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Antes de ser acribillado a balazos, el “Lauchón” Viale le dijo a una fiscal que conocía la trama real del triple crimen de General Rodríguez

Por Christian Sanz, director periodístico de Diario Mendoza Today.

A principios de julio de 2013, la Policía Bonaerense emboscó y mató a balazos a un exagente de la SIDE llamado Tomás Pedro “Lauchón” Viale, quien supo reportar al malogrado Antonio Stiuso.

El hecho se dio en el marco de un confuso operativo antidroga, realizado por personal de Narcotráfico y la División Halcón por orden del Juzgado Federal de Tres de Febrero.

Los efectivos entraron al chalé del hombre, de 59 años, ubicado en la calle Rocha Blaquier al 1500 de la localidad de La Reja, partido de Moreno.

Dos años después de ocurrida la muerte Viale, su hijo decidió romper el silencio y, en diálogo con Telenoche, relató cómo se produjo el allanamiento que terminó con la vida de su papá.

“Entró el Grupo Halcón, era de madrugada, todavía no había amanecido. Cuando entraron, estaban mi madre y mi papá. Patearon la puerta, la rompieron; otro grupo rompió otra puerta y tiró un tiro”, afirmó Leonardo Viale.

A su vez, confirmó que “los peritos se dieron cuenta que (los agentes) entraron a la casa tirando tiros”. “Cuando mi papá siente ruidos sale por el pasillo que da a su habitación, y se los encontró. Le tiraron con ametralladora: según los peritos, lo remataron“, agregó Leonardo. Acto seguido, contó que su papá se refugió en el baño, donde finalmente murió.

A lo antedicho, se agrega ahora un dato inquietante y desconocido, que podría explicar por qué asesinaron a Viale. 

Según pudo comprobar Diario Mendoza Today, horas antes de ser acribillado a balazos, el “Lauchón” llamó a la fiscal de Mercedes, Marcela Falabella, y le dijo que sabía cómo era la trama real detrás del triple crimen de General Rodríguez.

Se trata del luctuoso hecho a través del cual fueron asesinados Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina, en agosto de 2008. El principal sospechoso, mencionado en media docena de testimonios, jamás fue siquiera indagado.

Se trata del ex ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández, a cuyas órdenes operaban aquellos que terminaron presos por el hecho, principalmente los hermanos Martín y Cristian Lanatta. 

Como sea, jamás se sabrá qué es lo que sabía Viale acerca del triple crimen y buscaba aportarle a Falabella. 

La fiscal siempre quedó inquieta por lo sucedido, sobre todo porque coincidió con la “guerra” que le empezó a hacer la jueza María Romilda Servini desde el preciso momento que se hizo cargo de la investigación por el asesinato de Forza, Ferrón y Bina.

Como publicó oportunamente este periodista, Servini llevó el expediente judicial a un barranco de impunidad. En lugar de enfocarse en la pista política, que llevaba a reputados funcionarios K, empezó a desviar la trama hacia improbables narcos mexicanos.

Siendo que los asesinos están íntimamente relacionados con Aníbal Fernández, habiendo convocado a las víctimas a Quilmes, justamente a la casa de uno de los Lanatta, mano derecha del otrora ministro, esa es la pista más firme.

Más aún: el propio Martín Lanatta le confesó al periodista Jorge Lanata que Forza había sido asesinado “por hablar con Christian Sanz”. Detrás del crimen, dijo, estaría la figura de Aníbal.

A pesar de todo lo dicho, siendo que este cronista fue el único en hablar con Forza antes de ser asesinado, jamás la Justicia lo llamó a declarar. Inexplicable.

Está claro que la Justicia está emperrada en regalarle impunidad a los verdaderos culpables. El precio está a la vista: se pondrá el foco en los perejiles de siempre. 

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