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Empleados de Garbarino temen que les paguen con electrodomésticos

El viernes pasado se cayó la oferta de compra del empresario Facundo Prado, y la crisis continúa.

Por estas horas, sólo el actual dueño, Carlos Rosales, sabe si habrá una alternativa a la oferta de adquisición de la firma Garbarino por parte del tucumano Facundo Prado, la cual se cayó.

Prado es el propietario de la tarjeta de crédito Centrocard y del grupo de telecomunicaciones Supercanal Arlink, con presencia en 14 provincias.

Mientras que Rosales es protesorero de San Lorenzo, dueño de la aseguradora Prof y amigo del actual embajador en Brasil, Daniel Scioli.

Garbarino cada día se acerca más al concurso preventivo de acreedores, y deviene de una situación de insolvencia en la cual la empresa no puede hacer frente a la totalidad de los pagos que adeuda. Mientras tanto, las deudas con los proveedores crecen día tras día y, en muchos casos, no remiten más mercadería.

En los registros del Banco Central, a la fecha, acumula 3.251 cheques rechazados por un monto de 4061 millones de pesos.

El Grupo Garbarino, integrado por la cadena de electrodomésticos e informática (Compumundo), las fábricas del sur y sus negocios financieros y de viajes, suma un total de 3.800 trabajadores.

Los empleados ya denunciaron que no cobran desde mayo y les deben tres meses de sueldo más el aguinaldo. Ni hablar de los bonos de fin de año y los pagos de aportes sindicales y de obras sociales que no se producen.

La decisión de Rosales de bajar las persianas de los locales se tomó ante el temor de posibles saqueos que podrían producir los propios trabajadores de la empresa, en el sentido de que se llevarían mercadería como parte de pago de los salarios adeudados. Es por eso que los propios empleados temen que por la cabeza de Rosales se cruce esto como una alternativa al pago de sueldos.

En Plaza de Mayo, en una manifestación de los empleados, expresaron a la agencia NA: “El Gobierno Nacional, emitió un DNU que prohibió los despidos masivos en pandemia, despidos sin causa, suspensiones por disminución de trabajo y de fuerza mayor y, ante eso, el Grupo Garbarino hace caso omiso porque desde que la pandemia comenzó, no hizo más que cerrar sucursales a nivel nacional. Ya va por más de 30 sucursales cerradas, lo que llevó a despidos de muchos compañeros, porque si bien no somos una actividad esencial, los locales podrían abrir dentro del horario permitido. Y si esto está pasando, es porque no está la intervención del organismo encargado de que esto no suceda, como lo es el Ministerio de Trabajo Nacional, que está bajo la presidencia del Sr. Alberto Fernández”.