse en 36 especialidades.
“Es el hospital de referencia para la docencia”, destacó Melo y recordó que “durante los últimos años el crecimiento de calidad del hospital fue muy grande y fuimos reconocidos como uno de los mejores hospitales de Latinoamérica en un ranking internacional (Hospirank)”.
El Roffo también en peligro
Otro de los hospitales universitarios que depende de la UBA y es afectado por el congelamiento del presupuesto es el Instituto de Oncología Ángel H. Roffo.
Federico López Ponsati trabaja en el sector de turnos y apertura de historias clínicas de esa institución e indicó que en los últimos meses “se disparó muchísimo la agenda de pacientes ingresantes (que asisten por primera vez) por la crisis en el sistema de salud, bajas de obras sociales por despidos o de prepagas por aumento” y explicó que “los turnos para ingresantes que antes tardaban dos semanas o un mes, hoy tardan 4, 5 o 6 meses”.
Al tratarse de un centro oncológico donde se llevan a cabo tratamientos urgentes, López Ponsati se mostró “angustiado” por la demora en los turnos que día a día deben informar a los pacientes.
“La gente se derrumba y nosotros con ellos, es tremendo”, relató y puntualizó que muchos de los que solicitan turno por primera vez “es gente que ya viene de dar vueltas y de rebotar en distintos hospitales”, en muchos casos por haber quedado sin obra social.
“La reprogramación de cirugías es moneda corriente y hay muchos pacientes con sus tratamientos parados”, afirmó López Ponsati y agregó que también al instituto acude “mucha gente que viene con el tratamiento a medias porque perdió la obra social o la prepaga” incluso de otras provincias del país. “Lo que vivimos a diario es duro y muy angustiante”, advirtió el trabajador.
El próximo jueves 18 a las 11 se realizará un “Abrazo al Roffo” del que participarán pacientes, colegas y trabajadores en “defensa de la UBA, la salud, la educación y la investigación pública”, convocado por el Colectivo de Trabajadorxs NoDocentes Auto-Organizadxs del instituto.
La situación presupuestaria de las universidades
Según el último informe de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ) sobre la ejecución presupuestaria del sistema universitario nacional, la decisión del Poder Ejecutivo de prorrogar el presupuesto 2023 durante 2024 “coloca a las Universidades Nacionales frente a una situación económica crítica”.
El análisis elaborado con datos del Presupuesto Abierto del Ministerio de Economía y del Ministerio de Capital Humano advierte que “sin una ampliación presupuestaria, la financiación universitaria registraría su nivel más bajo desde que se tiene registro” ya que para este año el presupuesto asignado al Programa Desarrollo de la Educación Superior es un 72% más bajo en comparación con el 2023, explicaron desde ACIJ.
Según el mismo informe, las transferencias a hospitales universitarios en el primer trimestre de 2024 contra el mismo período de 2023 “experimentaron una caída del 72%, mientras que el Fondo Universitario para el Desarrollo Regional, al igual que los institutos tecnológicos de formación profesional y el desarrollo de proyectos especiales, no recibieron asignación alguna”.
En la Facultad de Ciencias Médicas más de 41.000 alumnos cursan 7 Carreras de Grado y 6 Tecnicaturas Universitarias. Asimismo esta casa de estudios tiene a su cargo 5 instituciones universitarias, donde los estudiantes realizan sus prácticas y residencias. Estos son el Hospital de Clínicas; Instituto de Oncología Ángel H. Roffo; Instituto de Investigaciones Médicas Dr Alfredo Lanari; Instituto de Tisioneumonología Raúl F. Vaccarezza y el Instituto de Investigaciones Cardiológicas Dr. Alberto C. Taquini.
Al respecto en una reciente entrevista para Somos Telam, el director del Ciclo Básico Común (CBC) de la Universidad de Buenos Aires, Felipe Vega Terra insistió en que estos hospitales universitarios “cumplen una doble función muy importante para la comunidad: son de referencia a nivel nacional y tienen servicios sanitarios hospitalarios que atienden a decenas de miles de personas por año y además, son el centro hospitalario médico más grande de la Argentina y uno de los más grandes de la región”.
“Que los hospitales funcionen es central para que los futuros graduados de esas profesiones tengan una formación de excelencia en su práctica hospitalaria”, enfatizó Vega Terra. Frente a esta situación de crisis presupuestaria las universidades sostuvieron durante los últimos días clases públicas a las puertas de sus sedes para visibilizar el conflicto.
Junto a gremios docentes, agrupaciones estudiantiles, colectivos de no docentes y gremios – entre ellos también la CGT- convocaron para el próximo 23 de abril una “gran marcha federal universitaria” de protesta a la Plaza de Mayo.