Tras 9 días del crimen de Marlene Quiroga (30), trabajadora golondrina, madre de tres hijos y oriunda de Pichanal, Salta, se imputaron dos personas, una de ellas pareja de la víctima.
En principio se pensaba que habría sido una muerte dudosa e inclusive se barajó la hipótesis de que podría haber sido un accidente. Sin embargo, el caso se transformó en un femicidio, uno más que se suma a la cantidad de los que han ocurrido en este último tiempo en Mendoza.
En este caso, el cadáver de la mujer fue hallado el pasado 3 de diciembre en un canal de Eugenio Bustos, en inmediaciones de las calles Libertad y Las Coloradas, por el tomero de una finca, quien estaba regando y extrañamente notó una disminución en el caudal de agua, lo que lo llevó a explorar el canal y hacer el desafortunado hallazgo.
Ante esta situación le dio aviso a su tío, médico de profesión, que al llegar verificó que la persona estaba sin vida.
En este contexto se comunicaron con el 911 para realizar la denuncia. De esta forma personal policial y judicial se trasladó al lugar donde constataron tal situación.
Una vez inspeccionada la escena, los restos fueron llevados al Cuerpo Médico Forense, en donde días después lograron identificar la identidad de la víctima.
Tras estudios y la autopsia, los peritos establecieron en principio que la causa de muerte sería una golpiza que recibió. De acuerdo a la presunción de la fiscalía, la asesinaron y la arrojaron al cauce.
Con los resultados en manos de la justicia, fueron detenidos dos hombres, uno de ellos su pareja. Tanto él como su cómplice trabajaban en la misma finca que la víctima, de hecho habían llegado todos juntos desde Salta.
En el día de ayer ambos fueron imputados por el fiscal Facundo Garnica, quien los culpó bajo el delito de “femicidio-homicidio agravado por ser cometido en contexto de violencia de género”, y al sospechoso con el que tenía una relación le agregaron el agravante del vínculo. Para los dos el riesgo es de prisión perpetua.
La acusación intensificó la investigación y se encontró debajo de las uñas de Quiroga restos de piel, lo que podría significar un indicio defensivo y servirá para cotejar con el ADN de los detenidos.
El hecho de San Carlos se convirtió en el tercer femicidio en una semana en Mendoza, teniendo en cuenta que el martes 5 de diciembre asesinaron a Vanina Videla (33) en Guaymallén y el viernes 8 fue víctima de un crimen Malén Ledesma (24) en Luján. En estas causas, también sus respectivas parejas fueron arrestadas e imputadas.
Videla fue apuñalada a metros de su casa cuando bajó del colectivo a las 21:00 y al día siguiente por la mañana la fiscal de Homicidios Andrea Lazo imputó a Esteban Fernando Rodríguez Salva por el delito de “homicidio agravado por el vínculo y por mediar violencia de género (femicidio)”, y luego ordenó que quede alojado en la cárcel.
Fue un pasajero de micro la persona que vio cómo Rodríguez agredía a golpes y puñaladas a su ex pareja y le avisó al colectivero, lo que lo llevó al chofer a abandonar su butaca y perseguir al agresor por la calle hasta que lograr detenerlo.
En tanto a Malén Ledesma, fue asesinada de la misma forma, con un arma blanca, cerca de las 20:30, en el kilómetro 35 de la ruta provincial 82, en la localidad antes mencionada, a unos 16 kilómetros de la capital de la provincia de Mendoza.
Mediante datos aportados por testigos, los investigadores dieron con el principal sospechoso, quien se movilizaba en una camioneta Toyota Hilux blanca, por lo que desplegaron un operativo en la zona con el objetivo de dar con el fugitivo.
Luego de un breve seguimiento, la Policía logró detener el vehículo y aprehender al conductor como sospechoso del femicidio, identificado como Iván Gabriel Juárez (24), quien era la actual pareja de Ledesma.
