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🫠 ¿Por qué enero nos parece un mes interminable?

Más largo imposible.

“¿Alguien sabe si el 2024 trae otro mes o es todo el año enero?” “Me desperté y sigue siendo enero.” “Hoy es 58 de enero”. Son algunos de los comentarios que se repiten no solo en redes sociales, sino en la vida real.

Y es que el primer mes del año por alguna razón parece ser más largo que el resto de los meses, algo que podría parecer carecer sentido, ya que muchos otros meses tienen 31 días. Pero ¿hay alguna razón para que todos sintamos lo mismo respecto a enero?

El pensar que enero es eterno no es algo innato del 2024. De hecho, en el 2018 se volvió viral la portada de la revista The New Yorker que con una caricatura de Roz Chast ilustraba lo largo que puede llegar a sentirse este mes.

Roz Chast's “Cruellest Month” | The New Yorker

Pero hay una explicación: según la ciencia, las personas experimentan el tiempo de maneras distintas y hay varios factores que pueden influir en esta percepción. Cuando se está entretenido y se pasa un buen momento junto con los seres queridos puede sentir que el tiempo vuela, mientras que si uno se siente solo o aburrido, parece pasar más lento.

Un ejemplo es justamente el mes previo. Diciembre está lleno de reuniones, festividades, encuentros con amigos cercanos, familia, graduaciones y sentimos que es demasiado corto. Por el contrario, enero es el mes de volver a la realidad, pero no tanto, ya que muchas personas se encuentran aún de vacaciones y el ciclo escolar no comienza aún. Más aburrido imposible.

En declaraciones al portal Newsstatesman, Zhenguang Cai, doctor en Psicología Experimental en el University College London y quien se especializa en la percepción del tiempo, asegura que “es posible que el reiniciar el trabajo luego de las vacaciones de Navidad lleve a mucho aburrimiento- comparado con la diversión que se siente durante Navidad, lo que puede llevar a tener la impresión de que el tiempo pasa más lento en enero”.

La dopamina es un neurotransmisor que afecta la percepción del paso del tiempo y, por lo tanto, es la que influye en la visión subjetiva que se tiene sobre cómo enero pasa más lento que el resto de los meses. Así lo demostró en el 2016 un equipo de científicos del Centro Champalimaud de Portugal que logró demostrar la relación que existe entre la actividad de la dopamina y la sensación del paso del tiempo.

Los investigadores, que publicaron sus hallazgos en la revista Science, analizaron la actividad neuronal en ratones a los que entrenaron para estimar si la duración del intervalo entre dos tonos era corta o duraba más de 1,5 segundos. Tras meses de entrenamiento, los ratones podían estimar el intervalo de tiempo y si lograban dar con la respuesta correcta eran recompensados.

“Al estimular las neuronas, los ratones tendían a subestimar la duración. En caso contrario, inhibiéndolas, la sobreestimaban. Lo que demuestra que la actividad de estas neuronas por sí misma puede alterar la percepción del tiempo”, explicó Joe Paton, el autor principal de la investigación.