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Una joven sanrafaelina encontró la solución para que las plantas aumenten la tolerancia a la sequia

El gran desafío de la innovación es “la paciencia y la tolerancia a la frustración”, considera Paz Álvarez, e intenta bajar su perfil de “inventora de laboratorio” para igualarlo a cualquier otra pasión laboral que movilice a la persona a mejorar su calidad de vida y su entorno.

De niña, Paz Álvarez jugaba entre los surcos de la finca de sus abuelos al momento en el que se encontraba cursano la primaria en una escuela rural. Lejos estaba en ella el sueño de convertirse en una de las 10 mujeres emprendedoras más destacadas del país.

Sin embargo, a los 28 años, esta joven sanrafaelina del distrito Las Paredes, guiada por las enseñanzas de su escuela Sutter y las aventuras infantiles en viñedos y frutales, alcanzó esa meta.

Lo hizo al inventar una solución para que las plantas y los cultivos aumenten su tolerancia a la sequía o a las altas temperaturas, en un contexto de crisis hídrica y calentamiento global.

Estudió Relaciones Internacionales, hizo una maestría en Internacionalización de Empresas en España y, tras ganar una beca en Singularity University de Estados Unidos –la meca de la innovación para los amantes de la tecnología- aprendió sobre tecnologías exponenciales.

¿Qué es Zavia Bio?

Es la startup que fundó hace tres años junto al biotecnólogo y doctor en Ciencias Biológicas, el rosarino Enrique Detarsio (50). Muy rápidamente, consiguieron apoyo sobre todo en inversión económica para iniciar su desarrollo científico-tecnológico. Y la cosa se aceleró, al punto de que Paz Álvarez fue una de las ganadoras de Acelerar Creadoras, el programa de HSBC y Endeavor, la comunidad de emprendedores más grande del mundo. Además, integró el seleccionado de las 10 mujeres destacadas dentro del ecosistema emprendedor durante el 2022 realizado por Endeavor.

Las palabras “oportunidad” y “desafío” concentran la atención en el relato de vida de Paz Álvarez. Fue gracias al contexto de pandemia que se conectó con Detarsio y así, de forma virtual, complementaron sus talentos y capacidades para darle vida a Zavia Bio.

A tres años del encuentro, hoy la biotech que lideran está en pleno crecimiento, con un desarrollo que pasó la parte de experimentación y está con ensayos en campos de cuatro provincias argentinas, de gran proyección internacional y con base en los laboratorios de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNCuyo.

Con Enrique Detarsio proyectamos una startup de base científico-tecnológica con un modelo de crecimiento exponencial, a diferencia de lo que puede ser una pyme”, cuenta Paz.

Y agrega: “Creamos una empresa sabiendo que el mercado era el mundo, que el talento que íbamos a incorporar en nuestros equipos iba a tener perfiles diferentes y pertenecer a lugares diferentes, y que en cada etapa íbamos a trabajar con diferentes actores, desde instituciones científicas a universidades, fondos de inversión o empresas que no están localizadas necesariamente adonde vivimos. Eso te chipea de una manera distinta a la proyección que puede tener una empresa tradicional”. Es así como la joven emprendedora pasa buena parte del año viajando.

Los orígenes de un invento

Son las nuevas tecnologías las que permiten acelerar esos procesos de crecimiento de una startup. Pero, ¿cómo lograr un invento científico o biológico sin venir de esa rama de especialización? “Con Enrique nos complementamos muy bien porque él viene de la biotecnología, de la ciencia, en los últimos 25 años trabajó en la producción de insumos biológicos a escala industrial, tanto para el sector de los alimentos como para el agro, y trabajó también en temas de patentes y propiedad intelectual”.

Esa experiencia técnica, ese conocimiento científico de Enrique se complementa con el perfil de Paz. “Yo venía trabajando en temas de agricultura, atravesada por la realidad en la que crecí que es el cuidado del agua”. Pues claro, como mendocina de pura cepa, la gestión del recurso hídrico es algo que aprendió desde que iba a jardín de infantes.

El resultado de esta unión fue Zavia Bio, empresa creada para dar soluciones al medioambiente con el objetivo de hacer una agroindustria más sostenible y eficiente, adaptada a un contexto de crisis climática que se va agravando poco a poco. “Fue muy valioso haber crecido en un entorno rural porque me permitió conocer en primera persona los problemas de la agricultura que hoy estoy tratando de solucionar”, reconoce en diálogo con FM Vinas.

Zavia Bio, según define Paz Álvarez, “trabaja a partir de biomoléculas que se extraen de la naturaleza para desarrollar insumos para el agro, que son biológicos, no son los típicos agroquímicos”. Se trata del desarrollo de productos de base biodegradable que puedan resolver los distintos problemas que enfrenta hoy la agricultura en el mundo.

