Siguen los ecos de la fallida sesión en la Cámara de Diputados, en la cual Juntos por el Cambio dejó sin quórum al Frente de Todos y no se pudieron votar leyes de relevancia como la norma de etiquetado frontal.
Quien cuenta la trama detrás de la trama, como siempre, es Ignacio Zuleta, uno de los periodistas más informados del país. Lo hace en diario Clarín.
“Mario Negri factura esa victoria política notable para un dirigente que perdió las PASO en su provincia y seguramente logró, con ese misil de hacer caer la sesión, la continuidad en el cargo de jefe del interbloque en la nueva legislatura”, arranca el colega.
Y avanza: “Le costó un debate interno, porque un sector de radicales de Mendoza quería sesionar, y buscaron privilegiar el tratamiento de esa norma – promovida por el senador Julio Cobos para buscar el voto del próximo 14 de noviembre. Logró que sólo dos diputados de Mendoza se sentasen y fue oportuna la tardanza en llegar al recinto del presidente del partido, Alfredo Cornejo”.
Según Zuleta, “queda para los novelistas imaginar qué hubiera ocurrido si Cornejo sentado hubiera habilitado el quórum. Hubiera estallado el bloque opositor. Ocurrió lo contrario, y la oposición sacó rédito de las disidencias en el oficialismo. Los negociadores, Negri, Ritondo, Juan Manuel López, avanzaron en esa herida y condicionaron el quórum a que se ampliase el orden del día. En tres oportunidades, y a solas, Maxi Kirchner se negó a ceder”.
“Vayamos a juntar el número y vemos cómo nos va”. “Ustedes no quieren sesionar”, les habrían respondido en esas reuniones previas desde la oposición.
“Alguien rompió un lazo en esa trama del oficialismo. Uno de los dirigentes del peronismo de la cámara explicó, mirando hacia el techo y hablando en tercera persona, como si no tuviera nada que ver: ‘- Y.… alguien les habrá prometido que iban a tener el número’”.
