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El Estado le compró a una firma vinculada a Lázaro Báez una casona histórica en Mar del Plata

Por Pablo Portaluppi, especial para Diario Mendoza Today.

El Gobierno de Alberto Fernández, a través del CONICET, adquirió un histórico chalet declarado de interés patrimonial, ubicado en uno de los lugares más caros de Mar del Plata, para mudar allí algunas instalaciones del organismo en la ciudad balnearia.

La propiedad del inmueble, según pudo averiguar este medio, pertenecía, al momento de la compra, a una de las empresas relacionadas con el grupo Austral Construcciones, la nave insignia del presunto testaferro de los Kirchner, Lázaro Báez.

Cabe preguntarse por qué el Estado argentino decide gastar fondos públicos para adquirir un inmueble que pudo haber sido obtenido con dinero de la corrupción.

La titularidad de la casa pertenecía, cuando el Gobierno decidió comprarla, al estudio jurídico “Yañez Belisa Bibiana”, con domicilio en Errázuriz 238, de la ciudad santacruceña de Río Gallegos.

Además de estar domiciliado en Santa Cruz, la provincia de los Kirchner y Lázaro Báez, Belisa Yáñez está casada con Héctor Carlos Costilla, ex presidente de “Kank y Costilla”, una empresa vinculada históricamente a Austral Construcciones. Una conexión muy particular.

Es que Kank y Costilla fue adquirida por el grupo empresarial de Lázaro allá por el año 2006, reconocido por sus propios directivos en septiembre de 2020 durante las audiencias de la causa “Vialidad”.

“Estábamos con lo justo, nos quedaba un poco grande. No teníamos ganas de seguir con la empresa, faltaban mi hermano y primo que fallecieron; no había demasiado trabajo. Alcanzaba para poder pagar los sueldos, proveedores y hasta ahí”, declaró el propio Costilla.

Y reconoció que el contacto fue a través de uno de los dueños de la empresa Gotti.

En 2001, la constructora santacruceña Gotti SA, predecesora de Austral Construcciones, comenzó a ser investigada en silencio por la DGI, debido a presuntas operaciones irregulares con facturación apócrifa.

Ya para 2007, los sabuesos de la regional de AFIP Comodoro Rivadavia presentaron el resultado de su trabajo: Gotti había facturado $ 495 millones con facturas truchas de empresas fantasmas, generando una evasión de $125 millones en concepto de IVA y 120 millones en ganancias. Al tipo de cambio de la época, en torno a los $3 por dólar, significaba un perjuicio al fisco de unos U$S 80 millones.

Lo que siguió es historia conocida. Las facturas truchas para beneficiar a Austral Construcciones, los 12 años de cárcel a Lázaro Báez en febrero de 2021 por lavado de dinero en la llamada Ruta del Dinero K, y la condena a la ex Presidente Cristina Kirchner en la causa “Vialidad”.

Justamente, en este expediente, declararon funcionarios de la DGI Regional Mar del Plata. El motivo de tales declaraciones en sede judicial de los sabuesos marplatenses ha sido su trabajo en las reinspecciones que se originaron durante 2016 en relación a Austral Construcciones S.A. y otras sociedades del grupo, como Badial Construcciones, Valle Mitre, Don Francisco, La estación, Kank y Costilla, Loscalzo y Del Curto, Austral Agro, entre otras.

La vinculación es inevitable. Aunque la compra de la casa en Mar del Plata pueda tener visos de legalidad, no deja de ser llamativa por los matices expuestos.

Por qué razón un estudio jurídico de Santa Cruz adquirió un inmueble histórico , que ni siquiera se podía demoler , en un lugar tan lejano para ellos como Mar del Plata?

La operación se habría concretado en abril de este año en una reconocida escribanía marplatense, y, según las fuentes consultadas, el precio que se pagó osciló entre los 700.000 y los 900.000 dólares. El dato se debió rastrear ya que insólitamente no fue encontrado ni en el Boletín Oficial ni en el portal “Comprar.ar”.

El chalet en cuestión es el “Irene Spinetto de Sanguinetti”, ubicado en el barrio La Perla de Mar del Plata, en la calle 11 de septiembre 2626, construido en 1937 por Eugenio Marazzato e Hijo, con una superficie cubierta de 700 metros cuadrados y fue declarado Bien de interés patrimonial por la Ordenanza municipal 10075/95. 

