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La olivícola mendocina, la segunda mejor del mundo, se utiliza para tratar serias enfermedades

Entre las enfermedades que se pueden tratar se encuentran: arterioesclerosis, cáncer, hipertensión arterial, artritis reumatoidea, Parkinson, Alzheimer, diabetes, periodontitis, enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas.

Si bien no es curable, el autismo es 100% tratable. “Nuestra historia empieza buscando alternativas más naturales para mejorar la calidad de vida de nuestro hijo de 8 años diagnosticado con trastorno del espectro autista, TEA”, indica Belén Puertas, de Salta.

Así encontramos los libros y protocolos de Patrick Nemechek, como posible tratamiento para niños con autismo”, ya que giran en torno al uso de suplementos y de alimentos favorables y desfavorables. Entre ellos, con el aceite de oliva de buena calidad, omega 3, y un prebiótico llamado inulina, se busca reducir la inflamación cerebral y controlar el crecimiento bacteriano en el organismo de los niños con autismo.

Belén comparte su experiencia y resalta cómo llegó a los polifenoles que considera la sustancia del aceite de oliva. Lo hizo de la mano de ser una madre curiosa y de la compañía de una biomédica y de un inmunólogo.

“Al principio pudimos traer un aceite de Grecia y resultó un dolor de cabeza, no solo por los costos sino por todos los trámites burocráticos de Aduana. Y luego llegamos a Gabriel Guardia, gerente de Laur, quien investigó hasta encontrar el método para extraer de la aceituna gran cantidad de polifenoles”.

Belén asegura que los cambios en los niños fueron muy notorios. Después de casi dos años de ayudarnos, Gabriel consiguió el aceite alto en polifenoles que “para nosotros fue una maravilla, porque notamos cambios significativos en nuestro hijo y en los niños de otras cuatro familias de Salta”.

Las notas periodísticas reflejaron el hallazgo y calificaron a este aceite de oliva virgen extra (AOVE) alto en polifenoles como un superalimento, con múltiples beneficios para la salud. También indicaron que es recomendado por los especialistas como antiinflamatorio, antioxidante, para la salud cerebral y cardiovascular, y para la reducción de los síntomas vinculados con los trastornos del espectro autista.

Además de poseer excelentes cualidades organolépticas, el aceite que lanza la olivícola mendocina -que por segundo año consecutivo fue distinguida como la mejor del mundo según el AOVE Ranking Mundial- posee entre 700 y 900 mg de polifenoles por litro, una cantidad que supera ampliamente la que contienen habitualmente los AOVE. Así lo indica el análisis realizado por World Olive Center for Health.

Para lograrlo, Laur diseñó un proceso de elaboración muy riguroso que le permite obtener hasta 4 litros de aceite alto en polifenoles por cada 100 kilos de aceituna.

Polifenoles: el antiestrés oxidativo

Tras una serie de investigaciones y modificando el proceso de elaboración, Gabriel Guardia y su equipo obtuvo más de 700 mg de polifenoles por litro. Considerados un poderoso antioxidante natural que contribuyen a proteger al cuerpo del estrés oxidativo causado por los radicales libres, los polifenoles ayudan a reducir el riesgo de enfermedades crónicas como el cáncer y enfermedades cardiovasculares.

Un aceite de oliva se considera alto en polifenoles cuando contiene más de 250 mg por litro”, indica Gabriel Guardia, enólogo especializado en aceite de oliva y gerente general de Olivícola Laur.

Hielo: El método de extracción que utiliza Laur es natural, complejo e innovador, nunca antes realizado, y requiere procesos mecánicos y físicos a baja temperatura (congelación). Logra así hielo dentro de la aceituna, con formas irregulares que producen una ruptura de las células.

Una vez que se preparan para descongelar, la célula queda “agujereada”, pudiéndose extraer rápidamente el aceite propio del fruto sin esfuerzos o alteraciones químicas. Estos aceites libres de borras conservan mejor las propiedades saludables y organolépticas.

Protocolo: Es importante destacar que el Protocolo Nemechek no es una cura para el autismo -que no existe, ya que no es una enfermedad-, pero sí puede ofrecer mejoras significativas en la calidad de vida de los niños con TEA. Este tratamiento consiste, básicamente, en el uso de aceites como el omega 3 y el aceite de oliva. Presenta una posible opción de tratamiento para el autismo, abogando por cambios en la dieta y el uso de suplementos específicos.

Polifenoles: Durante el metabolismo normal de las células se generan los denominados radicales libres, un tipo de molécula inestable que en ocasiones se acumula en las células dañando a otras moléculas -como el ADN, los lípidos y las proteínas- y provoca diversas enfermedades, como arterioesclerosis, cáncer, hipertensión arterial, artritis reumatoidea, Parkinson, Alzheimer, diabetes, periodontitis, enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas, entre otras.

Por ello, los médicos recomiendan reducir al mínimo la ingesta de alimentos que aceleran la generación de radicales libres: refinados, ultraprocesados, fritos de mala calidad y refritos en general, comidas con altos niveles de azúcar y grasas saturadas, así como con la ingesta de bebidas alcohólicas. Además, sumar a la dieta alimentos que aporten antioxidantes, como los polifenoles. Entre estos, se destaca especialmente el AOVE, ya que contiene varios tipos de polifenoles que  tienen numerosas propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y anticancerígenas. Es considerado un superalimento que, además, contiene vitaminas A, D, K y E, ayuda al endurecimiento de los huesos, colabora con la asimilación de grasas, aporta lípidos necesarios para el funcionamiento del organismo sin incrementar los niveles de colesterol “malo”, realza los sabores de los alimentos, es ideal para hacer frituras sanas, ayuda a la buena digestión, favorece el control de la presión arterial y ayuda a controlar el nivel de glucosa en sangre.

Dosis recomendadas: La dosis diaria recomendada de aceite de AOVE varía según la edad, el sexo, el peso y la actividad física de cada persona, pero en general se recomienda consumir: niños de entre 5 y 10 años, media cucharada al día; de entre 11 y 18 años, una cucharada por día, y de 19 años en adelante, dos cucharadas diarias. Lo ideal es consumirlo en crudo, pero también es beneficioso cocinar con AOVE a diario y rociarlo en los alimentos.

Perfecta conservación: Para evitar la oxidación del aceite de oliva, es importante guardarlo en un lugar fresco, seco y oscuro, y evitar que entre en contacto directo con la luz solar, el calor y los olores fuertes o extraños. Los recipientes que los contienen deben ser herméticos, preferiblemente de vidrio oscuro o metal, que impidan el paso del aire y la luz. Es importante no mezclar aceites de diferentes calidades o variedades, ya que pueden alterar el sabor y las propiedades del aceite original.

Conservación, heladera: si no se consume AOVE frecuentemente, conviene guardarlo en la heladera, donde se solidificará y tomará una apariencia similar a la manteca. Para volver a solubilizarlo, debemos dejarlo unos minutos a temperatura ambiente y evitar calentarlo artificialmente.

Siguiendo estas pautas, se puede conservar el aceite de oliva virgen extra en óptimas condiciones durante varios meses o incluso años, dependiendo de la variedad y el contenido en polifenoles del aceite.

En resumen, el aceite de oliva es más saludable cuanto mayor sea su contenido en ácido oleico y polifenoles, por lo que es muy importante que se tomen las medidas necesarias para conservarlo y así aprovechar al máximo sus beneficios. Además, para conservarlo con todas sus propiedades, este aceite no se debe cocinar.

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