La principal línea de desarrollo en la que está trabajando Zavia es Z-Active, un líquido que se pulveriza sobre las plantas para incrementar la tolerancia a la sequía o el aumento de las temperaturas. Es que, debido al calentamiento global, “en algunas regiones del mundo se dan precipitaciones normales pero el aumento de la temperatura hace que la humedad en las plantas se evapore muy rápidamente”, argumenta Paz sobre su invento.

Y se explaya: “La idea es abordar esta problemática de crisis hídrica y ambiental con una tecnología que se pueda utilizar de forma externa. Por eso no modificamos genéticamente a las plantas para hacerlas más resistentes, sino que aplicamos el pulverizador en ellas y ese líquido desencadena una reacción natural en la planta que hace que pueda atravesar ese período crítico de sequía o de aumento de la temperatura brindando como resultado una mayor productividad al final de la temporada, reduciendo así las pérdidas de cosecha por sequía o calor extremo”.

Zavia Bio también trabaja otros desarrollos que están en una etapa experimental, “como por ejemplo alargar la vida útil de los vegetales en góndola, a través de un producto biodegradable, no tóxico para el alimento que permita que no se pierdan tantos alimentos a lo largo de la cadena de suministros”, detalla la CEO de esta biotech y suma otro proyecto en desarrollo que es “cómo aumentar el sistema inmune de las plantas para que se defienda de forma natural ante patógenos”.

Ante la crisis, una oportunidad

Para la joven sanrafaelina, “la crisis hídrica mundial nos da la oportunidad para innovar y crear un negocio rentable, generando un impacto positivo en el medioambiente y ofreciendo a los productores y agricultores una herramienta sustentable que les permita aumentar sus ingresos”. Ejemplifica que “Brasil, por ejemplo, está viviendo una de las sequías más importantes del último siglo, su agricultura perdió unos 3.000 millones de dólares en un año”.

En este sentido, Paz Álvarez plantea: “Año a año se pierde más del 20% de la producción agrícola debido a la sequía, con lo cual la economía global ha perdido unos 124 billones de dólares en los últimos 20 años. Estamos atravesando una crisis climática que va a hacer que esos fenómenos de falta de agua sean cada vez más intensos y largos, también en regiones que antes no sufrían estos problemas”. Porque, de acuerdo a su perspectiva, “nuestra economía regional es muy variada, tenemos un entorno productivo súper rico y diverso. Hay una gran oportunidad de agregar valor a esa matriz productiva”.

De ahí que su proyecto crezca y se expanda, tome interés público y privado, reciba financiamiento e inversión y hasta la oferta de un espacio para laboratorio que hace realidad la unión público-privada en este tipo de emprendimientos cuyos avances científicos y tecnológicos serán de impacto real para la vida de las personas.

Montar un laboratorio desde cero es casi imposible, sumamente caro y con equipos importados que no llegan a nuestro país. Así que alquilamos laboratorio a la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNCuyo, nos brindan mucho apoyo a nuestro emprendimiento, e involucramos de este modo a la comunidad estudiantil que es súper importante para los talentos que hay y que se están formando ahí”, afirma Paz Álvarez.

En la actualidad, Zavia Bio tiene a Álvarez y Getarsio al frente, y cuenta con un líder de Desarrollo, que es el ingeniero en agro-biotecnología Ezequiel Guillermo, quien desde Buenos Aires se mudó a Mendoza para liderar el laboratorio ubicado en la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNCuyo. También una agrónoma de Balcarce, una sanrafaelina y una biotecnóloga rosarina forman parte del equipo de esta biotech que integra talentos con diferentes perfiles y de diferentes puntos del país.

Paso a paso, el desafío de la paciencia

El gran desafío de la innovación es “la paciencia y la tolerancia a la frustración”, considera Paz Álvarez, e intenta bajar su perfil de “inventora de laboratorio” para igualarlo a cualquier otra pasión laboral que movilice a la persona a mejorar su calidad de vida y su entorno.

Hay muchas iniciativas como Zavia, en Mendoza, el país y el mundo”, aclara. Y aporta: “Crear algo de cero es muy difícil. La clave es tener bien claro el propósito. Y nuestro propósito es generar una agricultura más sostenible, más resiliente para garantizar la producción de alimentos a una población mundial que no para de crecer y en un contexto cada vez más adverso”.

“En este tipo de trabajo, las fronteras se desdibujan y terminamos siendo ciudadanos de todos lados. Por eso tuve que aprender a crear estructuras dentro de este estilo de vida tan desestructurado. Tenés que aprender a llevarlo porque si no es muy fácil no encontrar el límite entre la vida personal y el trabajo, es importante encontrar el equilibrio”, sostiene quien está de novia y lleva 10 años radicada en la Ciudad de Mendoza aunque cada vez que puede –entre sus estadías en el exterior- vuelve a su San Rafael natal para visitar a los padres, familiares y amigos.

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