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El día que un agente de la AFI reveló los detalles de la purga K y el desmantelamiento de la central de Inteligencia

Por Christian Sanz, director periodístico de Diario Mendoza Today.

La Inteligencia de un país es clave. No me refiero a la capacidad mental, sino a aquello que se vincula con el espionaje. Es el tópico que permite prevenir delitos de alta complejidad y que ayuda a resolver casos de imposible resolución.

En la Argentina, ello siempre está bajo cuestionamiento. Porque ocurren hechos graves que jamás logra prevenir la hoy Agencia Federal de Inteligencia —AFI por sus siglas, exSIDE—, como los atentados a la embajada de Israel y la AMIA.

Por el contrario, pareciera que ese organismo está al servicio de la extorsión y el escrache. Sobre todo después de que el menemismo llegó al poder. Todos los sucesivos gobiernos, todos, han aprovechado su poder en beneficio propio.

Lo antedicho viene a cuento del descubrimiento de la intrusión ilegal de los espías locales en cuestiones privadas de periodistas, políticos y empresarios. Quien escribe estas líneas no ha sido ajeno a aquella situación.

Ello obliga a hablar sobre cómo el kirchnerismo ha decidido reincorporar en 2020 a cuestionados agentes de Inteligencia, que oportunamente fueron eyectados en medio de escándalos de diverso tenor.

A su vez, avanzó en una purga contra aquellos que ingresaron luego de 2015, presumiéndolos macristas. Lo ha hecho a través de un examen-trampa, que solo les fue tomado a ellos. No se trata de empleados administrativos o “de escritorio”, sino de aquellos que “hacían la calle” y se jugaban la vida.

Quien escribe estas líneas habló hace unos meses con uno de ellos, en estricto off the record. Lo que aquí revela es de una gravedad tal que su testimonio se ha ofrecido a la justicia para que investigue:

-Contame tu caso en particular…

-Yo estaba en planta permanente, estuve tres años ahí, nunca hubo un sumario, en febrero de 2020 fui a la “base” que está ahí en General Paz, al lado de Tecnópolis, me hicieron poner la huella y me dijeron: “No, no podés entrar, tenés que ir a la central”. Fui a la central y me hicieron firmar una resolución en la cual decía que estaba mal hecho mi nombramiento.

-¿Qué hiciste?

-Me negué a firmarla…

-¿Conocías a la persona que te notificó?

-No, es toda gente nueva, de ellos. Te echan así de un día para el otro. De hecho, los exámenes que estaban tomando en la Escuela de Inteligencia son imposibles, por ahí te preguntan cuánto es el caudal del Río Pilcomayo. No entiendo qué tiene que ver con inteligencia.

-¿Qué vas a hacer ahora?

-Yo tengo la credencial mía escaneada que dice que pertenecí a la AFI porque a mí me la habían sacado y antes de eso yo la escaneé para tener algo, porque imaginate que yo calculo que voy a ir a un abogado, porque no te pueden sacar si estás en planta permanente porque sos del Estado.

-¿El problema es solamente la gente que entró en la gestión de Macri?

-Claro, yo ingresé en el 2017.

-¿En qué lugar te desempeñabas?

-Yo siempre estuve como “operativo” en la calle y después me pasaron a la base de CITEFA (N. de la R: ahí están todos los que “frizan” antes de echarlos).

-¿Qué hacen los agentes que están allí?

-Nada. Yo he sacado fotos que están jugando al tenis, no están haciendo nada, no hay directivos, no hay nadie al que te puedas presentar para plantearle un problema. Y lo grave es que en CITEFA tenés 5 contenedores llenos de cassetes, que no sé de qué son, tenés un montón de expedientes que están todos tirados, es más, ponés un drone y vas a ver todos los contenedores que están tirados ahí. Cinco contenedores que los he visto yo porque me han mandado para ordenarlos, tienen la causa de los monos, la causa del narco de San Martín Mameluco Villalba. Hay carpetas y carpetas de ese tipo que están todos tiradas, y después cassetes, no sé si serán de AMIA o de qué, son 5 contenedores que están a la intemperie.

-¿Qué hicieron con los jefes nombrados durante el macrismo?

-Los puestos de los directores los bajaron a todos. A mí me bajaron catorce mil pesos de sueldo, porque me sacaron las tareas extraordinarias. El recibo mío de sueldo no figura ni siquiera a mi nombre, yo ahora me voy con tres años de ahí sin indemnización, estando en planta permanente.

-¿Siempre hiciste trabajo de “calle”?

-Hace un año nos sacaron a todos de la calle y nos pusieron a todos en la oficina, a hacer trabajos de “fuentes abiertas”.

-Básicamente “googlear” cosas en la computadora…

– Sí, todo humo. Vos buscabas en Google “a ver qué salió hoy, a ver qué salió ayer”, no tenemos acceso a Migraciones, no tenemos acceso a Registro de la Propiedad, no tenemos acceso al Registro Automotor.

-¿Vas a hacer un juicio al Estado?

– Sí, pero hay que ver qué abogado se quiere tirar contra la AFI, pero tampoco podés vivir con miedo porque no son Dios, en algún momento lo tenés que cortar. A mí me dijeron que tenga cuidado, pero ¿sabés lo que pasa? Yo ya estoy sin laburo y estoy casi en la calle… ¿qué más me puede pasar?

-¿Entró mucha gente nueva durante la gestión de Alberto Fernández?

-Yo fui a recursos y las dos personas que me entrevistaron eran nuevas, me dijeron que uno tenía 10 días y el otro 15, yo tengo fotos de ellos jugando al tenis en CITEFA.

-¿Por qué le dicen Cromañón a CITEFA?

– No tengo idea, calculo que es porque se está incendiando.

-¿Siguen echando gente hoy en día?

-Si, de a poco. Un día sacan a uno, al otro día a otro, y así. Vos vas a trabajar y tenés una lista de cinco que no pueden entrar, después vas mañana y tenés una lista de diez que no pueden entrar, es a cuentagotas y te termina aniquilando.

-Es lo que te pasó a vos…

-Sí. y te mata la cabeza, tengo a mi vieja que es discapacitada, mi hermana soltera con un nene y yo ayudaba un montón. Ahora no sé qué voy a hacer, me arruinaron la vida. Para que te des una idea Torres —alias “El niño, jefe de operaciones— entró a mi oficina, tenía una cámara 4k, Go Pro, binoculares para ver de noche, adentro de un ropero, me dijo: “La indumentaria se destruye y la caja me la llevo”. O sea, en ese punto se están afanando todo, yo estuve infiltrado en la causa Loza, que fue el narco más grande que estuvo acá. Yo estuve con Loza cara a cara infiltrado, tratando de comprarle un auto a ver dónde tenía todos los coches guardados. Se cagan en eso, a mí me podrían haber matado y a los tipos les chupa un huevo, y otros se llevaron los laureles. Por eso, que vengan y te digan “no estás más en la agencia” es de hijo de puta.

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