Es mendocino, restaura arte sacro y lo solicitan de todo el país

Mario Valdivia, es un restaurador de Mendoza con una trayectoria diversa, que a través de una entrevista publicada en un medio local, comparte su historia y contribuciones.

Comenzó su relación con la restauración después de enfrentar una crisis laboral en Mendoza. En San Juan, encontró un cliente que necesitaba la escultura de un dinosaurio, lo que lo llevó a involucrarse en el área de Paleontología y a vivir de la venta de ejemplares por algunos años.

Además de la restauración de objetos antiguos, esculturas y muebles, también construye muebles con diseño propio, junto a su hijo Lautaro Catriel.

En el ámbito de la restauración de edificios, se dedica a recuperar pinturas decorativas, trampas de ojo y relieves, a menudo por solicitud de los propietarios o arquitectos. Recientemente participó en un curso sobre restauración de edificios patrimoniales, organizado por Patrimonio de la provincia de Mendoza.

Ha aprendido técnicas de restauración de su amigo Philippe Boutillier, un escultor francés, quien le enseñó paciencia y la importancia de romper literalmente una pieza si no se siente capaz de repararla adecuadamente.

Para las restauraciones, utiliza una variedad de materiales como cola de pescado, cola de conejo, goma arábiga, cola vinílica, cianocrilato y adhesivo poliuretano, adaptándose a las necesidades de cada proyecto.

Obtiene encargos principalmente por recomendación boca a boca y a través de su página de Facebook, donde comparte su trabajo.

Actualmente, está dedicado a la restauración de una propiedad privada en San Martín y en conversaciones para restaurar una casona en Corralitos.