Las atribuciones de la casa se pueden apreciar en la publicación de venta que poseía en una exclusiva inmobiliaria: “En el excelente entorno de la Perla, se encuentra este tradicional e importante chalet de Patrimonio Histórico, completamente reciclado y con excelente vista al mar. Construido estilo PH, compartiendo únicamente el lote, ya que la construcción es totalmente independiente y no paga expensas, cuenta con aproximadamente 740 m2 cubiertos sobre 693 m2 que le corresponden del terreno.”

Este inmueble adquirió el Estado argentino para el CONICET. Pero también se supo que aquel gasto pudo haber sido evitado.

Es que uno de las Institutos del Conicet (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) de Mar del Plata funciona en un enorme predio perteneciente a la Universidad, ubicado en Colón 10850, donde también está el Instituto de Investigaciones en Ciencia y Tecnología de Materiales (INTEMA), cuyo nuevo edificio fue inaugurado el 7 de marzo de este año por el Presidente Alberto Fernández.

La construcción de dicho inmueble se inició en el año 2012, y posee nada menos que 13.500 metros cuadrados, tratándose de una especie de rectángulo de 40 x 80 metros, con cinco plantas y cuatro pisos, y 80 oficinas30 laboratorios, un auditorio, múltiples salas de reuniones y un salón de usos múltiples.

La pregunta surge inevitable. ¿Era necesario comprometer dinero del erario público, disponiendo de un terreno gratuito y un gran edificio en otro punto de la ciudad?

Una fuente inobjetable responde lacónicamente: “Es que los señores querían tener vista al mar y estar más cómodos en el centro”.

Según se pudo confirmar, existió un proyecto, con planos y todo, para levantar allí una sede para montar oficinas del CONICET, puntualmente para el área administrativa.

Y además sin pagar por el terreno, ya que el mismo es del propio Estado a través de la Universidad Nacional. El INTEMA, creado en 1982, depende del propio CONICET.

En abril del año 2009, a través de la Resolución Nro. 570, se crea el Centro Científico Tecnológico Mar del Plata y su correspondiente Unidad de Administración Territorial.

En la ciudad costera funciona uno de los llamado Centros Científico Tecnológicos (CCT), creados en 2007 por el kirchnerismo. Actualmente, hay 16 en todo el país.

En la actualidad, según dice su propia web, el CONICET local cuenta con 10 Unidades Ejecutoras dedicadas a la investigación en diversas áreas de la ciencia como los (Materiales), la (Psicología Básica, Aplicada y Tecnología), la (Electrónica), las (Humanidades y Ciencias Sociales), la (Biología), las (ciencias Marinas y Costeras), la (Biodiversidad, y Biotecnología) y la (Sanidad, Producción y Ambiente).

Y trabajan en ellos más de 1100 personas: 580 investigadores e investigadoras, 460 becarios y becarias, 110 como personal de apoyo y 24 como personal de gestión.

¿Hará falta tanto personal?

La propuesta de Javier Milei de cerrarlo es disparatada, pero tal vez sea necesaria una reformulación de su estructura.

Finalmente, el 14 de julio de 2023, fue inaugurada en la ciudad la nueva sede del barrio La Perla por la titular del CONICET, Ana Franchi, el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Daniel Filmus, entre muchos directivos locales. Y por supuesto, la directora de ANSES y candidata a intendente por el kirchnerismo, Fernanda Raverta.

En el gran acto se especificó que allí funcionarán las oficinas de gestión de la Unidad de Administración Territorial del CONICET Mar del Plata, que comprende los departamentos de Administración, Patrimonio, Comunicación y Relaciones Institucionales, Informática, Mesa de Entradas, Recursos Humanos, Dirección, Coordinación, y la Oficina de Vinculación Tecnológica.

En total, serán 20 personas las que allí trabajen.

Pero las nuevas oficinas aún no están funcionando. En la entrada se puede leer un cartel que afirma que como aún se están haciendo obras internas, el CONICET continúa trabajando en el edificio de la calle Moreno 3527 tercer piso.

“La ubicación de la nueva sede promueve la visibilidad y el reconocimiento exterior del funcionamiento del organismo público además de estar emplazado de manera equidistante a los institutos que pertenecen al organismo”, afirmaron en el acto.

La fuente, al parecer, tenía razón.

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