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La OTAN y la “desaparición” de Polonia, según Dimitri Medvedev

Por Alberto Galeano, Agencia Nuevas Palabras.

La decisión de Polonia de desplegar en su territorio armas nucleares de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) evidencia, una vez más, el temor que existe en Europa ante la posibilidad de que Rusia se apodere de Ucrania.

La invasión rusa del este y del sureste ucraniano, a partir del 24 de febrero de 2022, no solo deterioró la relación entre el Kremlin y Occidente sino que también activó la preocupación entre los ex-repúblicas soviéticas por la hegemonía que Moscú sigue ejerciendo en la región.

El anuncio formulado el 22 de abril por el presidente polaco, Andrzej Duda, reitera el alineamiento de Varsovia con Washington y la OTAN, ya que Polonia ha fortificado sus defensas como ningún otro país de Europa luego de la invasión de Ucrania.

«Si nuestros aliados deciden desplegar armas nucleares como parte del intercambio nuclear también en nuestro territorio, con el fin de fortalecer la seguridad del flanco oriental de la OTAN, estamos preparados para ello», dijo Duda, al ser consultado por el diario sensacionalista polaco Fakt.

En 2023 Varsovia ya había sugerido la posibilidad de recibir armamento nuclear. Alemania, por otra parte, es otro de los países que se ha replanteado su estrategia militar luego de que Rusia invadiera Kiev.

A mediados de marzo, el presidente ruso Vladimir Putin advirtió que Rusia usaría armas nucleares, si existiera una amenaza real para el Estado ruso.

Juan Alberto Rial, secretario del Instituto de Relaciones Internacionales (IRI), dependiente de la Universidad Nacional de La Plata, opinó que “Duda entiende que existe un grave riesgo de que el siguiente objetivo ruso sea Varsovia, teniendo en cuenta que Ucrania es fronteriza con Polonia. Si cayera Kiev en manos rusas, los polacos volverían a tener fronteras con Rusia”

“A esto se agrega otra cuestión que tiene que ver con el despliegue nuclear ruso en enclave de Kaliningrado, una ciudad alemana hasta la Segunda Guerra Mundial, y en Bielorrusia, un estado títere de Moscú”, señaló Rial, profesor de Derecho Internacional público, en declaraciones a la agencia Nuevas Palabras.

El analista aseguró que “toda Europa está reaccionando a la posible derrota ucraniana, si es que no cuenta con la asistencia financiera de Occidente, básicamente de Estados Unidos, y varios países están haciendo planes para el día después e inclusive en caso de una paz negociada entre Ucrania y Rusia, si ninguno de los dos venciera al otro”.

El miércoles el presidente estadounidense, Joe Biden, promulgó un proyecto de ley por US$ 95.000 millones, aprobado por el Congreso, de asistencia para Ucrania, Israel y Taiwán, de los cuales US$ 61.000 millones serán destinados para ayudar a Kiev.

Rial advirtió, además, que “no solo Polonia sino el resto de los países de la OTAN están preocupados por la posibilidad cierta de una confrontación abierta con el Kremlin”.  El académico señaló que, con la invasión de Ucrania, la Alianza Atlántica “ha recuperado el sentido original por la que fue creada originalmente en 1949: Disuadir a Rusia”.

“Tan es así que algunos países de la OTAN han aumentado el gasto militar, algunos sobrepasando incluso el 2% ciento del PBI establecido en los estatutos” del organismo internacional, afirmó.

Según un artículo del Instituto Internacional para Asuntos Estratégicos (IISS), Polonia está buscando un rol más activo entre los 32 países que constituyen la Alianza Atlántica liderada por Estados Unidos.

El IISS, con sede en Londres, señala que esto podría ocurrir de varias maneras, ya sea albergando armas nucleares B61 (diseñadas por Estados Unidos para la disuasión), adaptando sus aviones F-35A para portar armas nucleares o asumiendo una toma de decisiones relacionadas con la doctrina nuclear de la OTAN.

A mediados de junio de 2023, el presidente bieloruso Alexander Lukashenko dijo que las armas entregadas a su país por Rusia eran “tres veces más poderosas” que las bombas atómicas que arrojó Estados Unidos sobre Hiroshima y Nagasaki antes de que finalizara la Segunda Guerra Mundial en 1945.

“Dios no quiera que tenga que tomar la decisión de utilizar esas armas hoy, pero no habrá reparos si enfrentamos una agresión”, dijo Lukashenko en aquella oportunidad, según la agencia estatal de noticias BeITA.

Polonia, que ingresó el 12 de marzo de 1999 a la OTAN, es considerado por Rusia un “enemigo peligroso”, dijo en noviembre pasado el expresidente ruso Dimitri Medvedev, vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia.

A mediados de abril, Medvedev fue nuevamente consultado sobre el tema y opinó que no sabía quién ganaría una posible guerra entra la OTAN y Rusia. De todos modos, el expresidente ruso entre 2008 y 2012, afirmó: «Considerando el papel de Polonia como puesto de avanzada de la OTAN en Europa, este país seguro que desaparecerá junto con su estúpido primer ministro (Donald Tusk)”.

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