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La peligrosa complicidad de la política y los medios de Mendoza con la sanadora “trucha” Leda Bergonzi

Desde la redacción de Diario Mendoza Today.

Christian Sanz
Christian Sanz

La mística Leda Bergonzi jura que puede sanar a los enfermos. Lo dice una y otra vez. Argumenta que lo hace a través de los dones del Espíritu Santo.

Ciertamente, no se trata de ninguna novedad: cientos de supuestos “dotados” en todo el mundo sostienen lo mismo. En algún punto, todos se parecen entre sí. En diversas cuestiones.

Principalmente, en su histrionismo. También en su expertise en manipulación de masas. También por su narcisismo explícito. Y, lo más importante: todos se han vuelto millonarios gracias al aprovechamiento de la incredulidad de aquellos que los siguen.

No obstante, lo cierto es que cometen un peligroso fraude e incluso incurren en un delito: ejercicio ilegal de la medicina, penado por el artículo 208 del Código Penal.

Tras la primera de las notas publicadas por Diario Mendoza Today acerca de Bergonzi, media docena de personas reconocieron en sus redes sociales que habían abandonado puntuales tratamientos médicos para arrojarse a los brazos de la curandera. Uno de ellos incluso admitió que se agravó su estado, que podía curarse a través de la medicina tradicional.

En el contexto referido, los grandes medios han salido a promocionar el fraude a través de ostentosas coberturas. Con una irresponsabilidad pocas veces vista.

Lo mismo ha hecho el mundillo de la política. Maximiliano Pullaro, Pablo Javkin, Diego Valenzuela, y otros referentes de primera línea han salido a respaldar a Bergonzi.

Nada nuevo bajo el sol: oportunamente, medios y políticos hicieron lo propio con el pastor Héctor Giménez, quien resultó ser un estafador de baja estofa. Lejos de lo religioso, también se potenció en su momento a Leo Cositorto, el timador de la malograda empresa Zoe. Ello mientras este periodista insistía, en completa soledad, que se trataba de un real fraude.

Como sea, más temprano que tarde, se comprobará que Bergonzi es un ostensible engaño. Habrá que ver qué dicen para entonces todos aquellos desvergonzados que ahora mismo la promocionan.