Por estas horas, decenas de familias chilenas se encuentran varadas en Mendoza debido al cierre intermitente del Paso Los Libertadores por razones meteorológicas. A eso, se le suma la falta de combustible que no parece normalizarse del todo aún.
Entre los varados, cerca de 300, se encuentran en su mayoría niños pertenecientes a varias delegaciones de escuelas de fútbol que viajaron este fin de semana desde Chile para jugar distintos campeonatos. Todos quieren regresar al país trasandino, pero nadie tiene la seguridad si el paso fronterizo volverá a cerrar.
Según cuenta el medio chileno MegaNoticias, actualmente, ese grupo se encuentra hospedando en el Hotel Sheraton, lo que implica un gasto económico que no tenían presupuestado a medida que van avanzando los días.
“Se van acabando los recursos”
El jugador de Audax Italiano, Roberto Cereceda, quien es también entrenador de una de las escuelas cuya delegación viajó a Mendoza, dijo: “La verdad es que nosotros en este momento no estamos viviendo una pesadilla, porque estamos en el Sheraton. El otro día fui con un par de apoderados al consulado y había delegaciones que lo necesitaban más que nosotros, que llevaban dos días durmiendo en buses, había un apoderado que tenía un niño que estaba fracturado de un brazo“.
El futbolista a su vez cuestionó la ayuda que han recibido de parte de las autoridades de su país: “Sería genial como chileno llegar a un lugar y que nos apoyaran con cosas que se nos van de las manos, sobre todo cuando se van acabando los recursos, cuando no tienes la capacidad para solucionar algunas cosas”.
“No sabemos si vamos a poder pasar o no”
Paola Acevedo, madre que acompañó a uno de sus hijos a jugar a nuestro país, aseguró que “estamos bien preocupados, porque veníamos por un tema para niños, para que se divirtieran y jugaran acá, pero lamentablemente se volvió un problema”.
“No tenemos la seguridad para irnos ahora, porque no sabemos si vamos a poder pasar, si vamos a tener que devolvernos o quedar con nuestros niños ahí en el paso Los Libertadores”, señaló.
“No hay ayuda acá como nosotros hubiésemos querido del consulado de Chile. Eso es algo que importa harto, si nosotros viajamos, queremos ese apoyo”, agregó.
“Todos los días es una incertidumbre”
Por su parte, Andrea, otra madre de uno de los menores que viajó a competir, afirmó que “estamos financiando a medias con la delegación. Todos los días es una incertidumbre, si nos vamos o no nos vamos”.
“Es tomar una decisión compleja, porque si nos vamos y quedamos arriba en la cordillera, con la nieve, con los grados bajo cero, con la alimentación y los servicios higiénicos, es muy complejo”, añadió la mujer.
E indicó: “Si nos quedamos acá, ¿cómo seguimos solventando todo esto? A muchos nos han cancelado los vuelos. Dado que estamos en otro país en un estado de emergencia, a esta altura nos debieran poner un avión extra o que nos llevaran a Chile con los niños de alguna u otra forma”.
