Tita Merello popularizó “¿dónde hay un mango, viejo Gómez?”, en la dura década del 30 del siglo pasado. Más de 90 años después, en Malargüe, el hombre de a pie se pregunta adónde está la plata asignada a pauta publicitaria por la nefasta gestión municipal anterior.
Esa que gustaba declamar a diario sobre la transparencia de sus actos y que tenía como eslogan que “lo bueno debe continuar “.
Juan Manuel Ojeda durante su gobierno y aún en la actualidad, en modo arrogante y fanfarrón, presumía de su honestidad en virtud de que ninguna de las denuncias que lo involucraban habían prosperado. Que tanto su gestión como su equipo fueron impolutos.
Una publicación local —Malargüe a Diario— detallaba las abultadas sumas que el Sr. Julio Paz había desviado como pauta publicitaria que nunca se contrató o se lo hizo por montos irrisorios mientras se presentaban facturas millonarias.
Nos permitimos recordar que, sobre la mencionada gestión municipal, tanto Ojeda como muchos de sus funcionarios deberían dar explicaciones a los contribuyentes y, sobre todo, a la justicia por sus dudoso accionar.
Julio Paz estuvo a cargo de la Casa de Malargüe en Mendoza y de manejar la prensa en Mendoza a efectos de intentar mantener una buena imagen del entonces intendente. Se destinaron millones con este fin, pero en realidad se invirtieron monedas.
Dicha situación fue denunciada por un empresario capitalino de medios, quien detalló minuciosamente la metodología empleada por Paz. Por ejemplo, cuando preguntaba cómo hacer las facturas, Paz le respondía que no era necesario ya que él mismo se encargaría (?).
Desde otro medio radial —El Observador de Malargüe— también se venía abordando el tema de la pauta, informando la existencia de medios que cobraban millones por mes sin prestar servicio alguno.
Del mismo modo se afirmaba la existencia de medios fantasmas y la prorrata de fondos entre medios amigos.
Aparentemente se destinaban millones de pesos a medios que no generaban contenidos y con audiencia nula. ¿Esto era lo bueno que debía continuar según la campaña proselitista de Ojeda?
Llegaron al poder como vendedores de ilusiones y se fueron demostrando ser en realidad un grupo de corruptos que se valieron del poder para delinquir en los más variados aspectos.
Ahora bien, la autorización del pago no implicaría autorización para hacer la “vista gorda” ante un posible fraude contra la administración. Sabemos que los concejales ordenaron al intendente que hiciera la denuncia ante Tribunal de Cuentas, Fiscalía de Estado y Unidad Fiscal local.
En último lugar, y después de más de 4 meses de lo sucedido, Nos extraña no tener noticias sobre existencia o no de denuncias efectuadas por la municipalidad sobre el particular y si existe alguna medida judicial.
