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Néstor Grindetti, la piedra de la corrupción en el zapato de Patricia Bullrich

Por Christian Sanz, director periodístico de Diario Mendoza Today.

Néstor Grindetti, el elegido por Patricia Bullrich para acompañarlo en su fórmula presidencial, no es un integrante más de Juntos por el Cambio, es un hombre de estrecha confianza de Mauricio Macri desde hace al menos 45 años.

Por caso, el hoy intendente de Lanús trabajó desde el año 1979 hasta 2001 en la empresa familiar SIDECO, junto al hoy presidente de la Nación.

Para que no queden dudas, Grindetti supo recalar por varias de las empresas del clan Macri: Creaurban, Iecsa, Manliba, y otras.

Tal es la confianza que el ex jefe de Estado le tiene, que lo puso al frente del Ministerio de Hacienda porteño desde diciembre de 2007 hasta diciembre de 2015. Ergo, luego de lo antedicho, está claro que le tiene enorme y ciega confianza.

Y ahí es donde aparecen las suspicacias, acaso enigmáticas: ¿Cómo es posible ese estrecho vínculo siendo que Grindetti está lejos de ser un hombre inmaculado? ¿Por qué la otrora titular del PRO lo eligió como candidato a vicepresidente?

Su nombre gravita de manera incesante en medio de diversos escándalos de corrupción. ¿No lo saben Macri y Bullrich acaso?

Por empezar, hay que enfocarse en sus cuentas offshore en Panamá, lo cual se agrava porque existe un poder a nombre de Grindetti a efectos de poder operar en un banco integrante del grupo Credit Suisse en la misma fecha en que la Ciudad de Buenos Aires emitió bonos de deuda a través de ese mismo banco suizo.

En ese contexto, el hoy candidato fue imputado por enriquecimiento ilícito, en el marco del escándalo conocido como “Panamá Papers”.

Quien impulsó la medida fue el fiscal federal Patricio Evers basándose en dos elocuentes documentos: un poder legal que Grindetti tenía para operar con la empresa Mercier International SA, constituida en Panamá en 2010; y otro para gestionar fondos de la compañía depositados en el banco suizo Clariden Leu Limited. ¿Cómo explicar semejante incongruencia respecto de lo que debería ser el comportamiento transparente de un hombre público?

No hay respuesta para ello, sobre todo si se suman otros escándalos en los que también estuvo involucrado Grindetti. De hecho, no es casual que en su momento su nombre apareciera en una circular de Interpol que pedía su captura.

Se insiste: ¿Cómo es entonces que Macri y Bullrich sostienen a un hombre de semejante calaña? ¿Qué ejemplo intentan dar?

Cuando se “banca” a un bribón como Grindetti, el discurso de Juntos por el Cambio en contra de la corrupción del kirchnerismo suena a pura simulación.

Finalmente… si se investigara el papel del ex intendente de Lanús cuando era ministro de Hacienda porteño en momentos en que la Ciudad emitió la serie 7 y 8 de los bonos Tango, el escándalo cobraría dimensiones hiperbólicas.

Y no solo por las altas comisiones y tasas que beneficiaron a personas cercanas al propio Grindetti —y seguramente a él mismo— sino además porque algunos de los que operaron —y ganaron millonadas— aparecieron luego como aportantes a la campaña de Macri.

Quienes conocen la trama aseguran que es muy similar a la que hoy complica a Cristina Kirchner por lavado de dinero en la recaudación del FPV del año 2007.

Alguien sostuvo alguna vez que, “no solo hay que ser honesto sino además parecerlo”. En estas horas, alguien se lo tendría que recordar a Macri y Bullrich.

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