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Quién es el “hombre gato” y cómo mató a su madre y a su tía en Guaymallén

Gil Pereg, el israelí que debió ser desalojado este martes de la sala del juicio en su contra por maullar sin detenerse, está acusado por homicidio agravado por el vínculo, respecto de su madre, y homicidio agravado por el uso de arma de fuego, en relación con su tía. El doble femicidio se dio en la propiedad que administraba en la calle Roca, en Guaymallén.

Según pudo determinar la investigación, Pereg estranguló con un lazo a su mamá, Pyrhia Sauroussy, de 63 años. Antes, la sometió a una fuerte golpiza. A su tía, Lily Lea Pereg, de 54 años, le disparó tres tiros con un revólver calibre 38. Luego, las enterró, atravesando los cuerpos con varillas de hierro. La búsqueda de las mujeres se mantuvo durante casi dos semanas.

Durante ese tiempo, el doble femicida colaboró con los investigadores y hasta fue retratado por la prensa, en el interior de la casa, muy cerca el lugar donde había ocultado los cuerpos.

Gil Pereg es un exmilitar e ingeniero electrónico nacido en Israel hace 40 años. En 2009, llegó a la Argentina en 2009 y abrió un restaurante en Mendoza. Decía ser noruego y daba el falso nombre de Floda Reltih, es decir, Adolf Hitler al revés.

Desde este martes enfrenta el juicio por los crímenes de su madre y de su tía, asesinadas en enero de 2019, cuando arribaron al país con el fin de visitarlo en la propiedad que administraba en Guaymallén.

Aunque el caso fue resonante, su figura tomó mayor protagonismo en febrero de 2019 mostrando un comportamiento animal. No usaba el baño y no se duchaba. Luego se reveló como el de un gato que maullaba y lanzaba arañazos, situación que fue retratada por penitenciarios.

En la primera jornada del juicio los testigos aseguraron que el acusado no había “maullado” durante los rastrillajes en el predio de Guaymallén.

Un jefe de la División Búsqueda de Personas de la Policía de Mendoza detalló que durante la búsqueda de las mujeres tuvieron “ocho o nueve entrevistas con Gil Pereg. Nos aportó datos del recorrido que había hecho con su madre y con su tía, desde el departamento que habían rentado en calle España hasta el predio de calle Roca en donde él vivía”, detalló La Nación.

Según el testigo, Pereg lucía “coherente”. “Vestía extravagante, pero era muy inteligente. Sentí que desafió nuestro accionar durante esos días. No tenía problemas para comunicarse y se lo veía calculador”, precisó ante el jurado popular, compuesto por 12 ciudadanos.

En cuanto a las partes, la defensa del acusado reiteró el pedido de una declaración de inimputabilidad, mientras que la fiscalía solicitó al jurado que “no se dejen engatusar y ladren más fuerte”.

Tras dos semanas de búsqueda, los cuerpos de las víctimas aparecieron en la casa de Nicolás Gil Pereg.

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